miércoles, 25 de septiembre de 2013

LA SOLEDAD DE UNA BASÍLICA. ASPECTOS ARTÍSTICOS Y SOCIOLÓGICOS

El Centenario nos está permitiendo vivir un hecho que pocos granadinos han experimentado: "la orfandad de la Basílica de la Virgen de las Angustias". Si bien, es cierto, que la Virgen ha estado fuera de ella en varias ocasiones. Albergándose en la Catedral, entre otras veces: a consecuencia de la invasión de los franceses en 1810 y por el incendio de su camarín del año 1916. Siendo la iglesia del Convento de Santa Cruz la Real de la Orden de Predicadores de Granada, Santo Domingo, el único templo que la ha custodiado -al margen de la Catedral- allá por el siglo XVIII.
Por lo tanto, es un hecho extraordinario encontrarnos a la Basílica de la Carrera de la Virgen, sin las Angustias, algo que nos invita a reflexionar tanto en lo artístico como en lo sociológico.
 
-Artísticamente, la Basílica de las Angustias es un templo de peregrinación, realizado en proceso para venerar una imagen determinada, por lo tanto, pierde su identidad cuando se ausenta ésta. En este sentido, hay en ella una serie de obras de arte salidas de la mano de algunos de los más prestigiosos artistas de la escuela granadina -tanto en pintura, como en escultura- las cuales analizadas individualmente son de gran valor, pero en su conjunto no dicen nada sin el objeto central, epicentro en el que todas ellas confluyen. Por citar un ejemplo, el ciclo de pinturas de la Pasión de Jesús, hoy no pueden ser leídas correctamente, ya que su mensaje iconográfico es completado por el misterio de la Madre con su Hijo muerto en su regazo, explicación en sí misma de toda la Pasión y culminación de ella a través de su mensaje redentor.
 
 
-Desde un punto de vista sociológico, podemos ver lo que a los ojos del hombre es un extraño fenómeno. El templo de la carrera vive en estos días una diáspora de devotos lo cuales se encuentran concentrados en la Catedral. Créanme, ante las miradas de esta gente, la única diferencia entre vivir la celebración de la novena en la Basílica y hacerlo en el templo catedralicio se encuentra en el cambio de ubicación de estos dos lugares. El devoto cuando ve a la Virgen olvida el lugar en el que se encuentra, convirtiéndose todo lo demás por muy magnífico que sea en un mero contenedor del objeto de su devoción, ¿de verdad creen ustedes que alguno de los fieles granadinos cuando van a la Catedral estos días, presta atención a las pinturas de Alonso Cano de la cabecera del templo o al impresionante apostolado de Bernavé de Gaviria?


No nos engañemos, el arte atrae turistas y estudiosos, pero no atrae devotos. Estos se mueven por algo que complementa al objeto artístico y le otorga unos valores superiores, no alcanzables por la mano del hombre. Se mueven por la Fe y es ésta, la que estos días llena la Catedral.