jueves, 5 de abril de 2012

MIÉRCOLES SANTO: LA LLUVIA DEJÓ EN PAZ A LAS PROCESIONES






Amaneció nublad0 y llovió con insistencia durante la mañana, pero en torno al medio día, el cielo dio una tregua y todo transcurrió conforme a lo previsto, es decir, de manera tan brillante como se había organizado Cuando salieron los Gitanos, había bastante menos público del habitual. En ese momento el tiempo amenaza un riesgo que finalmente no se dio. El cortejo con pocos penitentes y muchas mantillas sube, ya desorganizado, hasta la Abadía en el momento de redactar esta crónica. La Cruz de Guía de la Cofradía aguardó diez minutos a que se abrieran las puertas de la Catedral que no estuvieron a preparadas tiempo. Desde ese momento se encadenó un retraso que afectó primero a Los Estudiantes y después a las Penas, aunque esta última pudo recuperar el cronometro al terminar de pasar por la Carrera Oficial. La Tuna le cantó a la corporación colegial a la salida, que presentó un numeroso y ordenado cortejo. Las Penas, fiel a su clasicismo, evocó con gran sabor una Semana Santa de otros tiempos, no faltando la personal forma de alinear a sus ciriales.
La sensación de la jornada fue una vez más el Rosario. Produce una inmensa alegría disfrutar de una procesión con tanta participación. Eso sí, caminan con la misma lentitud que casi todos y salieron tarde de la Carrera Oficial. Cerró la jornada el Nazareno, la elegancia y el buen cofrade personificada.
Fue una día inolvidable, frío como es habitual en Granada, por fin sin incidentes por cuestiones meteorológicas, Vivido con fervor y una muestra, como el Domingo de Ramos, de que no es necesario prolongar artificialmente los encierros y posible tardar menos en pasar por caarrera oficial.