miércoles, 9 de diciembre de 2015

NOELIA MEMBRILLA #DeCerca


Como cada semana, desde Cruz de Guía os queremos acercar a un cofrade de nuestra Semana Santa para conocerlo en profundidad, no sólo como cofrade, sino como persona. Hoy tenemos el gusto de conocer #De Cerca a Noelia Membrilla quien nos meterá de lleno en el mundo de la saeta.

-Noelia para romper el hielo no quiero comenzar con otra pregunta que no sea esta: ¿Qué fue primero, el cante o salir en las filas de hermanos de una cofradía?
Salir en las filas de nazarenos en la Cofradía de la Santa Cena. El cante vino después.

-Está claro que tener una voz como la tuya es un don, pero aun así hay que trabajarla y cuidarla. ¿Cómo es tu día a día en relación al cante y la música?
Todos los días intento cantar algo, y claro, cuidarme la voz procurando no enfriarme.

-Entiendo que una persona con una voz como la tuya, por muy cofrade que sea, no va a dejar el cante solo y exclusivamente para la Semana Santa.
Claro que no, aparte de cantar saetas, pertenezco al Coro del Realejo. Donde cantamos un poco de todo, rumbas, sevillanas, villancicos…

-¿Cuándo se da cuenta Noelia Membrilla del poder de voz que tiene?
La verdad que siempre me ha gustado mucho la música, pero de muy jovencita cantaba lo que se llevaba, música pop o lo que fuese. Hasta que el mundo del flamenco me embaucó y el hacerme cofrade me introdujo en el mudo de la saeta. Me acuerdo el año que la Victoria se dio la vuelta en calle Navas por el aguacero que nos cayó. Fue un Domingo de Ramos difícil y triste, y sentía que tenía que sacar lo que llevaba dentro. Me arranqué en la iglesia a cantarle a ella, pero no tenía ni idea de cómo se cantaba una saeta… me acuerdo que fue larguísima. Pasado un tiempo la cofradía creó la Escuela de Saetas y ahí comenzó todo para mí.

-Y ahora cuéntanos sobre tus inicios cofrades, ¿qué fue antes la devoción o ingresar en la nómina de hermanos por tradición cofrade?
La devoción siempre la tuve, pero he de confesar que mi devoción siempre fue por la Macarena. Mi madre eso me lo inculcó desde chiquita, porque nací en Sevilla y en la Basílica de San Gil estoy bautizada.

-¿En cuántas hermandades apareces en su nómina de hermanos?
Pues he sido hermana de tres cofradías: Santa Cena, Huerto y Macarena. Pero con esto de la crisis, como les ha sucedido a muchos cofrades, no he podido seguir en todas y sigo a día de hoy en la Santa Cena.

-¿Cómo es la Semana Santa para una cantaora de saetas?
Muy intensa y emotiva, porque casi a todas las imágenes que le canto es por devoción.

-La familia es el mejor apoyo que tiene uno en la vida, ¿cómo viven ellos tu Semana Santa y tu pasión por el cante?
Pues gracias a mi cante la viven algo más, porque no son muy cofrades. A excepción de mi madre. Pero siempre están pendientes en la tele por si me ven o a algunas publicaciones.

-Recuerdo que cuando era niño apenas podía disfrutar de una saeta. Me contaban que aquellos que se animaban a cantar en bullas, calles o balcones lo hacían por remuneración económica. Hoy en día son muchos los que se animan, incluso improvisan. ¿Cómo ves el estado actual de la saeta en nuestro ámbito cofrade?
Pues gracias a Dios hay un grupo de jóvenes que les gusta el flamenco y van arraigando costumbres como es la de cantar saetas en nuestra Semana Santa. Hemos tenido buenos maestros y siguen enseñando mucho, como es Curro Andrés. A él le debo mucho.

-Las recogías más saeteras están en la noche del Lunes Santo. Nuestro Padre Jesús del Rescate congrega a diversos saeteros, y minutos más tarde la calle Santiago crea un ambiente de cante y devoción. Allí he podido disfrutar de tu voz más de una vez, ¿cómo es cantar desde un balcón al que mira cientos de personas?
Mis primeras veces muy nerviosa, aunque nunca se pierden los nervios. Pero al principio miras más por el qué dirán, habré gustado, espero no equivocarme.... Ya con los años vas afianzando la voz y la manera de cantar, y te importa menos la gente. Lo único es vivir el momento y como siempre, pido a la imagen que le canto, que me guie por el buen camino.

-Si hablábamos del estado actual de la saeta en Granada, te pregunto ahora por el futuro, ¿hay cantera de saeteros?
Claro que si. Hay un montón de cantaores que podéis ver como en la Semana Santa pasada, muy jóvenes y con muchas ganas. Eso es un futuro garantizado.
- Y ahora como cofrade, ¿cómo ves el estado de salud de la Semana Santa de hoy en día?
Yo la veo bien, aunque hay muchos hermanos viendo las cofradías en vez de ir en las filas. Yo se que la crisis ha hecho estragos en muchas casas, pero pienso que deberíamos participar más en las filas.

- Aunque aún quede lejos, ¿qué deseas para la Semana Santa de 2016?
Mucha Salud, muchos hermanos en las filas, un tiempo inmejorable para que todas las hermandades puedan realizar su estación de penitencia y que mucha gente venga de fuera a ver nuestra Semana Santa que es preciosa y no tiene que envidiarle nada a otras provincias.

Y para conocerte un poco más de cerca:

- Un recuerdo de tu infancia como cofrade: ver La Macarena en la calle Feria, encima de un poyete agarrada a mi madre y gritándole guapa.
- Una imagen de Cristo de nuestra Semana Santa: Rescate. Su cara lo dice todo.
- Una imagen mariana de nuestra Semana Santa: Victoria.
- Tu mejor recuerdo cantando una saeta: la primera vez que le canté al Silencio, en la  Carrera del Darro.
- Un momento especial de la Semana Santa (que no sea una de las hermandades donde procesionas): Cuando sale La Borriquilla. Es el signo de que comienza la Gloria…
- Tu rincón para ver cofradías: El Realejo.
- Tu momento más feliz como cofrade: Cuando sale la Santa Cena.
- Y el que te hubiera gustado no vivir: cuando nos llovió en 2003.
- ¿Con que adjetivos definirías nuestra Semana Santa? Sublime, con cuadrillas toreras y elegancia en sus cortejos.
- Cuéntanos alguna anécdota cofrade que hayas vivido: uno de los primeros años que participé en la Exaltación a la Saeta que organiza la peña La Platería. Se celebraba en las Descalzas. Me dispuse a cantarle una saeta al Nazareno, y al terminar el primer tercio se me olvidó la letra y mientras respiraba pensaba ‘algo de la cara era…’ hasta que al rato me vino y rompí fuerte ‘y con el rostroooo…’, y la gente rompió a aplaudir. Que mal rato pasé, pero al final salí victoriosa (bromea).

Muchas gracias Noelia, de parte de todo el equipo.


Gracias a vosotros y siempre estaré dispuesta a colaborar en lo que pueda, un gran saludo.