Que la lluvia fue la protagonista de la Semana
Santa 2013 es algo sabido. Acaso en este balance se deba citar para que se
registre de forma más rotunda en los anales. En 1999 fue la última vez que no
hubo ninguna alteración en el programa procesional. Desde entonces la lluvia no
ha dado tregua, salvo en 2002, pero entonces la autoridad eclesiástica
suspendió la salida de la Cofradía del Nazareno. Son por tanto décadas en las
que no se consuma la normalidad. En esta ocasión la estadística no tiene
precedentes. De las 34 procesiones que organizan durante estos días las 32
cofradías federadas, 12 fueron suspendidas por la lluvia: Santa Cena,
Despojado, Maravillas, Encarnación, Rescate, San Agustín, Rosario, Nazareno
Soledad de San Jerónimo, Facundillos, Resucitado de Regina y Resucitado Zaidín
Vergeles. 2 no llegaron a la Catedral: Dolores y Huerto. Esta última lo intentó
en dos ocasiones. Los Gitanos se quedaron en la Catedral y regresaron sólo con
sus pasos el Viernes Santo. 18 se afectaron por la lluvia, por diversas
circunstancias, sobre todo en el retorno, cuando hubieron de regresar de forma
precipitada a sus templos. Solo la Cofradía de la Alhambra pudo desarrollar con
normalidad la estación de penitencia. Incluso hubo un día en que no salió
ninguna procesión: el Domingo de Resurrección.
Con estos datos es muy difícil hacer un balance,
dado que una parte sustancial de lo programado no pudo suceder, pero con lo
acontecido se pueden establecer algunas conclusiones.
Importante participación
La nota predominante en los cortejos es el
aumento de participantes. La mayoría de las cofradías volvieron a agotar sus hábitos.
Siendo un asunto a mejorar en la actualidad poder disponer de procesiones con
mayor participación, este incremente moderado pero sostenido en los últimos
años, llama al optimismo. En cuanto a los espectadores, su presencia fue
masiva, tal vez influenciada por el escaso número de procesiones que pudieron
salir a la calle. Pero por ejemplo, el Jueves Santo en Plaza Nueva era tal el
gentío que las comitivas no podían avanzar y se llegó a acumular cierto retraso
en la llegada a la Carrera Oficial debido a esta circunstancia.
Además los cortejos, por lo general, regresaron
ordenaos y ello en ocasiones bajo la lluvia. A esto hay que sumar el ejemplar
comportamiento de los hermanos en el interior de los templos, al conocerse las
distintas suspensiones que su tuvieron que comunicar.
Flor y música
Cada año es mayor el primor, el mimo y el buen
gusto con el que se adornan los pasos con flores y otros vegetales. Atrás han
quedado los tiempos de gastos tal vez excesivos y la búsqueda, no siempre muy
acertada, de variedades exóticas. En muchos tronos ha destacado la presencia de
hojas verdes, que convenientemente colocada, además de abaratar el gasto, dan
un aspecto original, sobre todo en algunos calvarios.
El nivel musical sigue creciendo. Todas las
bandas de Granada sorprenden por su extraordinaria categoría. Acaso por destacar
alguna, se puede citar la afinacion de la más veterana, la Agrupación de la
Estrella.
Costaleros
Notable su esfuerzo y el decoro con el que suelen
realizar su trabajo. Cada año con una mayor aplicación y siendo un pilar
fundamental de la Semana Santa en su actual concepción. Y conste que ser
costalero en Granada, no es sencillo debido a la angustura de los itinerarios.
Federación y Ayuntamiento
El servicio de coordinación y apoyo de la
Federación, también merece el reconocimiento. Especialmente importante es
cuando se producen circunstancias como la lluvia. En coordinación con el
Ayuntamiento estuvieron atentos a cualquier alerta de lluvia y ofrecieron las
alternativas posibles.
El Gobierno Municipal merece un capítulo aparte.
Cada año mejora su apoyo a esta manifestación de religiosidad popular. En esta
ocasión además, el Plan Parihuela que se encarga de la coordinación de
seguridad, contó con un radar de lluvia que advertía con la mayor precisión
posible de la aparición de este fenómeno meteorológico. Igualmente hubo
importantes avances científicos en el Centro de Atención al Costalero, que este
año se ubicó en un edificio de la calle San Matías.
Otro balance y el futuro
Al margen de estos aspectos materiales, está el
balance que cada cual pueda realizar a modo individual sobre cómo ha acogido en
su corazón esta celebración. En la intimidad de cada uno está ese otro balance
de enorme importancia.
Y tampoco conviene olvidar que casi es un punto y
seguido. En menos de dos meses está prevista la Magna Mariana. El 25 de
mayo de nuevo deben montarse y sacarse en procesión los 27 pasos, aunque
al final pueden ser algunos más, que participaran en este importante acontecimiento
que conmemora el Centenario de la Coronación de la Virgen de las Angustias,
Patrona de Granada.