Desde las cuatro de la tarde el riesgo de precipitaciones es elevado. Justo veinte minutos antes del momento en que se ha previsto la primera salida procesional de la jornada, la de La Lanzada, que debe iniciar su recorrido desde la carpa instalada en la acera de su sede, la Parroquia de los Dolores. Hasta la una de la madruga, la situación es similar y por momentos más preocupante. Es una incertidumbre comprobar si podremos disfrutar en la calle del cambio de tonalidad de la Caridad, que ha tornado del negro al granate, a la espera de recibir los bordados de un diseño de Álvaro Abril. Será también una incógnita si podrá iniciar su recorrido la Esperanza, que lo ha programado a las seis desde San Gil. A la misma hora debe comenzar la procesión de Vía Crucis. Este año se podrá ver restaurada la penada de Nicolás Prados, trabajo realizado por Cecilio Reyes y a reinterpretación en bordado de parte la antigua decoración del paso que ha realizado Sebasitán Marchante. Otro estrenos que podría apreciar, si sale la Humildad (Cañilla) son los siguientes: bordado de los faldones de la delantera del paso de Cristo a cargo de José Manuel Férnandez, cartelas del frontal del mismo paso según programa iconográfico de Manuel Amador, con diseño del mencionado bordador y talladas por José María Leal, bordado de la trasera del paso de Virgen, también de Fernández y unas potencias para el Señor de Hijos de Juan Fernández. Destaca esta Cofradía este año por su esfuerzo patrimonial.
El Miércoles Santo se espera una tregua en lo meteorológico, que sólo podría desparecer el Viernes Santo.