Como cada semana, desde
Cruz de Guía os queremos acercar a un cofrade de nuestra Semana Santa para
conocerlo en profundidad, no sólo como cofrade, sino como persona. Hoy tenemos
el gusto de conocer #De Cerca a Noelia Membrilla quien nos meterá de lleno en
el mundo de la saeta.
-Noelia para
romper el hielo no quiero comenzar con otra pregunta que no sea esta: ¿Qué fue
primero, el cante o salir en las filas de hermanos de una cofradía?
Salir en las
filas de nazarenos en la Cofradía de la Santa Cena. El cante vino después.
-Está claro
que tener una voz como la tuya es un don, pero aun así hay que trabajarla y
cuidarla. ¿Cómo es tu día a día en relación al cante y la música?
Todos los
días intento cantar algo, y claro, cuidarme la voz procurando no enfriarme.
-Entiendo
que una persona con una voz como la tuya, por muy cofrade que sea, no va a
dejar el cante solo y exclusivamente para la Semana Santa.
Claro que
no, aparte de cantar saetas, pertenezco al Coro del Realejo. Donde cantamos un
poco de todo, rumbas, sevillanas, villancicos…
-¿Cuándo se
da cuenta Noelia Membrilla del poder de voz que tiene?
La verdad
que siempre me ha gustado mucho la música, pero de muy jovencita cantaba lo que
se llevaba, música pop o lo que fuese. Hasta que el mundo del flamenco me
embaucó y el hacerme cofrade me introdujo en el mudo de la saeta. Me acuerdo el
año que la Victoria se dio la vuelta en calle Navas por el aguacero que nos
cayó. Fue un Domingo de Ramos difícil y triste, y sentía que tenía que sacar lo
que llevaba dentro. Me arranqué en la iglesia a cantarle a ella, pero no tenía
ni idea de cómo se cantaba una saeta… me acuerdo que fue larguísima. Pasado un
tiempo la cofradía creó la Escuela de Saetas y ahí comenzó todo para mí.
-Y ahora
cuéntanos sobre tus inicios cofrades, ¿qué fue antes la devoción o ingresar en
la nómina de hermanos por tradición cofrade?
La devoción
siempre la tuve, pero he de confesar que mi devoción siempre fue por la
Macarena. Mi madre eso me lo inculcó desde chiquita, porque nací en Sevilla y
en la Basílica de San Gil estoy bautizada.
-¿En cuántas
hermandades apareces en su nómina de hermanos?
Pues he sido
hermana de tres cofradías: Santa Cena, Huerto y Macarena. Pero con esto de la
crisis, como les ha sucedido a muchos cofrades, no he podido seguir en todas y
sigo a día de hoy en la Santa Cena.
-¿Cómo es la
Semana Santa para una cantaora de saetas?
Muy intensa
y emotiva, porque casi a todas las imágenes que le canto es por devoción.
-La familia
es el mejor apoyo que tiene uno en la vida, ¿cómo viven ellos tu Semana Santa y
tu pasión por el cante?
Pues gracias
a mi cante la viven algo más, porque no son muy cofrades. A excepción de mi
madre. Pero siempre están pendientes en la tele por si me ven o a algunas
publicaciones.
-Recuerdo
que cuando era niño apenas podía disfrutar de una saeta. Me contaban que
aquellos que se animaban a cantar en bullas, calles o balcones lo hacían por
remuneración económica. Hoy en día son muchos los que se animan, incluso
improvisan. ¿Cómo ves el estado actual de la saeta en nuestro ámbito cofrade?
Pues gracias
a Dios hay un grupo de jóvenes que les gusta el flamenco y van arraigando
costumbres como es la de cantar saetas en nuestra Semana Santa. Hemos tenido buenos
maestros y siguen enseñando mucho, como es Curro Andrés. A él le debo mucho.
-Las
recogías más saeteras están en la noche del Lunes Santo. Nuestro Padre Jesús
del Rescate congrega a diversos saeteros, y minutos más tarde la calle Santiago
crea un ambiente de cante y devoción. Allí he podido disfrutar de tu voz más de
una vez, ¿cómo es cantar desde un balcón al que mira cientos de personas?
Mis primeras
veces muy nerviosa, aunque nunca se pierden los nervios. Pero al principio
miras más por el qué dirán, habré gustado, espero no equivocarme.... Ya con los
años vas afianzando la voz y la manera de cantar, y te importa menos la gente.
Lo único es vivir el momento y como siempre, pido a la imagen que le canto, que
me guie por el buen camino.
-Si
hablábamos del estado actual de la saeta en Granada, te pregunto ahora por el
futuro, ¿hay cantera de saeteros?
Claro que
si. Hay un montón de cantaores que podéis ver como en la Semana Santa pasada,
muy jóvenes y con muchas ganas. Eso es un futuro garantizado.
- Y ahora como
cofrade, ¿cómo ves el estado de salud de la Semana Santa de hoy en día?
Yo la veo
bien, aunque hay muchos hermanos viendo las cofradías en vez de ir en las filas.
Yo se que la crisis ha hecho estragos en muchas casas, pero pienso que deberíamos
participar más en las filas.
- Aunque aún
quede lejos, ¿qué deseas para la Semana Santa de 2016?
Mucha Salud,
muchos hermanos en las filas, un tiempo inmejorable para que todas las
hermandades puedan realizar su estación de penitencia y que mucha gente venga
de fuera a ver nuestra Semana Santa que es preciosa y no tiene que envidiarle nada
a otras provincias.
Y para
conocerte un poco más de cerca:
- Un recuerdo de tu infancia como cofrade: ver La Macarena en la calle Feria, encima de un poyete agarrada a mi madre y gritándole guapa.
- Una imagen
de Cristo de nuestra Semana Santa: Rescate. Su
cara lo dice todo.
- Una imagen
mariana de nuestra Semana Santa: Victoria.
- Tu mejor
recuerdo cantando una saeta: la
primera vez que le canté al Silencio, en la
Carrera del Darro.
- Un momento
especial de la Semana Santa (que no sea una de las hermandades donde
procesionas): Cuando sale
La Borriquilla. Es el signo de que comienza la Gloria…
- Tu rincón
para ver cofradías: El Realejo.
- Tu momento
más feliz como cofrade: Cuando sale la
Santa Cena.
- Y el que
te hubiera gustado no vivir: cuando
nos llovió en 2003.
- ¿Con que
adjetivos definirías nuestra Semana Santa?
Sublime, con cuadrillas toreras y
elegancia en sus cortejos.
- Cuéntanos
alguna anécdota cofrade que hayas vivido: uno de los
primeros años que participé en la Exaltación a la Saeta que organiza la peña La
Platería. Se celebraba en las Descalzas. Me dispuse a cantarle una saeta al Nazareno,
y al terminar el primer tercio se me olvidó la letra y mientras respiraba pensaba
‘algo de la cara era…’ hasta que al rato me vino y rompí fuerte ‘y con el
rostroooo…’, y la gente rompió a aplaudir. Que mal rato pasé, pero al final
salí victoriosa (bromea).
Muchas
gracias Noelia, de parte de todo el equipo.
Gracias a
vosotros y siempre estaré dispuesta a colaborar en lo que pueda, un gran
saludo.