El pasado sábado 21 de mayo la Cofradía del
Santísimo Cristo Resucitado y Nuestra Señora de la Alegría celebró en su sede
de la parroquia Regina Mundi la Eucaristía de Clausura de su 30 aniversario
fundacional, que ha venido conmemorando a lo largo de este curso con diversos
actos.
En esta ocasión, la Eucaristía ha sido el
marco para la imposición de las insignias de plata de la hermandad, como
reconocimiento a aquellos cofrades que han estado en las filas de esta joven
corporación desde sus primeros días y han dado forma a su historia a lo largo
de estas tres décadas. El Consiliario, padre Santiago Arribas, subrayó en la
homilía la unidad de la festividad que se celebraba, la Santísima Trinidad, con
la Alegría de la Resurrección, Pentecostés y el inminente Corpus Christi, como
tiempo glorioso de la Iglesia. Y animó a todos los cofrades, y en especial a
los homenajeados, a seguir construyendo una Iglesia alegre, celebrativa y con
espíritu de servicio.
Tras la homilía, el Hermano
Mayor, Eduardo Iáñez, procedió a la imposición de las insignias a los 34
cofrades que han estado presentes en estos 30 años, así como al actual
Consiliario y a sor Teresa Lera, en representación, respectivamente, de los
Padres Paúles y de las Hijas de la Caridad que alentaron y acogen a la
hermandad en esta parroquia de la cual nació y en la que se encuentra inserta
como miembro de la familia vicenciana.