martes, 3 de abril de 2012

LUNES SANTO: EL TRABAJO SE REFUGIA EN EL PARQUE DE BOMBEROS Y LOS DOLORES VENCE A LA LLUVIA





Esta vez si se cumplieron las previsiones. La lluvia no faltó a una cita a la que nos estamos acostumbrando en las últimas décadas. Cuando salía el Trabajo ya se dejaba notar, pero la Cofradía zaidinera decidió iniciar su recorrido. En las cercanías del Parque Sur de Bomberos arreció y se refugiaron en él, ofreciendo una imagen insólita. Cuando cesó el aparato meteorológico, ya solo con los pasos y las bandas, emprendieron el camino de regreso. Nunca le falto el fervor en torno a la comitiva. El Rescate decidió retrarsar su salida una hora, a la espera de unas mejores condiciones, pero finalmente suspendió su procesión, dejando al Señor a la veneración de los fieles en la Parroquia de la Magdalena. Los Dolores también retrasó una hora su salida y pese a la incertidumbre, fiel a no quedarse encerrada, emprendió un camino en el que le llovió hasta pasar la calle Ganivet. Después, ya recuperado su horario, retornaron en medio de un gentío que arropó la procesión, especialmente en el regreso por la Carrera del Darro, camino de San Pedro, en cuyo atrio le dedicaron hermosísimas saetas. La Virgen entró como es habitual a los sones de Encarnación Coronada de Abel Moreno, cantanda por su Banda. Destacar que se mantuvo el orden procesional, incluso en los momentos en los que la lluvia se dejó notar con más fuerza. Media hora esperó el Huerto antes de suspender la estación de penitencia. Sus pasos permanecieron expuestos en el interior del Convento de las Comendadoras, en el que se vivieron momentos de gran emotividad. La suspensión de la salida de San Agustín era previsible, ya que es de las hermandades que menos arriesga en estos casos. Entre las diez y media y la doce y media, el Convento del Santo Ángel fue un incesante peregrinar de fieles que pudieron contemplar sus dos pasos.
Esta fue la historia de un Lunes Santo en el que el protagonismo fue para Los Dolores, que fiel a su tradición, se empeñó en no dejarse derrotar por la lluvia.