CABECERA MES DE DICIEMBRE
Como
era de esperar, la cabecera de este mes está dedicada a la Inmaculada
Concepción, pues el 8 de Diciembre es una fecha muy señalada en el calendario
cofrade mariano. Es por ello que, la temática de dicha cabecera está centrada
por completo en la figura de la Virgen, en su representación de Inmaculada, y
acompañada por algunos de los símbolos que la destacan como poseedora de todas
las Virtudes terrenas y divinas.
Partiendo
de lo anteriormente mencionado, podemos ver a la derecha del observador la
aparición de la Virgen ataviada con sus vestimentas azules y blancas, tal y
como tradicionalmente se representa a la Madre en esta advocación, en actitud
de bondad y aceptación, protegida por la figura del Espíritu Santo que se eleva
sobre Ella y la baña con su halo, y sostenida por una media luna alrededor de
la que se enrosca la serpiente del pecado mordiendo la manzana de la discordia,
como esencia de la victoria de la Señora sobre el pecado original.
Frente a la
figura de la Virgen observamos dos ángeles, uno de ellos sosteniendo el “espejo
sin mancha” en que se mira la Madre, y el otro dándole a oler al anterior la
esencia de una azucena, como queriendo hacerle partícipe de la fragancia
contenida en la belleza de esta flor y de su nítida blancura, símbolo
inequívoco de la divinidad y belleza de María.
Todo
aparece orlado por una cenefa en la que se alternan flores de lis y azucenas, y
entre las cuales se van alternando algunos de los signos lauretanos con los que
se identifica este momento de la Virgen, que son la torre de David, el pozo de aguas
vivas, la fuente de la sabiduría, el roble del Paraíso y, finalmente en la
parte superior izquierda, la puerta del Cielo.
Y con este
texto, queda plasmado en palabras lo que se quiere representar con esta nueva
cabecera de la que os hacemos partícipes, esperando que sea de vuestro agrado y
dejándoos emplazados para la próxima, que ya se hallará inmersa en la
transición de la Natividad a la Cuaresma.
Disfrutad
de María en su Inmaculada Concepción, y empezad a preparar el advenimiento de
Nuestro Señor junto a Ella. Un saludo.