Nota de la Hermandad:
Una
exaltación a la Esperanza a pocos días de su Coronación Canónica Pontificia fue
lo que vivimos en el auditorio Manuel de Falla en una luminosa mañana de
septiembre que ya quedará grabada para los hermanos de la corporación en el
rincón de los recuerdos de este año 2018.
Con el único
hilo conductor de la Esperanza, los tres oradores, Manuel Amador, Álvaro Barea
y David Rodríguez, fueron desgranado en tres bloques lo que cada uno de ellos
entiende, siente y vive en términos “esperanzos”.
En el
primero de ellos, y a modo de introducción histórica, se antepuso la Esperanza
a la desesperanza que anida en muchos corazones de la sociedad. Amador Moya nos
fue llevando a explicar cómo hemos llegado a este punto de nuestras vidas.
En el
segundo bloque, y con un recuerdo especial a los hermanos fallecidos, y de
todos los devotos que durante 300 años han venerado a la Niña de Risueño,
explicaron porqué se corona una imagen de la Virgen María.
En el último
bloque se proclamó la Esperanza como confirmación de los que ya no están y
ancla de los que aún permanecen.
El
desarrollo del acto resultó diferente por la presencia de tres pregoneros, así
como de la música, que llegó de la mano de la Banda Municipal de Granada, bajo
la batuta de Carlos Atienza, la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestro Padre
Jesús del Gran Poder, las saetas y la música lírica con nombres como Curro
Andrés, Leticia Rodríguez, Alicia Morales, Cristian Delgado; las guitarras de
Kiki Corpas, Manuel Castillo y la flauta de Alberto Trujillo, regidos entre
bastidores por Encarna Vargas.
El guiño a
los más pequeños de la hermandad que representan el futuro, ayudó a que la
exaltación a la Virgen Niña de Risueño, tuviera momentos delicados y otros
llenos de emoción que cautivaron a los asistentes, entre los que estaban la
concejal de Cultura, María de Leyva, la portavoz popular, Rocío Díaz y hermanos
mayores de las corporaciones granadinas.
Agradecemos
a los pregoneros y artistas su cariño y esfuerzo, a sus familiares y amigos
llegados de toda Andalucía, así como a hermandades, instituciones y
asistentes su presencia en un Manuel de Falla que rebosó Esperanza
en una mañana irrepetible.