PAGINAS

miércoles, 25 de octubre de 2017

PATRICIO CARMONA #DeCerca


Último miércoles de octubre, y este mes pasará a la historia de cada uno de nosotros de manera diferente. Cada ser tiene una visión diferente de este mundo, y la más rica es aquella que siempre se abre a conocer más de los demás.

Aquí, una semana más, os damos a conocer #DeCerca a una de esas personas que aman nuestro mundo cofrade y que, en este caso, cubrirá diversos ámbitos dentro de las hermandades, desde la costalería, al diseño y dibujo artístico. Él es Patricio Carmona, también colaborador de este equipo de Cruz de Guía, regalándonos los dibujos que presiden nuestra web cada mes.

-Amigo y compañero de este equipo de información cofrade, en unos momentos nos adentramos en la actualidad de tu vida cofrade, pero también nos encanta conocer los orígenes de cada protagonista en #DeCerca. ¿Cómo son los orígenes y primeros años de Patricio Carmona?
Buenas Manuel. Mis orígenes comienzan, por así decirlo, precisamente en el mes de octubre, en el conocido Callejón del Ángel, donde paso toda mi infancia. De familia media, he de reconocer que gracias al desvelo de mis padres, nunca noté la falta de nada normal que hubiera podido desear un niño de mi generación. A lo que se añade que, siendo el menor de cinco hermanos, éstos también se volcaban y, se siguen volcando, con el "benjamín" de la casa, por lo que el mínimo resquicio de necesidad que pudiera tener, lo cubrían ellos de sobra.
Mis estudios primarios los curso en el Colegio Salesianos de Granada, para posteriormente cursar bachillerato y C.O.U. de aquellos entonces, en los Institutos Rasillo y Generalife, Formación Profesional en el Instituto Ramón y Cajal, para así tener un más fácil acceso a la Carrera de Informática, que era lo que me gustaba y lo que más sonaba en aquel período.
Y como mayor afición, obviamente después de la Semana Santa, el baloncesto, al que desde muy temprano dediqué mucho tiempo, y que me aportó mucho en mi ámbito personal.

-Y en las hermandades, ¿cómo fue tu ‘bautismo’ cofrade?
Bueno, mi bautismo cofrade, estaba planificado antes de ser yo siquiera un proyecto. Mi padre pertenecía a la Hermandad de la Santa Cena desde la temprana edad de 15 años, al igual que la mayoría de mis tíos paternos, por lo que estaba claro que en cuanto yo naciera iba a formar parte de la nómina de hermanos de esa Hermandad, como efectivamente así fue.
De esta forma, nada más nacer, comencé mi periplo por mi querida Hermandad de la Cena, haciendo mi primera Estación de Penitencia con poco más de año y medio. Recuerdo comentar a mi madre, que aquel primer año, al ser tan pequeño, ella me sacó del cortejo a mitad de la Calle Navas, y que cuando me preguntó si estaba muy cansado, yo lo que le contesté es que no sabía si estaba cansado, si tenía hambre o si lo que quería era un helado.


-Como decía en la presentación, eres un cofrade polifacético, que incluso a mí, que ya te conozco hace varios años, me has impresionado. Nos conocimos con costal y faja bajo el Señor de la Humildad. También has estado con traje negro guiando los pasos de los costaleros. Pero en la intimidad de tu hogar desarrollas el arte del dibujo para hacer creaciones para el gusto visual o diseños con los que sueñan las cofradías. ¿Qué pasión descubriste antes?
Creo que la pasión que me invadió en primer lugar fue la del dibujo. Y digo dibujo, y no diseño, porque fue una afición que he tenido desde muy muy pequeño y que se basaba, en reproducir o plasmar en papel todo aquello que me gustaba de la Semana Santa, de una forma más o menos acertada, teniendo en cuenta el punto de vista de un niño.
Posteriormente y, a base de mucho dedicar tiempo al dibujo, con la edad surge la faceta más creativa y se presenta el apartado del diseño, como necesidad de poner de manifiesto mi personal forma de concebir la Semana Santa y todo lo que la rodea. Siempre afrontándola desde el prisma de la afición y de la inquietud de ayudar y aportar mi granito de arena al mundo cofrade.

-En el mundo del costal has podido vivir experiencias de todo tipo, pero el paso de los años y sobretodo y altura, han hecho que vayas dejando la pasión costalera a un lado. ¿Puedes enumerar en cuántas hermandades has derrochado tu esfuerzo costalero?
¡Madre mía! La verdad es que he sido un costalero incansable o, como se suele decir en nuestro mundillo, un poco "jartible" o "fatiguitas".
Comencé de costalero con quince años, en la cuadrilla de María Auxiliadora, que se erigía como casi cuadrilla propia de la Hermandad de los Ferroviarios, y que sacaba además de sus Titulares, a los de la Hermandad del Vía Crucis.
Desde ese momento, obviamente, al Señor de la Amargura del Vía Crucis, Cristo de la Buena Muerte de los Ferroviarios, Santísimo Cristo de la Sangre de la anterior "Hermandad" Universitaria, Jesús Nazareno de la Hermandad de las Descalzas, Santísimo Cristo de la Misericordia de la Hermandad del Silencio, Oración de Nuestro Señor en el Huerto de los Olivos de la Hermandad del mismo nombre, Cristo de la Humildad de la Hermandad de la Cañilla, Señor de la Resurrección de la Hermandad de los Vergeles, Virgen del Rosario de la Archicofradía del mismo nombre y, como no, al Santísimo en la mañana del Jueves de Corpus.
Ya, fuera de Granada, al Señor de la Exaltación de la Hermandad de las Viñas de Jerez de la Frontera, Santísimo Cristo de la Sed de la Hermandad de la Sed de la misma localidad y, a María Santísima de la Caridad de la Hermandad del Amor de Málaga.
Creo no dejarme en el tintero ninguna, aparte de otros pasos con carácter más esporádico como el de Santa Rita de los Hospitalicos.

-Como bien dices, no sólo en la provincia de Granada. Hasta el mismo Jerez te has marchado en infinidad de ocasiones para ensayar y procesionar. ¿Cómo descubres estas hermandades?
Estas hermandades las descubro gracias a un chat cofrade, de los primeros que existieron, en el que entrábamos cofrades de todas partes de España y, en el que al menos dos veces al año, hacíamos "quedadas" en distintos puntos, normalmente de la geografía andaluza, para coincidir los más posibles, y pasar juntos un día de fiebre cofrade, como le llamábamos en aquellos entonces.
Como en todos sitios y grupos, hay personas con las que conectas más que con otras, y se creaban subgrupos dentro del enorme conjunto que conformaba todos los que participábamos en ese chat. Por ello, mis lazos afectivos se estrecharon con cofrades de Sevilla, Málaga y Jerez, sobre todo, conservando hoy en día la amistad de todos ellos multiplicada en gran medida, después de 17 años de relación. He de decir, que en la actualidad, un gran número de mis mejores amigos, que me han demostrado año tras año que están ahí en "las duras y las maduras", y a los que, cuando hablo con ellos no llamo por su nombre, sino que nos decimos "hermano", son de esa gente que conozco de aquellas "quedadas cofrades".
Y son, principalmente los de Jerez, los que desde conocerme hacen más hincapié en acercarme a su ciudad y a sus hermandades, sabiendo que con poco que me insistieran, iba a meterme con ellos bajo el paso que les apeteciera, como así fue.

-Es exigente el calendario cofrade en lo que a ensayos se refiere, sobre todo si se sale en más de una hermandad, pero si además sumas kilómetros viajando a una provincia no muy cercana, el sacrificio se hace mayor. ¿Cómo has vivido esa experiencia durante años?
Pues, aunque parezca mentira, lejos de ser una experiencia cansada y tediosa, ha sido una de las más enriquecedoras y esperada cada Cuaresma, porque no sólo partía a una ciudad vecina, con los kilómetros que conlleva, a participar en los ensayos y de vuelta para casa, sino que partía a un encuentro con un grupo de amigos, que como mencionaba anteriormente, eran verdaderos hermanos de sangre para mí. Así pues, cuando llegaba a mi destino, todo era la alegría de la familia que te espera cuando has estado fuera mucho tiempo y están ansiosos por verte y abrazarte. Y, por supuesto, además de los ensayos, todo era un ir y venir a un lado y otro, para visitar a gente, participar en eventos que habían preparado exclusivamente porque tú ibas a pasar el fin de semana allí gracias al ensayo y, un no parar de pasar buenos ratos y grandes emociones.
Podríamos decir, que el ensayo era prácticamente una excusa para reencontrarte con tus seres queridos, que te había regalado el tiempo en tu camino.

-Y tus familiares y amigos, ¿cómo han llevado tu entrega por el costal, más allá de Granada?
Bien. O por lo menos así lo hacían ver. Supongo que habría momentos en los que les parecería mejor, y otros en los que no. Y momentos en los que se preocuparían más o menos, porque todos sabemos que hay viajes para ir ensayos en los que te pillan ventiscas, chaparrones, tormentas, etc., que conduciendo un coche son factores propicios para tener bastantes sobresaltos. Pero nunca he visto un mal gesto o una mala cara por el hecho de salir fuera a ensayar y a vivir el sueño costalero.
Voy a aprovechar para agradecérselo a todos, los que están y los que no están ya, que han sufrido mis idas y venidas y mis "caprichos costaleros".

-Durante unos meses has formado parte del equipo de capataces de la hermandad de Resurrección y Triunfo. Ahora que tienes los costales más planchados y apartados, ¿vas a dar el salto para formar a nuevos costaleros y guiarlos tras el respiradero?
Sinceramente, creo que no. Aunque nunca se puede decir "de este agua no beberé". Pero a pesar de que la experiencia ha sido enriquecedora, es mucho mayor la que me ha aportado el ser costalero. Siempre me he sentido más cómodo bajo el paso que fuera, lo que me ha llevado a disfrutar mucho más del momento. Y yo soy persona de buscar mucho el disfrute en lo que hago.
Si a esto unimos que con otros aspectos de la Semana Santa copo casi la totalidad de mi tiempo libre y, que como digo, me ha dado grandes momentos el formar parte del cuerpo de capataces tanto de la Resurrección como del Rosario de "Plata", siento que me llena mucho más el vestir el hábito nazareno, ya que es a lo que estoy acostumbrado desde pequeño.

-Amante de la costalería, también sueles llevar capillo en algunas de tus estaciones de penitencia. ¿Qué les dirías a los jóvenes que están entregados por ser costaleros o pertenecer a una banda, sin pensar siquiera en vestir el capillo y la túnica?
Les diría que si realmente, lo que quieren es vivir la esencia y el sentimiento de la Semana Santa, deben de pasar por vestir el hábito nazareno. Da igual que sea de cola o de capa. El punto de vista de una Estación de Penitencia desde el interior de un capillo ofrece un recogimiento y un diálogo con uno mismo que, pese a lo exultante de ser costalero, es inigualable y muy muy enriquecedor.
El anonimato del capillo te hace sentir sólo en el mundo en ese instante, y te ofrece la oportunidad de abrir tu ser a tus creencias y a tu propia vida.
Además, como nota curiosa y graciosa, oí una vez que el andaluz cuando más guapo se siente y mejor tipo se nota, es cuando viste el hábito de nazareno. Y doy fe de ello, porque el nazareno que diga que cuando lleva el hábito puesto no se mira en los escaparates, te está engañando.

-Tu hermandad de cuna es la de la Santa Cena y María Santísima de la Victoria, pero alguna más cuenta o ha contado contigo en su nómina de hermanos.
Efectivamente mi Hermandad cuna es la Santa Cena, en la que llevo los 45 años de mi existencia, y en la que me enorgullezco de poseer el número 6 de hermano. He pertenecido a su Junta de Gobierno durante una gran cantidad de años, desempeñando los cargos de Vicetesorero, Vicesecretario, Secretario, Vocal de Cultos, Diputado Mayor de Gobierno y Vicehermano Mayor.
Pero además, en la actualidad, soy hermano de la Hermandad de las Cigarreras de Sevilla, en la que ya cuento con una presencia de 25 años en su nómina, así como de la Hermandad de la Soledad de San Jerónimo, de la que formo parte de su Junta de Gobierno actual como Diputado Mayor de Gobierno.
No obstante, en el pasado, durante el tiempo que estuve de costalero en cada Hermandad, formé parte de la nómina de hermanos de la Hermandad del Nazareno, de la Hermandad de la Oración en el Huerto, de la Hermandad de la Cañilla y de la Hermandad de la Resurrección, así como de la Archicofradía del Rosario.

-La más reciente es la de la Soledad de San Jerónimo, quien votó en cabildo que tu proyecto para el nuevo paso de la titular mariana fuese el elegido. Por ello, tu compromiso ha sido firme, y posteriormente aceptaste formar parte de su nómina de hermanos, entrando incluso en su actual Junta de Gobierno. ¿Cómo ocurrió todo aquello? ¿Qué sentiste en aquellos meses de diseño, votación y posterior entrada en la hermandad?
Efectivamente, como he mencionado anteriormente, tengo el honor de formar parte de la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Soledad de San Jerónimo, con el cargo de Diputado Mayor de Gobierno, y de disfrutar de la compañía y del cariño de los miembros de esta querida Hermandad. Esto último ha sido el verdadero detonante de mi nueva inclusión en una Junta de Gobierno, sin dejar a un lado, por supuesto, la enorme atracción que han ejercido también los dos magníficos Titulares, de tan enorme e incuestionable valía artística y estética.
Todo comenzó, como bien dices, con la propuesta de una querida amiga para que aportara un proyecto al proceso concursal de elección del nuevo paso procesional de Nuestra Señora de la Soledad, que como todos sabéis, fue el elegido para tal menester.
Fue un proyecto muy muy estudiado desde la base del Monasterio, y hecho con todo el cariño y toda la ilusión por mi parte. Casi un año de trabajo intenso, que se vio recompensado con el beneplácito de la Hermandad, y el buen acogimiento por parte de los hermanos de la misma, a los que quiero agradecer la confianza depositada en mi trabajo.
Desde este momento, he de reconocer que me impresionó el trato tan entrañable y cercano que me regalaba cualquiera de los hermanos de la Soledad cuando yo aportaba por la casa de hermandad o, simplemente, me veían por la calle. Por lo cual, comenzaron a ser más asiduas mis visitas, hasta que un día, nuestro querido Hermano Mayor, me comentó que la idea de la Hermandad es que me encargara del seguimiento de la realización material del paso para que el resultado fuera acorde con lo que se había plasmado en el diseño, y que me ofrecía hacerlo desde dentro de la Junta de Gobierno para que pudiera seguir aportando lo poco o mucho que de bueno yo pudiera hacer.
Y, no pude sino aceptar su ofrecimiento, debido a que cada vez me sentía más a gusto compartiendo con ellos vida de Hermandad, por el trato con el que me venían recompensando desde mi primer día.
Por ello digo, que sin desmerecer la valía de los Titulares, que es del todo incuestionable, sin lugar a dudas, lo que me cautivó fue el trato de los hermanos.

-Además de este proyecto, seguro que has llevado a cabo algunos diseños más. ¿Cuáles realizaste con mayor ilusión, se llevaran a cabo o no?
A todos mis diseños intento imprimirles la mayor dosis de ilusión que puedo. Aunque esto es así, sin lugar a dudas siempre hay alguno que, por la relación con la persona o Hermandad que te lo pide o por el momento en el que acontece o la Hermandad que es, así como porque el resultado final del diseño se conjunta lo más posible con la idea inicial, hace que te sientas más satisfecho y orgulloso del trabajo realizado.
Esto me ocurre con diseños como la cinturilla mudéjar de la Virgen de la Victoria, las potencias del Señor de la Cena o del Señor de la Resurrección, la saya azul pavo real y plata y el manto de vistas de la Merced, el Senatus del Rescate, por supuestísimo, el paso de la Soledad de San Jerónimo, las tapas del pregonero oficial de la Semana Santa y alguno, que no se ha llevado a cabo, como podría ser el puñal pectoral de la Soledad de San Jerónimo o el diseño de paso que presenté para el Cristo de la Humildad de la Hermandad del Cerro del Águila, e incluso alguno que otro que en breve verá la luz.
En fin, hay muchos más, pero se haría interminable la lista. Como se suele decir, “¿qué dedo te cortas que no te duela?”

-En Cruz de Guía sabemos bien lo que da tu originalidad y entrega en la creación artística, pues cada mes presentas una nueva portada para nuestra web. ¿Cuántas llevas a día de hoy?
Haciendo una cuenta así por encima, pienso que entre unas 40 ó 45 cabeceras, teniendo en cuenta que, aunque ya son varios años los que llevo realizando esta labor en Cruz de Guía, en determinadas ocasiones, debido a mi trabajo o al tiempo que me ocupan los diseños, no todos los meses he tenido espacio para poder hacer la cabecera.
Pero, desde luego, porque me gusta hacerlo y porque me gusta pertenecer a este grupo de personas que conforman Cruz de Guía, siempre que tengo cualquier hueco, aprovecho para llevarla a cabo y sentirme útil entre la gente que confía en mí.

-¿Cómo te inspiras para crearlas?
Pues, lo primero que hago es revisar el calendario físico y el de eventos del mes en cuestión para, tomando los sucesos más importantes y las onomásticas del santoral más destacadas, comenzar a fraguar la idea de lo que quiero reflejar y en la forma que quiero hacerlo.
Cuando ya tengo una idea clara de lo que voy a presentar es cuando me pongo a dibujar, procurando ceñirme lo más posible a esa idea preconcebida en la mente. Porque ponerse a dibujar sin la idea nítida en la cabeza es vano e inútil, no sale nada.

-Aterrizando en la actualidad cofrade, ¿cómo definirías el estado de nuestras hermandades y cofradías hoy día?
Según mi forma de ver, nuestras Hermandades y Cofradías gozan de una salud bastante buena, como podemos ver en el hecho de que nuestra Semana Mayor es cada vez más exultante y atrayente.
Quizás en determinados aspectos podrían mejorar ostensiblemente, pero pienso que no es tanto culpa de las Hermandades y Cofradías como entidad, como del cofrade granadino de carácter conformista y poco participativo en determinadas ocasiones, que desmerece en multitud de ocasiones el trabajo realizado por las mismas.

-¿Y el de la creación artística en el dibujo y diseño cofrade?
Desde luego, es un campo del mundo cofrade que está constantemente en alza, y que está alcanzando niveles tan altos que nos hacen pensar que hoy en día, cualquier proyecto bien estudiado puede ser realizado materialmente, dando como resultado un trabajo de una calidad estética y artística que nada tenga que envidiar a los proyectos, diseños y trabajos concebidos por los grandes artistas cofrades de renombre de tiempos pasados.

-La semana mayor debe ser tu mejor y más grande fuente de ideas e iniciativas, ¿cómo vives la Semana Santa desde el Domingo de Ramos hasta la Resurrección Gloriosa?
Efectivamente, la Semana Santa es una de mis grandes fuentes inspiradoras, pero no la única. Me encanta salir a pasear e ir fijándome en todo lo que sea susceptible de ser plasmado en un diseño. Y, sobre todo, los viajes que hago procuro que sean eminentemente culturales, primero para mi enriquecimiento personal y, después, para poder recopilar todo tipo de ideas y motivos que me sean útiles para posteriores diseños y trabajos.
Pero volviendo al período de Semana Santa, quizás sea esa semana la que utilizo para no buscar motivos que me inspiren diseños, pues lo que hay en la calle en esos días debe ser único y no susceptible de ser plagiado o reproducido en otro diseño, y es la semana que utilizo para enriquecerme con las vivencias y emociones, que serán las que durante el año me sirvan para crearme esa ilusión por plasmar sobre el papel cosas nuevas.
Mi Semana Santa, de Domingo de Ramos a Domingo de Resurrección, es salir a la calle cada día de principio a fin a disfrutarla plenamente, sin pensar en nada más.

Y para conocerte un poco más de cerca:

- Un recuerdo de tu infancia como cofrade:
Salir de mi casa en la tarde del Domingo de Ramos, cuando era niño, vestido de nazareno, junto a mi padre, ponernos ambos el capillo y cogerme de su mano para emprender el camino hacia Santo Domingo, bajo la mirada de mi madre, diciéndonos adiós desde la ventana.
- Una imagen de Cristo de nuestra Semana Santa:
Mi Señor de la Santa Cena.
- Una imagen mariana de nuestra Semana Santa:
Mi Virgen de la Victoria. Aquí me voy a permitir el lujo de incluir a mi Señora de la Soledad, que ya se ha hecho un hueco en mi corazón.
- Una marcha cofrade:
Cualquier marcha de cornetas cigarreras (Amor de Madre, Ego Sum, Azotes, Mi Cristo de Recogía, Costalero del Soberano, Sobre los pies te lleva Sevilla, Dulce Nombre de María, Ave María, Lux Aeterna…) Lo siento, con Cigarreras no sé definirme por una marcha. Bueno, en todo caso, Amor de Madre, por su melodía, por su significado y por la historia de la que nació la marcha y lo que encierra en su nombre y en su composición.
- Tu mejor recuerdo como cofrade:
Una noche de Cuaresma, en la antigua casa de hermandad de la Santa Cena, en Calle Puentezuelas, siendo muy niño, ya que debido a mi pasión por la Semana Santa acudía a todas las Juntas de Gobierno con mi padre porque me gustaba sentarme a escucharlos. Don José Gómez Sánchez Reina, al finalizar la reunión propuso a los miembros asistentes que, como yo asistía a todas las reuniones junto a mi padre, votaran hacerme miembro simbólico de la Junta, bajo lo que él denominó “miembro de Honor pequeño de la Junta”, cosa que a pesar de ser meramente testimonial, debido a mi corta edad, a mí me sonó a gloria.
- Un momento especial de la Semana Santa (que no sea una de las hermandades donde procesionas):
Sin duda, el Viernes Santo a las 3 de la tarde.
- Tu rincón para ver cofradías:
La Calle Jesús y María.
- Tu momento más feliz como cofrade:
Es cofrade y personal. Frente a la reja de la capilla de la Santa Cena, hice una petición a la Victoria, y Ella en ese mismo instante me la concedió. Fue el inicio definitivo de mi vida junto a mi esposa.
- Y el que te hubiera gustado no vivir:
Mi primer Domingo de Ramos tras la muerte de mi padre, así como, el pasado Domingo de Ramos tras la muerte de mi madre.
- ¿Con que adjetivos definirías nuestra Semana Santa?
Única y radiante.
- Cuéntanos alguna anécdota cofrade que hayas vivido:
Una que siempre me ha gustado contar, por lo pintoresco de la situación, aconteció mi primer año como costalero, de vuelta por el Paseo de los Tristes con el Cristo de la Amargura, de la Hermandad del Vía Crucis.
Íbamos por fuera con unas largar túnicas marrón chocolate con cíngulo, y llegando a la mitad justa del Paseo de los Tristes, había un cable que debíamos salvar pasándolo de cuclillas.
Justo en el momento de mayor tensión, yo había olvidado recogerme la túnica y me la pisé, dejándome caer al suelo por tal de no agarrarme a las trabajaderas y echar más peso sobre el paso.
Pero el paso no paraba y tuve que comenzar a arrastrarme a cuatro patas boca arriba justo delante del paso para que no me pillara.
La verdad es que fue un espectáculo verdaderamente de comedia, pero gracias a Dios, aquel año hacía bastante frío y el Paseo de los Tristes no estaba muy concurrido.

Muchas gracias Patricio, de parte de todo el equipo, el cual es también parte de tu familia cofrade.