Cuando todavía sigue en nuestra retina el recuerdo de la Semana Santa, el mundo cofrade granadino se encuentra en extraordinaria ebullición. Pasados ya los días de incertidumbres de horarios, recorridos y bandas; es este el momento de disfrutar de María en sus múltiples advocaciones y simulacros.
Llega la Magna como rosa de mayo y con ella una jornada dispuesta a hacer historia. Una historia iniciada en nuestros templos, donde en estos días, tenemos el privilegio de encontrar a María engalanada en sus pasos, esperando como la mejor de las novias el día soñado.
Llega la Magna como rosa de mayo y con ella una jornada dispuesta a hacer historia. Una historia iniciada en nuestros templos, donde en estos días, tenemos el privilegio de encontrar a María engalanada en sus pasos, esperando como la mejor de las novias el día soñado.
La Madre de Dios se hace presente en distintos rostros, salidos de diversas gubias imagineras, empeñadas en dibujar oraciones con la madera: Paz, Aurora, Consolación, Esperanza, Estrella, Concha, Soledad, Rosario, Antigua, ANGUSTIAS (...). Imágenes venidas de distintos barrios, algunas traídas de pueblos, unas tardogóticas o barrocas, otras contemporáneas; todas reflejos de una misma Madre.
Tenemos ahora una gran oportunidad de recordar los mejores pasajes de nuestra historia, perdiendo con ello absurdos complejos y logrando desde nuestra vida cofrade ser mejores cristianos, porque 100 años han pasado, del día en el que Granada rubricó siglos de fervor y piedad a su Patrona. Miles de generaciones unidas por un mismo fin, que no es otro que el Amor a Dios a través de María, la Virgen de las Angustias.
Con la ilusión del que se sabe a las puertas de algo grande, y la firme convicción de que AL CIELO CAUSA ALEGRÍA EL OIR "AVE MARÍA"... FELIZ MAGNA MARIANA
Con la ilusión del que se sabe a las puertas de algo grande, y la firme convicción de que AL CIELO CAUSA ALEGRÍA EL OIR "AVE MARÍA"... FELIZ MAGNA MARIANA