El 14 de marzo del 2020 será
recordado como el día en el que brillaba el sol y con más de tres semanas de
antelación se decidía que ninguna de las treinta y dos hermandades y cofradías
se dispusiera a realizar estación de penitencia al templo metropolitano de
Granada. La Semana Santa de nuestra ciudad, declarada de interés turístico
internacional, con un enorme sentido histórico y cultural pero, sobretodo, con un
ejercicio de protestación de fe en las calles magnífico quedaba suspendida por
la temible llegada del Covid-19, un virus que venía avisando meses atrás a la
sociedad occidental.
La vida nos pone una prueba de
responsabilidad, y Dios nos dispone las armas para salir adelante una vez más:
fe, esperanza y caridad.
La fe quedará patente cuando los
fieles añoremos la celebración de los sacramentos y busquemos ‘recibirlos’ por
los medios de comunicación. La caridad irá de la mano de la esperanza, puesta
en balcones que a buen seguro, como en nuestra vecina Italia, se llenarán de
ciudadanos comprometidos con no expandir el virus, y que saldrán por los
ventanales a respirar aire puro y a cantar y tocar para dar aliento a los
compatriotas.
Usar y respetar las tres herramientas
que Dios nos da hará más liviano este feo tiempo que nos ha tocado vivir.
Y los cofrades, ¿cómo nos podemos
sentir? Ahora que lees estas líneas seguro que algo triste y derrotado, pues
antes de hora te han despojado de un nuevo sueño de nube de incienso. Pero a
los cofrades nos toca, al igual que al resto de españoles, ser responsables. Serlo
con nuestra familia, con nuestro entorno… pero también con nuestra hermandad.
Ahora es cuando los que aman de verdad a su cofradía saldrán adelante para
hacer llegar su ayuda y su aliento.
Es momento de ser responsable y
saber que, aunque no vaya a salir tu hermandad, toca aportar tu granito de
arena. Es momento de aprovechar la tecnología para hacer llegar tu cuota e
incluso, pagar tu papeleta de sitio. Sabes que tu sagrado titular seguirá en
capilla, pero tu hermandad te necesita, como cada año.
La celebración de la semana
grande se cierra a unos días de liturgia que nos vuelven casi dos mil años
atrás para sentir la mayor entrega de amor que habrá en la humanidad, pero la
vivencia de nuestra Semana Santa, esa pasión de calles y plazas; penitentes y
mantillas; cornetas y tambores; costaleros y chicotás… se vive todo el año,
aunque por el adoquín de nuestra Granada no vaya a ser derramada la cera
quemada de cirios que alumbran caminos de fe y esperanza.
Querido hermano cofrade, dicen
que no hay nada como disfrutar las vísperas… soñemos pues con el Domingo de
Ramos del 2021.