miércoles, 29 de marzo de 2017

ANTONIO OLIVARES ESPIGARES #DeCerca


Semana y media resta para que se abra la Semana Santa de 2017, y con ella todos los sueños de tantos cofrades en nuestra ciudad. La fe vivirá días grandes pero no sólo de momentos se llenará el alma, pues sería difícil vivir el año con tan solo el recuerdo de unos nueve mágicos días.
Una persona que conoce bien la vida cofrade durante todo el año es el hombre que tenemos hoy en la entrevista: un cofrade ejemplar, de toda la vida, de los que son bautizados a la par que se les hace hermanos de la cofradía, de los que viven su fe a la vera de sus titulares. Hoy conocemos #DeCerca a Antonio Olivares Espigares, Hermano Mayor de Santa María de la Alhambra.

-Siempre suelo preguntar cómo son los orígenes cofrades de nuestros entrevistados, pero en tu caso, el número de hermano y papeleta de sitio cuenta con los mismos años que tu carnet de identidad. Está claro que eres cofrade desde el mismo vientre materno.
Pues sí, mi padre me inscribió en la Cofradía de Santa María de la Alhambra a los 3 meses de nacer, por lo que ya he cumplido las bodas de Oro con mi Hermandad. Y mi madre ya me llevaba en su vientre a la Tribuna Oficial de la Plaza del Carmen allá por el año 1964, y desde entonces, ininterrumpidamente, he seguido acudiendo, ahora, a Ganivet, lógicamente. Y mi padre también me inscribió junto con él en la Cofradía del Gran Poder de Sevilla en el año 1.976, por lo que también acumulo una antigüedad de 40 años en esa Hermandad hispalense.  

-Y fuera de lo cofrade, ¿cómo fue la infancia y juventud de Antonio Olivares?
En lo que a esta entrevista atañe, fue muy influida por la educación Marista, en cuyo Colegio La Inmaculada del Carril del Picón, me eduqué durante 12 años. Llevo el sello marista en mi vida, desde entonces, como lo llevan todos los que han pasado por esta Institución. Ahora tengo la suerte de que mi hija curse sus estudios de primaria en ese mismo Colegio. Después, estudié Derecho, en donde, por cierto, conocí de cerca –como todos los alumnos de la época-  la etapa anterior de la Cofradía Universitaria, aunque no participaba en ella.


-De profesión abogado, y por cierto muy reconocido en nuestra ciudad. Los hay bastantes que, al igual que tú, viven su fe en las cofradías. Aunque a priori no tenga nada que ver, siempre es posible llevar la fe en todos los ámbitos de la vida, así también el mundo de las hermandades: ¿ha sucedido alguna vez que en trámites legislativos has sacado el ámbito cofrade?
No. Sin embargo creo firmemente que uno no es cristiano a tiempo parcial, los domingos a la hora de misa, o en las celebraciones litúrgicas del año, sino que se es cristiano a todas las horas, en la familia, en el trabajo, con los amigos, en soledad, y  hasta en el ocio, y el deporte. Por eso, probablemente, en el ámbito profesional, no oculto en absoluto mi educación religiosa, y, mucho menos, mis raíces cristianas, que, al fin y al cabo, aunque algunos quieran negar la historia de siglos, son las de mi país, aunque solo lo contempláramos desde el punto de vista cultural e histórico (que no es mi caso). 

-Fuera de lo profesional, el deporte es una de tus pasiones, más concretamente el fútbol, donde es curioso que en vez de calzarte las botas para ganar con tu equipo, lo haces como árbitro. ¿Cómo te atrajo más el arbitraje que el meter gol?
Me atrajo y mucho, meter goles, encestar canastas, hacer puntos de break, etc... mientras fui joven. He practicado muchos deportes (ninguno especialmente brillante, desde luego, aunque siempre competitivo), seguramente influido por esa educación marista a la que antes me refería en su ámbito multideportivo. Pero cuando las piernas se resintieron me metí en el arbitraje, y encontré una actividad deportiva que me tomo muy en serio, y que me encanta, y me libera de mucho estrés. Me parece un mundo muy interesante y entretenido y disfruto mucho, incluso bajo la presión que supone, aun también  a nivel de aficionados. Es impresionante la cantidad de Peñas deportivas que hay en Granada, y cuantas personas participando en ellas con ilusión semanal, y de todas las edades.    

-Volviendo a lo estrictamente cofrade, en junio acabarás tu segundo y último mandato al frente de la cofradía alhambreña. Ocho años encabezando una Junta de Gobierno que no dejará indiferente a nadie en la historia de la hermandad e incluso de nuestra semana mayor. ¿Qué sensaciones tienes al acabar este gran periodo?
Sensación del deber cumplido, y de haber alcanzado el 80% de las metas propuestas, si no más, y de que las cosas han salido tal y como las pensé hace 8 años, lo cual es una suerte. Ha habido muy pocos imprevistos y contratiempos, y la línea que ha tomado la Cofradía en estos años es exactamente la que me propuse al comenzar.

-En estos ocho años han tenido lugar cambios que no todos los hermanos han apoyado, pero que una vez vistos en la calle, con el voto mayoritario del cabildo de hermanos, han dado un nuevo empuje a la hermandad de las Angustias de la Alhambra. Desde el cambio a costal, eliminando los antiguos 'palos' externos, hasta la llegada de la luz de cera que tan bien ha sentado a Santa María de la Alhambra en el palacio de plata que lleva por paso. ¿Cómo se han vivido estos cambios en el seno de la hermandad?
Con mucha satisfacción. De estos dos cambios que citas, que han sido esenciales, ninguno de los dos responden a algo meramente ornamental como pudiera pensarse. La retirada paulatina de la luz eléctrica, responde  a la línea que yo estimaba que debía tomar la Cofradía, más seria, más recogida, más acorde con la Imagen que procesionamos, incluso más adecuada a la costumbre y el significado cristiano de la ofrenda de luz de cera. En cuanto al cambio al costal y retirada de largueros externos, fue debido a la falta de costaleros suficientes para las trabajadoras exteriores, y con ese cambio se triplicó la nómina de costaleros con lo que de importante eso tiene para la vida general de la Hermandad. A estos dos cambios se une un incremento exponencial de los jóvenes en la participación, dirección y control de la Cofradía, apuesta mía personal, un Cortejo mejor dispuesto en la calle, y un repertorio musical mucho más acorde con nuestro Paso (gracias a un profesional de la música, como es nuestro Diputado Mayor de Gobierno, Salvador Sánchez). La unión y el trabajo de los hermanos –principalmente los jóvenes- para organización de eventos, como la Cruz de Mayo, o recientemente el ensayo costalero solidario, entre otros, hacen que, en su conjunto, todos estos cambios y novedades dejen una Cofradía mucho más viva, más activa, y con mucho futuro.   

-El proyecto más grande en el que se ha embarcado la hermandad en tus años de mandato es el de los faldones para el paso de Santa María de la Alhambra. ¿Cuándo podremos empezar a ver esa exquisita obra en la calle?
Curiosamente, es el proyecto de más calado de mi mandato que, sin embargo, por cuestiones de financiación, aunque está aprobado por un Cabildo que apostó por una reforma integral y general del Paso, no podrán verse sus resultados en la calle hasta dentro de unos años (espero que los menos posibles). Ello es debido no solo al aspecto económico, sino a que, antes de acometer el bordado de los faldones, había que restaurar el Paso de plata, tan valioso y tan delicado, realizar una nueva parihuela, reformar los faroles para su adaptación a velas de cera, y crear cuatro maniguetas nuevas con las cabezas de los leones para que el Paso no perdiera su esencia. Todo eso se queda hecho, por lo que el siguiente paso a dar es ya el bordado de los faldones según el magnífico proyecto que se aprobó durante este mandato y que deberá afrontar el nuevo Hermano Mayor y su Junta de Gobierno. 

-Otro cambio importante, todo un acierto por mi parte, ha sido ir adelantando la salida procesional de Santa María de la Alhambra para que cumpla un poco más con la liturgia y a las doce de la noche, cuando dan comienzo las celebraciones de la Vigilia Pascual por la Gloriosa Resurrección de Cristo, la imagen de las Angustias de Nuestra Madre esté ya bajo la nave central de su sede canónica.
Es fundamental que sea así, mientras sigamos procesionando en Sábado Santo. Lo ha de ser para respetar lo más posible la Liturgia. Y a mi, personalmente, me gusta más la Hermandad en horario de día, en el que nuestra Sagrada Imagen brilla por sí misma con todo su esplendor, como también nuestros valiosos enseres, nuestros hábitos, los niños están mejor, todo...  y el mismísimo Paso de Indalecio Ventura. Además, el regreso en torno a las 12 de la noche  ha hecho que en los últimos años se congregue en el recinto alhambreño una ingente cantidad de personas para disfrutar de las últimas chicotás de pasión de la Semana Santa, antes de que celebremos por todo lo alto la Pascua de Resurrección en la Liturgia y con las restantes Hermandades, en el domingo más importante del año. 

-La iluminación, la flor, los palos que hacían partícipe al pueblo de Granada en la subida a Gomérez… pero no sólo cambios en lo material, también en el patrimonio humano. Siempre se ha destacado a la hermandad del Sábado Santo como una cofradía donde las personas mayores y con poder económico eran dueñas y señoras de la corporación, pero tu mandato ha abierto los cargos de responsabilidad a jóvenes cofrades muy implicados (entre los que orgullosa y agradecidamente me encuentro). ¿Cómo te decidiste a apostar por los más jóvenes?
Porque era lo natural y lógico. Si no apostamos por la juventud, no sembraremos semilla para que la Cofradía perdure, y no evolucionaremos con los tiempos, ni haremos formación y educación cristiana a los que llegan y han de ser nuestro relevo  –de lo que tu bien sabes, porque has sido el responsable de esta parcela en los últimos años, incluso hasta en la formación para el Sacramento de la Confirmación-, lo que hemos conseguido con indudable éxito, sobre todo entre los más jóvenes, mucho más receptivos que los mayores.

-Entiendo que la juventud ha significado mucho para ti y para la hermandad en estos años, el crecimiento de la actividad del grupo joven ha sido inmenso.
Al comienzo de mi mandato, Salva Sánchez tenía un minúsculo grupo de tres personas jóvenes con las que se empeñó por mi encargo y su entusiasmo en crear y desarrollar un Grupo Joven acorde con la categoría de nuestra Hermandad. Hoy algunos de aquellos jóvenes, incluyendo a Salva, están en puestos de responsabilidad dentro de la Junta de Gobierno, y muchos otros se han ido sumando al mismo, que ha crecido exponencialmente respecto a etapas anteriores. Siendo “material humano sensible” del que hay que estar muy pendientes y no decaer en los esfuerzos, no cabe duda que se ha hecho un gran trabajo entre todos.  

-Hermano Mayor desde el año 2009, pero muchos más has pasado en la junta de gobierno, como por ejemplo de secretario. Tras tanto tiempo al servicio de la cofradía en la primera línea, ¿cómo te planteas tu vida de hermandad para el próximo curso cofrade?
Es una incógnita, pero desde luego, dando un paso al lado y dejando que otros dirijan la Cofradía con su equipo de Gobierno, que contará, como no, con mi apoyo personal, y con mi deseo de crecer más y de mejorar, porque siempre hay margen para aumentar la devoción a nuestra Madre y de trabajar con nuevos proyectos ilusionantes e integradores para los hermanos. Tras 16 años en la Junta de Gobierno, hay que dejar paso a otros, aunque, como un hermano más, siempre he de estar al servicio de lo que se nos pida, y en la medida que yo pueda.

-Al igual que el amor por tu hermandad, lo de estar implicado desde joven en la junta de gobierno te viene de familia, pues otro Antonio Olivares (Cano), tu padre, estuvo a la cabeza de la corporación alhambreña. ¿Cómo vivías esos años en los que tu padre dirigía la vida de la cofradía?
Son recuerdos imborrables en lo personal y una etapa esplendorosa en lo cofrade, aunque muy distinta a la actual. Afortunadamente, hoy día todas las Cofradías han crecido enormemente en todos los aspectos, lo cual no nos hace a nosotros de menos, sino al contrario, pues precisamente porque no podíamos seguir viviendo de las “rentas” de unos años gloriosos en casi todos los aspectos, es por lo que la Cofradía tenía que reorientarse en los nuevos requerimientos que desde la Iglesia se nos piden a las Hermandades en este nuevo milenio, y que comportan un diseño de Corporaciones muy diferentes de lo que eran entonces, en aquellas décadas de oro, ya pasadas. En todo caso, haber vivido en primera fila aquellos años, me hacen ser conocedor profundo de la intrahistoria de esta Cofradía y de sus hermanos, de su idiosincrasia y de su especial naturaleza, lo cual, créeme, ha sido tremendamente útil para gestionarla... y  para cambiarla.  

-Dentro de la vida de las cofradías has hecho mucho, no sólo para la que es tu hermandad. Tu voz radiofónica, dedicada algunos años a otra de tus pasiones como es el cine, te ha servido junto con tu prosa y tu amor por la literatura, para pregonar a la Semana Santa de Granada en el año 2009. ¿Qué recuerdas de aquel pregón? ¿Cómo lo viviste?
Fue una experiencia personal tan profunda que es difícil de describir. Lo es porque ya los meses escribiendo el Pregón me aportaron mucho a todos los niveles, y diría que me ayudaron enormemente en mi vida espiritual. Contar la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo es una tarea imponente, pero que satisface como pocas cosas al más humilde e imperfecto de sus seguidores como puedo ser yo. Cuando, por fin, pude pronunciar el Pregón en el Teatro Isabel la Católica, sentí una gran plenitud como cofrade y como cristiano.  

-Sin lugar a dudas, la Semana Santa y la fe son algo esencial para ti, pero también haces porque sea así para tu familia cada domingo acudiendo a la eucaristía. ¿Cómo viven tu hija y tu mujer tu pasión cofrade?
Ambas son hermanas alhambreñas, y mi esposa ha hecho Estación de Penitencia en algunas ocasiones, vistiendo el hábito nazareno y con mantilla española en otras. De ascendencia sevillana, el mundo cofrade no es nuevo para ella, sino al contrario, y  le gusta vivirlo en todos sus aspectos y matices. Mi hija, bautizada en Santa María de la Alhambra, no ha mostrado por ahora mucho interés por este mundo cofrade, pero sí por su grupo de catequesis parroquial, coro incluido, y el de Pastoral de su Colegio, estando plenamente integrada en ambos. Seguramente, cualquier día despertará en ella el “gusanillo” cofrade. Probablemente, cuando vea a su padre, menos estresado con sus obligaciones en la gestión de la Hermandad. Así son los niños... Pero en mis retinas de padre queda aquella instantánea suya, portando hace un par de años la llave de la Cofradía de la Borriquilla y nuestra, para “abrir” la Semana Santa desde el templo redentorista.

-Ya huele a incienso en las calles de Granada y la Cuaresma llega a su fin para dar paso al gran Domingo de Ramos: ¿cómo vives la Semana Santa desde que sale la hermandad de la Borriquilla hasta el Domingo de Resurrección?
Pues con mucha imaginación e ingenio para poder compaginar sin desfallecer, algunas salidas, el tiempo de Tribuna en Ganivet, alguna recogida, y, por la mañana, visitas a los Templos, y, por supuesto, cumplir con la Liturgia de los días grandes, con mi familia... y también con las pequeñas liturgias (con minúscula) que cada día conlleva: una revirá aquí, un balcón allá, un vino en esta taberna, una visita a tal establecimiento, comprar los dulces, planchar el hábito, etc.., etc...

-Además de la corporación del Sábado Santo, ¿alguna hermandad más cuenta contigo en la nómina de hermanos?
Ya he comentado antes que soy hermano de la Cofradía del Gran Poder de Sevilla  desde hace 40 años, y de vez en cuando hago Estación de Penitencia acompañando al Señor en la madrugada del Viernes Santo, lo que, sin duda, resulta ser una experiencia inolvidable. Es mi devoción Cristífera, sin dudas. Me impone verlo, hablarle, rezarle, darle gracias, pedirle... Como curiosidad, pero de lo que me siento muy orgulloso, y más en este año especial de su centenario, durante algún tiempo de niñez fui cofrade de la Cofradía del Santo Vía-Crucis, cuando Don Luis Recuerda (padre) era su Hermano Mayor, e hice Estación de Penitencia vistiendo el hábito morado desde la SICM. No pertenezco a ninguna otra Cofradía de Penitencia o Gloria.

-Como cofrade de a pie, ¿cómo definirías el estado actual de las treinta y dos hermandades y cofradías de nuestra semana mayor?
Muy bueno en casi todos los aspectos. El día que las filas de nazarenos estén más pobladas y nutridas, y que el granadino cofrade ”de a pie” se identifique con la obligación de vestir el hábito nazareno cada Semana Santa en su Hermandad o Hermandades, como hacen los costaleros o los músicos en sus distintos ámbitos, entonces habremos alcanzado la esencia. 

Y para conocerte un poco más de cerca:

- Un recuerdo de tu infancia como cofrade:
La Tribuna de Plaza del Carmen, las mañanas de Domingo de Ramos en la Alhambra, las tertulias en la pequeña casa de hermandad de nuestra Cofradía, en la calle Jesús y María, que conocíamos como “El cuartillo”...
- Una imagen de Cristo de nuestra Semana Santa:
El Santísimo Cristo de la Misericordia (Silencio), seguido muy de cercar por Nuestro Padre Jesús del Rescate.
- Una imagen mariana de nuestra Semana Santa:
Nuestra Señora de las Angustias Coronada de Santa María de la Alhambra.
- Una marcha cofrade:
La Madrugá, de Abel Moreno.
- Tu mejor recuerdo como cofrade:
Al terminar la Estación de Penitencia cada Sábado Santo con Santa María de la Alhambra, verla llegar a su Casa a los sones de La Madrugá en la revirá final del Polinario. No se olvida nunca. Gasolina para todo el año.
- Un momento especial de la Semana Santa (que no sea una de las hermandades donde procesionas):
Hay miles. Pero digamos que el Silencio en Plaza Nueva, la zona cero cofrade y hasta cristiana en las primera horas de la madrugada del Viernes Santo.
- Tu rincón para ver cofradías:
Mi palco de Ganivet. Sin duda que no es el mejor sitio, pero llevo tanto tiempo... En su defecto, cualquier calle de regreso de cualquier Cofradía, antes de llegar a la bulla de su Templo, donde se respire un poco de intimidad y oración. .
- Tu momento más feliz como cofrade:
Probablemente, pronunciando el Pregón Oficial de la Semana Santa del 2009. Era el compendio de toda mi vida cofrade.
- Y el que te hubiera gustado no vivir:
Detesto profundamente el inframundo cofrade en el que viven aquellos que vienen a este mundillo a figurar y a criticar.
- ¿Con que adjetivos definirías nuestra Semana Santa?
Con los mejores epítetos posibles.
- Cuéntanos alguna anécdota cofrade que hayas vivido:
¿Alguna? Hay para escribir una docena de libros, de verdad... y habría que escribirlos.



Muchas gracias Antonio, por esta entrevista y por todo tu trabajo e implicación en nuestra Semana Santa y en la vida de la Iglesia.