La
incertidumbre meteorológica se convierte un año más en el pórtico de la Semana
Santa. Otra vez, como viene sucediendo de forma prácticamente ininterrumpida
durante las últimas décadas, la lluvia amenaza con entorpecer los desfiles
procesionales. Durante los últimos días las predicciones se han ido alterando
de forma significativa, pero conforme se acercan las jornadas durante las que
están previstas las estaciones de penitencia y estos pronósticos van alcanzando
una mayor posibilidad de acierto, los datos se convierten en pesimistas
sembrando la inquietud en círculos cofrades.
Con la
información que en el momento de la redacción de este texto manejamos, el
Domingo de Ramos a la hora de la salida de las comitivas, no debe de llover. La
mañana puede presentarse con algunas precipitaciones, pero con posterioridad
los cielos se irán despejando. Sin embargo durante el Lunes y Martes Santo se
espera que se produzcan precipitaciones. El Miércoles Santo existe un pequeño
porcentaje de lluvia que se sitúa en el 20 %. Con posterioridad, es decir
Jueves, Viernes y Sábado Santo, el riesgo de que aparezca este aparato meteorológico
está descrito, aunque con menor intensidad el segundo día. Por último, el
Domingo de Resurrección, se esperan chubascos dispersos.
Es necesario
indicar, que una de las características de la estación primaveral, en la que
nos encontramos actualmente, es la variabilidad de la atmósfera y que por
tanto, en este periodo, las predicciones tiene un menor porcentaje de acierto.
De la misma manera, conforme estas predicciones se alejan en el tiempo, también
disminuye la posibilidad de cumplirse lo descrito.