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martes, 11 de marzo de 2014

DIARIO PARA UNA CUARESMA-MARTES DE LA PRIMERA SEMANA DE CUARESMA-11 DE MARZO

El pasado domingo se leyó en la misa el relato de las tentaciones de Jesús que se recoge al principio del Capítulo cuarto del evangelio de San Mateo. Es uno de los textos más indicados para este tiempo de Cuaresma. En él se nos relatan los cuarenta días de ayuno practicados por Cristo en el desierto y las tentaciones a las que lo somete el diablo. Todo el texto está cargado de un gran sentido simbólico que nos sirve como exponente de la riqueza del mensaje del evangelio. Por ejemplo es fácil establecer el simbolismo del número 40, justos los mismo días que duró el Diluvio Universal. También el número 40 podría ponerse en relación con los 40 años que estuvo Moisés en el Desierto.

En cuanto a las tentaciones podemos apuntar que “no podemos precisar bien en qué forma se realizaron, si en forma sensible  externa o en forma imaginaria (Nuevo Testamento, B.A.C. 1974-comentario referido a este pasaje)”. Son tres tentaciones de diverso signo que le ofrece el diablo: convertir las piedras en pan- lanzarse al vacío para ser recogido por los ángeles -entregarle todos los reinos del mundo si lo adora. A cada tentación Jesús responde con una frase procedente del Deuteronomio, el último de los libros del Pentateuco, en el, entre otros aspectos se recogen una serie de aspectos legislativos que son los utilizados por Jesús para responder al diablo: no solo de pan vive el hombre, sino de toda la palabra que sale de la boca de Dios-no tentarás al Señor tu Dios-al Señor, tu Dios, adorarás y sólo a Él darás culto. A cada tentación su respuesta, en forma de réplica contundente, muestra de la gran utilidad que tiene para nuestra vida cotidiana, repleta también de tentaciones, lo que se nos señala en la Biblia, cuya lectura debe ser una de las constantes del cofrade, porque un cofrade es, fundamentalmente, un católico.