Como suele suceder en estas ocasiones, fue una opción difícil, pero se trataba de preservar el patrimonio humano y material. De hecho muchos de los enseres volvieron protegidos por plásticos. Durante el resto de la tarde, las circunstancias dieron la razón a la cofradía.
Era la única procesión de la jornada y esto dejó huérfano al Sábado Santo. Había una gran expectación por presenciar uno de las procesiones con más seguidores, pero no cabe duda de lo acertado de la decisión. La contenida emoción de los cofrades y su comportamiento en el interior del templo, puso de manifiesto la madurez de esta corporación.
Esta hermandad está inmersa en la renovación de su paso. Primero se retiraron las trabajaderas exteriores. Ahora se trabaja en el diseño de unos respiraderos que ha creado Álvaro Abril y será bordado por Jesús Arco. Será un proyecto, como tantos otros, con inspiración en la estética del arte nazarí. No obstante todavía faltan varios años para que pueda ver la luz, dado lo costoso de su realización.
Tradicionalmente, como sucedía en esta ocasión, la procesión de Santa María de la Alhambra, es una de la que más penitentes, mantillas y representaciones lleva en su cortejo. Habrá que esperar al año próximo para que de nuevo se programe esta procesión.