lunes, 11 de marzo de 2019

ÁLVARO BAREA PRONUNCIA UN PREGÓN REPLETO DE VIVENCIAS

Es habitual que los pregoneros expongan parte de su personalidad y sus vivencias durante las intervenciones que protagonizan. Así ha sucedido con Álvaro Barea, designado por la Federación para pronunciar el Pregón de la Semana Santa de este año. Su alocución estuvo marcada por el sentido del humor, el cariño a las devociones de las que más participa, el verso y una prosa fluida y amena.
Presidió el acto el Vicario General de Granada, Francisco Espigares, que estuvo acompañado por diversas autoridades como el Alcalde, Francisco Cuenca. No pudo estar en el Pregón, debido a que se encuentra recuperándose de una dolencia, el Presidente de la Federación, Jesús Muros, actuando como sustituto el Vicepresidente, Armando Ortiz. El escenario fue preparado por los grupos de priostía de las cofradías de las que es hermano el Pregonero. Así junto al atril estaba el Niño Jesús de la Esperanza, protagonista de la procesión infantil de la corporación de esta advocación, ante el que se encontraba una reproducción de la Custodia del Corpus de la Santa Cena. También configuraban la escenografía un crucificado de tamaño académico del Convento del Santo Ángel Custodio, residencia de la Hermandad de San Agustín, y a modo de candilejas, faroles de mano del Silencio.
Antonio Cambril se encargó de presentar al Pregonero, incluyendo en su intervención un texto de su padre, José Luis Barea, que tuvo esta misma responsabilidad hace 25 años y que siguió la intervención de su hijo desde el patio de butacas de un Teatro Isabel la Católica que se volvió a llenar para la ocasión. El acto contó con la habitual participación de la Banda Municipal que estuvo dirigida por Ángel López Carreño.
Dueles de hermosa
Barea dedicó sus primeras palabra a Granada, en una loa en la que llegó a señalar que "Dueles de hermosa", mientras sonaba la grabación de una evocadora composición clásica como fondo. Fue un momento de honda emoción. Quiso también que en la primera parte de su Pregón estuvieron presentes las Cofradías de la Lanzada y Despojado. La primera por disponer ya de una puerta que le permitirá salir desde su propia sede y la segunda por sacar por primera vez el palio del Dulce Nombre.
Una de las partes del Pregón se tituló Imágenes de madera, aprovechando para señalar que "Hay quienes nos acusan con facilidad a los cofrades de idólatras porque, según dicen, rezándole a la madera adoramos becerros de oro como el del Antiguo Testamento. Contaba Antonio Machado que todo lo que se ignora se desprecia. No, señores, no. No hay nada malo en querer ponerle rostro al Hijo de Dios para familiarizarnos con quien habita en el Sagrario".
Anécdotas
Hubo numerosas anécdotas que hicieron sonreír a los asistentes y que él contó con un gracejo especial, como la del aquel penitente de la Concha que fue confundido con uno del Silencio y fue amonestado por un responsable de la procesión al no ir en las filas, la conveniencia o no de elegir al muñidor entre los tres más tristes de la cofradía o la referencia al espacio radiofónico de COPE Tiempo de Juego cuando hablaba de los "pinganillos" de los organizadores de los cortejos.
Silencio
Entre las cofradías que tuvieron una relevancia destacada en el Pregón estuvo la del Silencio, en la que Barea dio sus primeros pasos como cofrade de la mano de su padre. "Mirando a este Cristo - dijo- aprendía a rezar el Padre Nuestro y así se lo enseñé yo también a mi hija Candela".
Abordó también el Álvaro el asunto de la muerte desde la optica cristiana, a lo que siguió un poema de contenido mariano en el que estaban presentes las advocaciones marianas de la Semana Santa granadina.
Resurrección
Irrumpió de nuevo una grabación, en este caso durante el final de la declamación oratoria, con unas campanas que sonaban mientras el Pregonero se refería a la Resurrección, recurriendo de nuevo a la poesía para referirse al "Domingo más radiante".