miércoles, 24 de febrero de 2016

PABLO FERNÁNDEZ HURTADO #DeCerca

La Cuaresma va agotando sus días poco a poco, aún queda lejos la Semana Santa, pero la multitud de actos y encuentros cofrades en estos días hace que los que amamos nuestra semana mayor vivamos de un modo intenso cada jornada. En esta nueva semana de espera cofrade conocemos #DeCerca a Pablo Fernández Hurtado, joven cofrade granadino que nos regala su destreza en el arte de la pintura.

-Pablo, tu pasión cofrade viene de familia, ¿cuál es el primer recuerdo que tienes como cofrade?
Las semanas anteriores a Semana Santa en mi casa. Al ser el más pequeño de mis hermanos recuerdo verlos probándose las túnicas de la Cañilla, mi madre montando las mantillas en las peinas, y mi padre trayéndonos a casa el último número de la revista Gólgota. Perderse en aquella publicación cualquier día del año, cuando ni siquiera sabía leer, es uno de los primeros recuerdos que tengo.
-Cofrade granadino, nacido en el seno del barrio del Realejo a los pies del Señor de la Humildad. Además de la hermandad decana de dicho barrio, ¿qué otras cofradías cuentan contigo en la nómina de hermanos?
Aunque soy del Zaidín-Vergeles, mi vida como cofrade nace en Santo Domingo, y prácticamente no salgo de esta parroquia ya que pertenezco también a la Hermandad del Huerto y a la Archicofradía del Rosario.
-Has protagonizado ya diversos carteles cofrades en los que nos has demostrado tu don con la pintura, ¿cómo descubriste tu don como artista?
Desde que tengo uso de razón recuerdo tener siempre un bolígrafo y libretas entre las manos, y luego llegaron la plastilina y las pastas de modelar. De niño era muy introvertido y por lo general hablaba poco en público hasta que tomaba confianza, pero si íbamos a un bar no había servilletero que se me resistiera. Siempre vi el dibujo y el modelado como un entretenimiento, pero hasta que llegué a la Escuela de Arte para realizar el bachiller artístico, no empecé a valorar mis habilidades en este campo. A partir de ese momento comprendí que era lo mío y comencé a desarrollarlo.
-Una vez hecho al pincel no tenías mejor motivo que plasmar en los lienzos que la imagen de Cristo y su Santísima Madre. ¿Qué imágenes fueron las primeras que salieron de tu pincel?
Mi llegada a la pintura fue algo casual durante los estudios universitarios. Aunque parezca raro, yo no había manejado los pinceles hasta que llegué a la Facultad. Como te decía antes, siempre estaba dibujando con lápices y bolígrafos sobre lo primero que encontraba, modelando y diseñando a todas horas pequeños pasos e imágenes, pero no me había enfrentado a un lienzo. De hecho, la especialidad de mi grado y en lo que continuo formándome hoy es en el campo de la escultura, pero sin quererlo y tras muchas horas aprendiendo de grandes profesionales y de compañeros de la facultad, descubrí el color y comencé a aplicarlo con la acuarela, el óleo, el acrílico, además de otras técnicas. Las primeras imágenes que plasmé fueron el Señor de la Oración en el Huerto y el Santísimo Cristo de los Favores.
-Son ya muchas las pinturas cofrades que has realizado y a su vez han protagonizado carteles cofrades importantes, no sólo en Granada sino también en Sevilla. ¿Con cuál te quedas de todas tus obras?
Sería imposible quedarme con una sola. En esto puedo casi parafrasear a otros autores que ante esta pregunta coinciden plenamente con lo que te voy a decir ahora. Cada obra es testimonio de un determinado momento y contexto. Cada obra tiene unas circunstancias detrás que comienzan desde que te la encargan hasta que das el último toque, y con ellas van parte de tu vida y sin duda son reflejo del aprendizaje. Como me han dicho más de una vez, en este camino nunca se deja de aprender y hay que formarse continuamente. Por ello no podría quedarme con una sola, mi producción no es muy extensa, pero lo que sí puedo decirte es que en todas intento poner lo mejor de mí.
-Sin duda el cartel del centenario de coronación de la Virgen de las Angustias debe ser todo un regalo para ti y los tuyos, ¿cómo viviste esos días?
Pues sin duda fue un regalo, y más aún si cabe con las circunstancia de haber perdido a mi padre, q.e.p.d., dos meses antes del fallo del jurado. Mi intención era presentarme al concurso cuando finalizara la carrera, pero aquel hecho y haber ganado unos meses antes el IV Concurso de la Hermandad de la Milagrosa en Sevilla, me animaron a intentarlo. Aunque tenía poco tiempo, cuando regresé a Sevilla para continuar con el segundo cuatrimestre, comencé a plasmar la idea en el lienzo. Fueron semanas muy intensas sin soltar los pinceles desde que salía de clase, hasta altas horas de la noche, y todo sin decirle nada a mi familia y mis amigos. Ese secretismo lo mantuve hasta la primera semana de junio en que se produciría el fallo, y la Virgen me quiso conceder ese regalo, por el que sin duda le estaré siempre muy agradecido. Mi padre se crió en la calle Nueva de la Virgen y vivió allí hasta que se casó con mi madre, así que fue algo que nos llegó muy adentro por motivos además devocionales.
Luego vino el mes de septiembre, y ver en las calles el cartel se me hacía raro. Sobre todo, ver que algo salido de mis manos estaba en el mismo sitio que años anteriores ocupaban las obras del gran Hipólito Llanes, fue un sueño cumplido.
-Los artistas no cesan de idear nuevos proyectos, y los cofrades no paramos de inventar actos o motivos, ¿tienes algún proyecto cercano que nos puedas contar?
Ahora estoy realizando un cuadro del Santísimo Cristo de los Favores para un particular, y en los próximos meses entregaré otra obra pictórica sobre una titular mariana del barrio del Realejo. En cuanto a la escultura, estoy preparando varios proyectos, pero sobre esto no puedo dar más detalles (de momento).
-Para ti todo esto es la bendita mezcla de una profesión y una devoción. ¿Cómo vive tu familia tu pasión cofrade unido al arte?
En mi familia lo viven con felicidad. Ellos saben que con cada obra que llega voy a disfrutar y a dar lo mejor y todo lo que se, y ya no solo en la temática cofrade. El arte abarca muchas posibilidades, y mientras pueda expresarlas se que ellos me apoyarán. Siempre existe el miedo, ya que es una profesión sacrificada y a veces intermitente, pero poder conjugar mi trabajo y mis creencias, es sin duda, un regalo del que soy y son conscientes.
-Fuera del apartado artístico, queremos saber más de ti en el aspecto meramente cofrade. ¿Cómo vive Pablo Fernández Hurtado la Semana Santa desde que sale la Borriquilla?
Pues comienza un poco antes en la Misa de Palmas de Santo Domingo, cita familiar que recuerdo desde pequeño por el Claustro de Santa Cruz en la Procesión de Palmas. Tras esto acudo con mis amigos a ver las diferentes Hermandades, el Lunes Santo hago Estación de Penitencia con mi Hermandad del Huerto y el Martes y Viernes Santo con la Cañilla. El resto de días continuo acompañando a nuestras hermandades, y sin falta, acudo a los Santos Oficios, parte fundamental y principal que da sentido a la Semana Santa.
-Y durante el año, ¿cómo vives tu fe y devoción hacia tus sagrados titulares?
En los últimos años, sobre todo desde que estoy estudiando en Sevilla, lo tengo que vivir desde la distancia. Al principio era algo muy duro, acostumbrado prácticamente a visitarlos semanalmente, pero en Sevilla también tenía lo más importante, Jesús Sacramentado. Con Él se sobrelleva todo. Aún así no hay fin de semana que venga por Granada en el que no visite a los titulares de mis Hermandades, eso sí, saludando siempre primero al que está en el Sagrario.
-Uno de los primeros pregones de la juventud cofrade a los que pude asistir fue el tuyo, ¿cómo recuerdas aquel momento? ¿Te gustaría volver a pregonar a alguna hermandad?
Aquello fue muy importante para mí. En mi familia dos de mis hermanas habían realizado el pregón, y poder describir nuestra Semana Santa desde el atril de las Mercedarias fue una oportunidad por la que estaré muy agradecido a mi Hermandad de la Cañilla. Pasados los años lo he vuelto a leer más de una vez, y si pudiera volvería para cambiar algunas cosas. La respuesta está en la historia dicen, y por entonces tenía que haberme documentado más.
Para cualquier granadino católico es un honor poder pregonar a cualquiera de sus cofradías, y me gustaría por devoción poder pregonar a la Virgen del Rosario Coronada, que hasta el día de hoy no tiene pregón anual, pero sin duda hay personas en nuestra ciudad a las que les encargaría un pregón antes que a mí. Gracias a Dios tenemos un amplio abanico donde elegir.
-Ahora como cofrade de a pie Pablo, ¿cómo ves el estado de salud de la Semana Santa de hoy en día?
Pues creo que esta en un momento saludable, pero a la vez desconcertante. Tenemos hermandades que siguen adelante aunque cambien las circunstancias de la ciudad, pero seguimos viendo cortejos escasos y altibajos según el año.
Por ejemplo en lo estético se ha avanzado muchísimo, pero esto ha traído consigo la perdida de muchas señas de identidad. Aunque tenemos muchas corrientes de recuperación, no es comprensible que en una ciudad donde la mayoría de las dolorosas tenían las manos entrelazadas, hoy todas estén desprovistas de la impronta con la que fueron concebidas. Y esto es un ejemplo solo, podríamos hablar de las pelucas de pelo natural de algunos Cristos, de las coronas de espinas de plata con sus nimbos, las túnicas bordadas de cola, etc. En Granada hemos sabido copiar muchas cosas para bien y que funcionan a la perfección, pero hay pequeños detalles que harían a algunas hermandades más perfectas. Todo tiene cabida y no podemos rechazar nuestra historia.
-¿Y el de tus hermandades?
En el caso del Huerto, Cañilla y Rosario Coronada, a pesar de algunos baches, creo que todas funcionan y cumplen su cometido. Al estar fuera de Granada no puedo participar todo lo que querría, pero sé que en todas se trabaja incansablemente.
-Sabemos de tu implicación en la hermandad de la Virgen del Rosario Coronada, ¿cómo es la vida cofrade durante todo el año en una hermandad de gloria con tanta solera?
Pues como cualquier hermandad de penitencia. Hay Cultos internos y externos, proyectos que realizar, como el nuevo paso, baches que superar, y sobre todo mucha ilusión por devolver a la Patrona del Realejo y Copatrona de la ciudad el lugar que le corresponde. Allí se recibe con los brazos abiertos a todo el que llega, y a pesar de ser una hermandad pequeña es la única de toda la ciudad con cultos semanales. Todos los sábados a las 19:30h. se reza el Rosario y la Sabatina a la Virgen, establecidos por reglas, y tras esto se asiste a la Santa Misa que es solemnizada musicalmente por los jóvenes de la Archicofradía.
Además de esto, desde el año 2013 en que se abrió al público el Camarín, son ya miles los granadinos y foráneos que han pasado y pasan diariamente ante las plantas de la Virgen conociendo la Historia del lugar y de la Virgen del Rosario Coronada. Ver a personas que se les escapan algunas lágrimas cuando se gira a la Virgen durante la visita, no tiene precio. Cosas así me hacen pensar si somos conscientes en Granada de lo que tenemos.
-Ya estamos inmersos en la Cuaresma que tanto hemos ansiado un año más, ¿cuál es tu deseo para la Semana Santa 2016?
Pues como cualquier cofrade, que el tiempo respete, y también que los granadinos arropen nuestras hermandades y se asista a los Oficios. Sobre todo los jóvenes, que estamos muy pendientes a veces de no perdernos una revirá, pero no somos conscientes de que en los Monumentos y Altares de nuestras Parroquias está ocurriendo el verdadero Calvario de Cristo.
Y para conocerte un poco más de cerca:

- Un recuerdo de tu infancia como cofrade: los “concursos de pintura” en la Casa Hermandad de la Cañilla.
- Una imagen de Cristo de nuestra Semana Santa: el Señor de los Favores.
- Una imagen mariana de nuestra Semana Santa: la Virgen del Rosario Coronada (aunque hoy no lo sea, durante cerca de cuarenta años procesionó en Semana Santa).
- Tu mejor recuerdo como cofrade: mis padres y hermanos enseñándome sobre nuestras cofradías y llevándome a todo lo que podían.
- Un momento especial de la Semana Santa (que no sea una de las hermandades donde procesionas): subir la Cuesta de San Cecilio junto a María Santísima de la  Misericordia el Viernes Santo.
- Tu rincón para ver cofradías: cualquiera en la que el público sepa guardar silencio y disfrutar lo que ve.
- Tu momento más feliz como cofrade: no podría quedarme con uno solo.
- Y el que te hubiera gustado no vivir: realizar una Estación de Penitencia con la ausencia de un ser querido o algún hermano de la cofradía.
- ¿Con que adjetivos definirías nuestra Semana Santa? Conmovedora, con calidad artística y humana.
- Cuéntanos alguna anécdota cofrade que hayas vivido:
El pasado 29 de mayo, tuve que cambiarme en pleno Traslado de Coronación el roquete por un alba y una dalmática en una bocacalle de Mesones porque se estaba mareando uno de los acólitos ceroferarios de María Santísima de la Amargura. Gracias a Dios se recuperó este hermano, pero tuvo que ser curioso el intercambio de vestuario para las personas que pasaban por allí. Cuando llegamos a la Catedral muchos hermanos me preguntaban: ¿tú no llevabas una naveta cuando salimos?


Muchas gracias Pablo, de parte de todo el equipo.