Aún con los recuerdos muy
presentes, esos que nos harán soñar durante todo un año con una nueva primavera
cofrade. La Semana Santa de 2017 pasó ya a la historia, y con su paso nosotros
volvemos a retomar nuestra sección de entrevistas donde damos a conocer a las
personas que hacen posible que la fe se eche a las calles sin miedos ni
tapujos. Son miles los cofrades que hacen posible estos, pero aquí os traemos a
algunos de los más distinguidos y llamativos, no por sus reconocimientos, sino
por sus obligaciones en favor de nuestra semana mayor.
Hoy conocemos #DeCerca a
Miguel Luis López-Guadalupe, historia viva de nuestras hermandades y cofradías.
-Conocer a Miguel Luis es
como tener a mano una gran enciclopedia sobre el movimiento cofrade, además de
la historia del ser humano como tal. Pero antes de adentrarnos en todo ello,
queremos conocer sobre la persona. ¿Cómo fue la infancia y adolescencia de
Miguel Luis?
Transcurrió entre el Realejo y el barrio de la Virgen,
al que llegó mi familia cuando yo tenía cinco años. Mi adolescencia está ligada
a la Parroquia de las Angustias y al Colegio de los PP. Escolapios donde
realicé todos mis estudios, salvo el C.O.U. En las Angustias me casé años
después.
-Suelo preguntar siempre,
a todos aquellos que protagonizan esta sección, si llegó a ellos antes la
Semana Santa o la vocación profesional que les atañe. En tu caso, por tu fe y
devoción, no puedo imaginar que tu amor por las cofradías llegara tardío. ¿Cómo
te iniciaste en el mundo cofrade?
Exactamente tenía once años cuando me acerqué, de la
mano de mi padre, a la Cofradía de las Maravillas. En 1976 vestí por vez
primera la túnica nazarena. Y aprendí mucho en aquellos años de Miguel López
Escribano. Al pasar los años y por circunstancias diversas recalé también en la
Cofradía Universitaria y en el Santo Sepulcro.
-Tu pasión por la
Historia te hace vivir de la mano de la tradición de nuestra ciudad. ¿Cómo vive
Miguel Luis su día a día en esta hermosa ciudad repleta de arte e historia por
cada rincón?
Me gusta pasear por sus barrios, recorrer el centro.
Lo hago a pie al trasladarme de uno a otro centro donde imparto docencia, la
Facultad de Filosofía y Letras y el Centro de Lenguas Modernas. Me gusta llevar
a mis alumnos por la ciudad. Granada es una perfecta lección de Historia.
-Licenciado en Filosofía
y Letras, Doctor en Historia Moderna y Catedrático en Historia Moderna en la
Universidad de Granada. Un hombre entregado al pasado del hombre para poder
contarlo en el hoy, y que tenga su fruto en el mañana. ¿Cuándo y cómo decidió
que la Historia era su vida?
Desde pequeño me atrajo. Entre mis actividades
infantiles estaba dibujar la ciudad y hacer una breve guía de ella. El
Bachillerato no hizo sino reforzar esa vocación que acabó convertida en una
pasión.
-La universidad es, sin
duda, un ámbito lleno de jóvenes abiertos al aprendizaje y al conocimiento,
pero también a las experiencias repletas de relaciones sociales… sin duda un
ámbito difícil, pero precioso a la vez para llevar a cabo la evangelización y
dar a conocer las cofradías. En tantos años de docencia y contacto con los
pupilos, ¿se han dado ocasiones propicias para anunciar la verdad de Cristo y
la vida de la Iglesia?
No es algo premeditado. Confío en el testimonio,
nunca en la cruzada. No me faltan alumnos que conocen mi trayectoria cofrade y
la comparten. Incluso en algunos casos me han pedido que les dirija
investigaciones sobre historia de las cofradías y de la religiosidad. Resulta
reconfortante. En este sentido la Universidad despliega sus propios valores y
me identifico con ellos.
-Miguel Luis, eres lo que
considero uno de esos sabios de nuestra semana mayor, de ahí que muchas
hermandades y cofradías siempre quieran contar contigo para llevar a cabo
estudios, charlas, pregones… y muy implicado en los aniversarios más especiales
de algunas de nuestras hermandades. Recuerdo cuando explicaste a los jóvenes
cofrades en una ocasión el Monasterio de San Jerónimo. ¿Cómo te sientes al
transmitir a las generaciones venideras el sentido y el origen de la
religiosidad popular y de la fe de la Iglesia?
Mi padre me enseñó que no se ama lo que no se
conoce. Mi inclinación al mundo cofrade me llevó a la curiosidad de conocerlo
mejor, en particular su Historia. Muchos cofrades transitan ese camino, yo
puedo hacerlo además desde la preparación que me brinda mi profesión docente e
investigadora. Me siento privilegiado por ello. Me ha permitido llevar la
historia cofrade a los foros científicos, pero también a la divulgación local.
La historia cofrade es un libro deseado pero que muchos lo dejan cerrado. Hay
que abrirlo.
-Como decía, han sido
muchas las hermandades que te han llamado para que colaborases con ellos, pero
sólo en algunas eres hermano y fiel devoto como en la del Cristo de San Agustín
o la hermandad patronal de la Virgen de las Angustias. ¿Alguna hermandad más
cuenta contigo en la nómina de hermanos?
Además de la Patrona y el Sagrado Protector, sigo
ligado a la Sentencia y también soy hermano de honor del Cristo de los Méndez
de Baza, lo que agradezco mucho.
-El conocimiento de
nuestra Semana Santa de Granada te ha llevado en alguna ocasión a tomar la
palabra en medios de comunicación, pues recuerdo en mis años de infancia cuando
te veía comentar las salidas procesionales en una desaparecida emisora local de
televisión. ¿Cómo fueron esos años en los medios de comunicación?
Hace más de veinticinco años realicé dos series de
programas radiofónicos para Radio Granada, uno sobre Semana Santa y otro sobre
Tradiciones Granadinas, después he colaborado estrechamente con los medios de
comunicación, por ejemplo, con el diario Ideal, con las emisoras de radio y con
la televisión local, pero sin una vinculación permanente. Cuando me requieren,
acudo, por supuesto. Tengo buenos amigos en los medios de comunicación que se
dedican a la temática cofrade. La suya es una labor impagable.
-Otro de los hitos
importantes de tu vida en el ámbito de las hermandades y cofradías fue el
pregón oficial de la Semana Santa de Granada. ¿Cómo viviste la preparación de
dicho escrito y su exposición en las tablas del Isabel la Católica?
Fue en el año 2002. Desde que me lo comunicó mi buen
amigo José María Ortiz, tan añorado, en octubre del año anterior, apenas bullía
en la cabeza otra idea que el pregón. Todos los actos y vivencias cofrades se
valoran de otra manera y pasan por el tamiz del pregón, para el que no quieres
dejar nada en el tintero. Fueron unos meses espléndidos y que vives rodeado del
calor cofrade. El atril del Isabel la Católica impone, aún así hay momento de
un pregón en el que el pregonero se siente especialmente a gusto y no quisiera
que escaparan nunca.
-Años más tarde lo hacía
tu hermano, otro gran amante de la Historia y de nuestras cofradías. ¿Cómo fue
vivir y presenciar el pregón oficial de tu hermano?
Ante todo con una gran satisfacción, aunque preferí
no darle consejos. No los necesitaba y en realidad cada pregonero ha de
escribir el pregón a su manera. Sí, fue un momento espléndido para mis padres,
que tuvieron esa suerte de ver varios pregoneros en la familia, valorados como
cofrades y también gracias a un estudio continuado.
-Yéndonos a la actualidad
cofrade, y teniendo muy reciente una espléndida Semana Santa, te pregunto:
¿cómo has vivido esta semana mayor de 2017?
Intensamente, quién no. Han sido jornadas
espléndidas, pero en realidad el buen tiempo no hace sino reforzar aún más el
buen hacer de las cofradías y esto se nota en su discurrir por nuestras calles
y en la compañía masiva del público. Además de hacer estación de penitencia el
Lunes Santo, he formado parte en dos cortejos de la representación de la
Hermandad de las Angustias.
-¿Cuál es tu valoración
sobre ella? ¿Encontramos cambios y mejoras con respecto a otros años?
Creo que se observa una mejora sostenida en los
últimos años. Afortunadamente la crisis económica llegó en un momento en el que
el patrimonio cofrade era notable y se aún así ha ido incrementando. Hay que
potenciar aún más la vida de hermandad y la presencia de hermanos en todo,
también en la estación de penitencia. Aunque suene a tópico, también deseamos
una implicación mayor de las firmas granadinas y de la ciudadanía en general.
-Como cofrade de a pie,
¿qué opinas del estado de salud de las treinta y dos hermandades y cofradías?
En muchos casos es excelente y además buscan su
propio estilo; es una labor muy loable. En general el pulso es bueno, aunque
con lógicas oscilaciones.
-Las filas de penitentes
y nazarenos van, en algunas corporaciones, a menos. ¿Qué mensaje lanzarías a
los hermanos cofrades para que viviesen la penitencia bajo el capillo?
Es una experiencia personal que hay cultivar y
disfrutar con ella. Si no llegas a ese nivel, te cuesta tomar el cirio. Si los
cofrades adultos no lo hacen, difícilmente lo harán sus hijos. Pero, insisto,
cuando se asimila la grandeza de ser nazareno (no de salir de nazareno), se
desea siempre hasta que las fuerzas lo permitan.
-En ocasiones se puede
llegar a la imitación con otras provincias andaluzas en ciertos aspectos
artísticos, como puede ser la talla de una imagen o la realización de un paso
procesional. ¿Qué opinas sobre las influencias tomadas, en ocasiones, de la
ciudad hispalense?
Es una vieja polémica ya superada. Hoy se habla de
un estilo cofrade andaluz, no me parece mal, pero la inspiración sevillana es
evidente. Y creo que nada puede objetarse. Eso sí, imitar sólo lo formal crea
un desequilibrio, mucho querría yo para Granada el arraigo social que tienen
las cofradías en otras ciudades hermanas.
-La fe en las cofradías
no sólo se vive durante esos nueve mágicos días al año. ¿Qué le recomendarías a
tantos y tantos hermanos cofrades que guardan ya el hábito, la peina o el
costal hasta la próxima cuaresma?
Creo que las cofradías ofrecen hoy muchas ocasiones
para compartir al cabo del año. Muchas citas son minoritarias, lo damos por
descotado. En realidad son oportunidades que se ofrecen y quienes las valoran
saben aprovecharlas. El testimonio personal tiene aquí más valor que todas las
campañas de difusión. El auge de los grupos jóvenes y su compromiso es para mí
más que una esperanza en ese proceso.
Y
para conocerte un poco más de cerca:
- Un recuerdo de tu infancia como cofrade:
El regreso a San Pedro por
la Carrera del Darro.
-
Una imagen de Cristo de nuestra Semana Santa:
El Sagrado Protector.
-
Una imagen mariana de nuestra Semana Santa:
La Virgen de las Maravillas.
-
Una marcha cofrade:
Nuestro Padre Jesús, de
Cebrián.
-
Tu mejor recuerdo como cofrade:
La misa del Centenario de
Coronación de la Virgen de las Angustias.
-
Un momento especial de la Semana Santa (que no sea una de las hermandades donde
procesionas):
Muy emotivo me resulta
despedir a la última por los Vergeles.
-
Tu rincón para ver cofradías:
El entorno de la calle San
Matías.
-
Tu momento más feliz como cofrade:
Mi elección como Hermano
Mayor.
-
Y el que te hubiera gustado no vivir:
Despedir a tantos buenos
cofrades y amigos que nos dejaron.
-
¿Con que adjetivos definirías nuestra Semana Santa?
Espectacular, sorprendente y
a veces intimista.
-
Cuéntanos alguna anécdota cofrade que hayas vivido:
Muchas, pero tengo
gratísimos recuerdos de madrugada montando altares del Corpus, con San Agustín
y con las Angustias.
Muchas
gracias Miguel Luis, de parte de todo el equipo.
Gracias a vosotros siempre.