
Nuestra Madre y Señora de la Consolación ha presidido el altar de la iglesia, que ha sido adornado con un cortinaje color púrpura, recogido en una corona real que se situaba a los pies del crucificado. El altar también ha contado con los faroles escolta del simpecado y los característicos candelabros de cinco brazos que han dado luz a la imagen, además, de los jarrones de flores rosas y los dos escoltas vestidos de librea. La Virgen, vestida por Francisco Garví, lucía una saya color azul marino, un manto negro y un rostrillo a tablas. La música de capilla y el olor a incienso han creado un ambiente solemne, que invitaba a la oración.
En la capilla, donde habitualmente recibe culto la Virgen de la Consolación, se encontraba el simpecado de la hermandad flanqueado por San Juan y María Magdalena. Ésta portaba en sus manos una cruz de taracea donada por un hermano de la corporación.
Mañana domingo, la cofradía finalizará los actos en honor a la Virgen de la Consolación con la función solemne a las 12:30h.