En el ecuador de la
Cuaresma queremos acercar a todo un cofrade amante de la palabra escrita, poeta
con los pies como costalero y también con la pluma como escritor, poeta y
pregonero. Hoy tenemos el gusto de conocer #DeCerca a José Manuel Rodríguez
Viedma, cofrade del barrio del Zaidín y toda nuestra Semana Santa granadina.
-El arte y don de la escritura se conoce y desarrolla
desde los primeros años de la educación, pero el sentir cofrade en ocasiones
nos atrevemos a decir que proviene del seno materno. ¿Qué fue antes, las
cofradías o la poesía?
No tengo ninguna duda en afirmar que el cofrade nace,
se hace y se forma en el seno cristiano que ha de prevalecer en cada una de
nuestras Hermandades y Cofradías. ¿Ser
poeta? No lo recuerdo. Quizás desde el mismo momento en el que las palabras
escritas fueron capaces de transportar los sentimientos propios a lo demás. Tal
vez la poesía me hizo cofrade.
-Cofrade granadino, venido desde el barrio del Zaidín,
salesiano de hábito negro y azulón. ¿Cuenta alguna cofradía más contigo en la
nómina de hermanos?
En cierto modo de todas aquellas a las que he
pregonado. Cada una ha conseguido arrancarme sentimientos que he podido tener
escondidos desde siempre y es por ello que desde entonces ha existido un lazo
de unión indescriptible, más allá de que en alguna ocasión, inmerecidamente me
hayan concedido el privilegio de hacerme Cofrade o capataz Honorífico, como la
Hermandad de San Juan Evangelista de Huéscar o la Hermandad de los Estudiantes de
Granada. Siempre he estado trabajando, literariamente hablando, para aquellas
Cofradías que me lo han solicitado y ello me ha unido en pensamiento en obra y
devoción, aunque solo realizo Estación de Penitencia cada Jueves Santo con la Hermandad de los Salesianos
y es en ella, donde cada día aprendo a seguir siendo cofrade.
-Tu labor en nuestra semana grande ha sido y es
amplia, empezando por los inicios de tu hermandad, ¿cómo fue el origen que dio
a luz a la corporación del Jueves Santo?
El desaparecido cuerpo de costaleros de María
Auxiliadora, compuesto por un grupo de antiguos alumnos salesianos decidió dar
forma y crear en 1.983 a la que hoy conocemos popularmente como la Hermandad de
los Salesianos. Mi hermano era componente de aquel grupo de jóvenes y yo, un
chico de trece años, que deseaba seguir sus pasos. Recuerdo con nostalgia
aquellos tiempos en los que cada día se llevaba a cabo la consecución de un
sueño. Primero la impresionante talla de nuestro Santísimo Cristo de la
Redención y años más tarde la de Nuestra Señora de la Salud (Antonio Díaz.) Fue
un camino complejo, pero en aquellos tiempos todo podía conseguirse con
voluntad y trabajo. La humildad fuera de las trabajaderas fue fundamental y las
ilusiones prevalecían sobre cualquier protagonismo individual. En aquellos
tiempos donde todo parecía imposible, todas las metas eran alcanzables.
-Actualmente eres miembro de la Junta de Gobierno de
la Cofradía del Santísimo Cristo de la Redención pero han sido innumerables las
funciones que has llevado a cabo en tu hermandad. ¿Cómo definirías tu vida de
hermano cofrade desde que formaras parte de ella?
Siempre he estado ligado al cuerpo de Costaleros,
desde que ingresé en el desaparecido de María Auxiliadora de la mano de mi
hermano, hasta la fundación del propio del Santísimo Cristo de la Redención en
el que ocupé el cargo de Vicepresidente. Durante más de veintidós años he
compaginado la costalería con algunas labores en la Junta de Gobierno de la
propia Hermandad como Vocal. En el curso 2.008 fui nombrado Presidente de la
Comisión organizadora del XXV Aniversario fundacional de la Cofradía, alternado
hasta el día de hoy, en el que ocupo el cargo de Diputado Mayor de Gobierno, y de
forma alterna (algunos problemas en la espalada así me lo exigen) con el mundo del costal. Pero eso sí,
rotundamente soy y seré costalero, aún no me he cortado la coleta.
-Anteriormente comentábamos tu aportación a nuestra
Semana Santa y es que entre tantas parcelas también has tocado la federativa en
el área de cultura. ¿Cómo fueron para ti los años en la Real Federación de
Cofradías?
Inolvidables. En ella he aprendido que siempre hay
algo por hacer para convertir a nuestra Semana Santa en un referente cultural
por medio de la devoción de nuestros cofrades y de su patrimonio artístico, de
forma internacional. Me honra saber que he puesto mi granito de arena, que el
trabajo realizado ha sido gratificante y que todo esfuerzo merece la pena.
Conseguir llevar a cabo la Magna Mairana y que la primera mujer pregonera
ocupara un atril del Pregón grande en el Isabel la Católica, quedará siempre en
mi memoria. El importante equipo humano de toda la Junta de Gobierno con su
Presidente a la cabeza, me recordaba aquellos comienzos en mi vida cofrade,
donde todo aquello podía conseguirse con trabajo y humildad siempre pensando en
el bien de cada una de las Hermandades y Cofradías de nuestra ciudad, ya fuera
en la restructuración de la carrera oficial, los nuevos palcos y tribunas,
asumiendo como parte fundamental que el apartado económico era primordial.
-Teniendo en cuenta que algunas cosas han cambiado en
el ente federativo, como ha sido la elección del pregonero oficial, ¿crees que
hay grandes diferencias entre la gestión de la federación de hace unos años y
la actual?
Entrar a valorar la forma de trabajar de unos o de
otros nunca es acertada. No dudo que cada cual entienda que su labor sea la más
apropiada o acertada. No entendería que las cosas se cambian solamente por no
mantener las llevadas a cabo hasta ahora y que solo el capricho forme parte de
las decisiones y los cambios que se lleven a cabo. La tarea de nombrar a un
Pregonero oficial es difícil. A nadie dejará diferente y cualquier decisión al
respecto ha de ser valiente y apostar por ella hasta el final. Nunca lloverá a
gusto de todos y actúes como actúes o decidas llevar la decisión a la Junta de
Gobierno, sea como sea, no hará que la crítica y el reproche, dejen de estar
servidos en el plato. ¿Qué hay diferencias de gestión en la Junta de Gobierno?,
claro que las hay. ¿Qué sean acertadas? Solo el tiempo dará o quitará razones,
la memoria junto a los hechos, permanecen para siempre y son los cofrades los
que han de juzgar cualquiera de nuestras acciones. Esto también se jura cuando
se acepta el cargo.
-Sin duda tu don con la prosa expresada de forma oral
o escrita te ha llevado a innumerables atriles de nuestro mundo cofrade. De
todos ellos, sin contar el pregón oficial de 2008, ¿cuál de ellos recuerdas con
mayor alegría?
Todos y cada uno de ellos. Y no es un tópico para no
herir sensibilidades. En cada uno de ellos ha existido un motivo para aceptar
el cargo de Pregonero. Unas noches sin dormir, un temblor de piernas
diferentes. Un trato exquisito, una palabra de aliento. En cada uno de ellos he
desnudado mis sentimientos. Se han lanzado prosas inéditas creadas para cada
ocasión. Me he emocionado cuando los he visto acabados. Cuando los he releído y
puesto el punto y final. Cada uno de ellos han formado parte de mi vida. Un
estado de ánimo, un acercamiento espiritual indescriptible. Para todos existe
un recuerdo especial en la memoria y jamás serán parte de mi olvido.
-Ser pregonero oficial de nuestra Semana Santa es todo
un lujo pero también una grandísima responsabilidad. ¿Cómo recuerdas aquel año,
desde la elección hasta el tradicional ‘he dicho’ final?
Con una rapidez inusual en el espacio tiempo. Un
nerviosismo generalizado en cada una de las decisiones en las que debía de
tomar en referencia a la estructura de la obra literaria. Tenía claro que cada
una de las Hermandades tendrían el mismo tiempo y el mismo protagonismo en el
texto. Incluso la mía. Los protocolos los días que antecedían al propio pregón.
Las visitas a algunas cofradías. El cariño. Los medios de comunicación… Cuando
llegó el 10 de febrero de 2.008, todo fue un suspiro. Ahora es un hermoso
recuerdo que siempre quedará plasmado en algunas fotografías, en los borradores
y en el pensamiento.
-Tu buen hacer como escritor y poeta se une con el fervor
y la pasión que profesas a las sagradas imágenes. ¿Es fácil inspirarse en el
ámbito cofrade? ¿Cuál es la obra que tengas en el recuerdo con más cariño?
Inspirarse en cada una de las imágenes Cristíferas o
Marianas en Granada es muy fácil. Solo basta el silencio y escuchar el alma que
respira en cada una de ellas. Plasmar el sentimiento en el papel es harina de
otro costal. Sería difícil seleccionar una obra en concreto, aunque he de
reconocer que hay tres escritos que ciertamente me conmueven cuando los escucho
o he escuchado en bocas de otros como fue el “Verso del Edicto” que portara el año 2.008 la mano del romano
del paso de las Tres Caídas o “De mis suspiros, tus Remedios” Plegaria escrita
a la Virgen de los Remedios, Reina y Madre de los estudiantes, y como no, la
recientemente compuesta a María Santísima de la Salud, “Nada del Dios te
Salve” que será estrenada el próximo día
9 en el teatro Isabel la Católica.
-Fuera del apartado literario, ¿cómo vive José Manuel
Rodríguez Viedma la Semana Santa desde que sale la Borriquilla el Domingo de
Ramos?
Como un cofrade más, imagino. Acompañado siempre por
mi mujer, mis hijos ya lo hacen con su círculo de amigos aunque no en pocas
ocasiones conjuntamente elegimos un encierro donde encontrarnos y acabar el día
con noches de incienso recién estrenadas. El domingo de Ramos recorremos las
póstulas, visitamos algunos templos y tras llenar nuestros estómagos con viandas
improvisadas, nos dirigimos al Perpetuo Socorro. El resto de los días y tras la
programación la noche anterior, preparamos el circuito a seguir. Tenemos el
tiempo justo para ver algunas salidas y dirigirnos al Palco en la Plaza de las
Pasiegas, para verlas todas y cada una de ellas. Es un lugar hermoso donde las
cofradías tienen su sentido único al atravesar el pórtico de la Encarnación.
Luego la noche, los encierros y volver a empezar. Siempre dejando un justo
lugar a la espontaneidad, esto hace que cada Semana Santa sea especial e
inolvidable.
-Y durante el año, ¿cómo vives tu fe y devoción hacia
tus sagrados titulares?
Menos de lo que yo quisiera de forma presencial, que
no espiritual, ya que mis Titulares me acompañan en cada momento en el alma y
en el pensamiento. Mi trabajo laboral unido al del mundo literario, me mantiene
no en pocas veces en sitios, donde la obligación es causa que exige nuevamente
al espacio tiempo, que la devoción de donde uno quiere estar se convierta en
una quimera.
-Y la familia, ¿cómo vive tu pasión cofrade y tu labor
literaria?
No en pocas veces con resignación, más en la parte
literaria que en la cofrade, ya que en esta última ellos, sobre todo mi mujer,
son tan participes como yo de la vida cofrade. Disfrutamos tanto como lo
hacíamos en aquellos años de noviazgo y ahora lo disfrutamos al ver que cada
uno de nuestros hijos e hijas, mantienen intactas sus ilusiones cada cuaresma.
Al referirme a la literaria, procuro que solo nos sintamos separados el tiempo
en soledad que pasa el escritor frente a la página en blanco, el resto de mis
viajes o compromisos procuramos hacerlos juntos. Ella me da la seguridad para
que no se me doblen los tobillos.
-Ahora como cofrade de a pie José Manuel, ¿cómo ves el
estado de salud de la Semana Santa de hoy en día?
La participación de la juventud en las filas de
nazarenos se antoja difícil. Debemos de hacer latente la importancia de ellos
en nuestros cortejos y saber medir los protagonismos injustificados que damos a
otros sectores dentro de la propia Hermandad. La humildad hay que buscarla más
allá de lo que la propia palabra nos índica y saber donde empieza y donde acaba
la realidad de la cada una de nuestras corporaciones. Los Titulares son el
único camino y la única verdad. No hay nada más importante que esto aunque
algunos lo mal interpretan con sus cabezas engominadas gritando frases hermosas
en el desierto.
-¿Y el de tu hermandad?
De la misma forma. No hay diferencia alguna al resto.
Trabajo y más trabajo desde la humildad. Con toma de decisiones firmes y
consensuadas, sabiendo en cada momento que el mensaje real debe de llegar a
todos y cada uno de los hermanos con la misma fuerza. La Hermandad obliga a la
asistencia a los actos y a ser activos. Sería un error que pensáramos que solo
existe un lugar para hacer penitencia o donde ser indispensables. Seamos
cofrades comprometidos y luego ocupemos cada cual el lugar donde desempeñar
nuestro compromiso con actitud cofrade.
-Ya estamos inmersos en la Cuaresma que tanto hemos
ansiado un año más, ¿cuál es tu deseo para la Semana Santa 2016?
Que sea única e inigualable y siga cumpliendo el
objetivo fundamental de acercarnos más y mejor a Cristo y a su bendita Madre.
Y para conocerte un poco más de cerca:
- Un recuerdo de tu infancia como cofrade:
Las manos de mis padres, los barquillos de canela y el
Campo del Príncipe.
- Una imagen de Cristo de nuestra Semana Santa:
El Santísimo Cristo de la Redención, porque es el mío.
- Una imagen mariana de nuestra Semana Santa:
Nuestra Señora de la Salud, porque es la Madre buena
de mi Cristo.
- Tu mejor recuerdo como cofrade:
La primera vez que sentí los palos en mis hombros y
supe que el cielo cabe en un paso de palio.
- Un momento especial de la Semana Santa (que no sea
una de las hermandades donde procesionas):
San Juan de los Reyes. La salida del Via-Crucis hace
más de veinte años.
- Tu rincón para ver cofradías:
Un árbol en la Plaza de Santo Domingo, mientras el pan
y el trigo salen por el pórtico de los sueños.
- Tu momento más feliz como cofrade:
El primer momento que escuché como suena un martillo
desde el interior de una parihuela.
- Y el que te hubiera gustado no vivir:
Dejar un pañuelo para que un monaguillo limpie sus
lágrimas una tarde de tormenta cerrada.
- ¿Con que adjetivos definirías nuestra Semana Santa?
Fe en la calle. Nostalgia de soñadores y el tiempo en
Granada cuando se encuentra con Dios.
- Cuéntanos alguna anécdota cofrade que hayas vivido:
La misma. La más importante. La madrugada del Lunes
Santo al Martes, nacía mi hija Julia María. Terminé con el Capirote en el
Hospital Clínico de Granada. Aquella tarde, salía de representación con la
Hermandad del Cristo del Trabajo y Nuestra Señora de la Luz. Mi mujer no puedo
elegir mejor momento y… dio a luz tras un hermoso Lunes de Dolores.
Muchas gracias José Manuel, de parte de todo el
equipo.