miércoles, 7 de octubre de 2015

LOS FAROLES DEL PASO DEL SANTA MARÍA DE LA ALHAMBRA PODRÍAN DEJAR DE LLEVAR LUZ ELÉCTRICA

El paso de Santa María de la Alhambra, uno de los de mayor personalidad de la Semana Santa granadina, está en pleno proceso de renovación. Desde que hace un par de años suprimiera las trabajadoras exteriores se está procediendo a la reordenación y enriquecimiento, de acuerdo con el proyecto aprobado en su día, según diseño de Álvaro Abril.
Durante estos días se está realizando su restauración, que, como en ocasiones anteriores, se efectúa en los Talleres de Villareal. Se aprovecha para sustituir las formas ovaladas, que en su día eran necesarias para superar la angostura de la Puerta de la Justica.
Es probable que esta Semana Santa salgan ya las primeras maniguetas del trono, rematas por las cabezas de leones de inspiración nazarí. La Cofradía valora en estos momentos dos presupuestos para su ejecución. Uno es del mencionado taller hispalense y otro de los granadinos Alberto Quirós.
También se ultiman detalles para que Jesús Arcos comiencen el bordado de los faldones. Es una labor en el que se podrían emplear varios años, pudiéndose sacar a la calle los primeros resultados en la Semana Santa de 2017.
Otro de los cambios significativos que podría producirse es la sustitución de la eliminación eléctrica de los faroles que iluminan la talla de Ruiz del Peral. Hasta la fecha se ha utilizado la luz eléctrica, pero no se descarta que el año próximo se utilice cera. Ya en la pasada estación de penitencia se realizó una experiencia, añadiendo a iluminación de la Virgen, tulpas cedidas por la Cofradía del Nazareno y que se aprecian en la fotografía que ilustra esta información. Será el Cabildo el que en próximas fechas deba pronunciarse sobre esta circunstancia. En cualquier caso, se desea que sea una experiencia reversible, por si en algún momento decide volver a utilizarse la electricidad.
No desaparecerá la luz artificial en la galería de la reproducción del Patio de los Leones, aunque se irá regulando su intensidad, de acuerdo con la iluminación que rodee el paso, con el objeto de otorgarle el mayor esplendor posible.