martes, 17 de septiembre de 2013

ICONOGRAFÍA DE LA VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS DE GRANADA. I) ORÍGENES DE LA DEVOCIÓN.

Los orígenes de la devoción a la Virgen de las Angustias en Granada, se los debemos a la figura de la Reina Isabel la Católica, la cual según nos narran las crónicas fue fiel devota de este misterio desde su niñez en Arévalo. Recordemos que esta tierra castellana fue el lugar donde Isabel pasó su infancia junto a su madre.
En Granada, son dos las tablas flamencas que bajo el tema de la "Quinta Angustia" vinculamos directamente con la Reina y la introducción de esta iconografía en la ciudad recién reconquistada:

1) En primer lugar atendemos a la que aparentemente es más antigua. Situada en San Juan de los Reyes, según las crónicas fue portada por las tropas cristianas y ubicada por petición de la devota Majestad Católica en la primera mezquita de la ciudad convertida al culto cristiano.

Está dividida en tres partes perfectamente diferenciadas; la superior formada por San Juan Bautista y San Juan Evangelista, grandes devociones de los Reyes Católicos ya que los padres de ambos tenían este nombre, la central formada por la representación de la Piedad propiamente dicha y la inferior en la que figuran las imágenes orantes de los reyes.

2) La tabla del Museo de Bellas Artes, presidió la ermita de las santas Susana y Úrsula, situada en las inmediaciones del Genil, siendo esta atribuida al pintor de la Reina, Francisco Chacón. Ésta se adapta mejor a la iconografía más tradicional del tema. Aparecen flanqueando a la Virgen y al Señor las imágenes de San Juan Evangelista y María Magdalena, igualmente sobresale la presencia de un clérigo arrodillado y una inscripción en una catela alusiva a los dolores de la Virgen.


Ambas tablas se vinculan estrechamente a los orígenes de la devoción de la Virgen de las Angustias en Granada, siendo la de la ermita del Genil la que relacionamos más estrechamente con la Hermandad, al ser éste el lugar de su fundación en el año 1545.
                                                                                                                     José María Valverde Tercedor