Cada cofradía atesora una personalidad particular. El Martes Santo ha sido un claro ejemplo, porque cada una de las cuatro corporaciones que han realizado estación de penitencia, han mostrado sus características propias. La Semana Santa más clásica ha estado en el Vía Crucis. El barrio más castizo ha disfrutado con la Soledad de Santo Domingo. El fervor popular se ha desatado con la Esperanza. Y un barrio joven y entusiasta se ha volcado en torno a la Lanzada.
Al margen de estas circunstancias, según ha adelantado COPE GRANADA, Granada Histórica va a solicitar la Medalla de Oro de la Ciudad para el cantaor Curro Andrés, por su contribución al mundo de la saeta y a las cofradías granadinas.
Vía Crucis
La procesión del Vía Crucis, muestra un sabor decimonónico. El cortejo se organiza de forma singular y con un sentido especial, como la escolta al Libro del Santo Vía Crucis. Tras la Virgen de los Reyes, un elegido repertorio, interpretado con un gusto extraordinario por la Banda de los Ángeles. La comitiva ha atravesado por primera vez con su nueva rotulación el Arco Jesús de la Amargura, que recientemente ha sido nominado de esta forma por el Ayuntamiento.
Lanzada
Era uno de los momentos más esperados de esta Semana Santa: la salida y el regreso de la Lanzada a su templo, la Parroquia de los Dolores. Tras décadas de espera se ha logrado. Una nueva puerta y resuelto un problema. La corporación ha mostrado el que probablemente ha sido el cortejo más extenso de toda su historia.
La hermandad zaidinera tiene por delante un futuro magnífico. A esta situación se ha llegado después de un esfuerzo que hoy ha visto culminada su recompensa.
Humildad
El Señor de la Humildad y la Soledad de Santo Domingo, es un clásico de la Semana Santa de Granada. Así cabe definir su procesión. Castizo, popular y emotivo cortejo en el que cabe destacar el oportuno repertorio interpretado por la Banda San Isidro de Armilla, muy acorde con la advocación mariana a la que han acompañado.
Esperanza
En muchas ocasiones, una coronación canónica supone un esfuerzo de tal magnitud, que la cofradía tiene dificultades para continuar creciendo de forma inmediata. Esto no le ha sucedido a la Esperanza. Siguen aumentando su nómina de hermanos y los participantes en la procesión. La presencia de público en la salida y el retorno a Santa Ana, muestra la popularidad de la corporación.