viernes, 17 de mayo de 2013

"MARÍA REINA DE GRANADA", APUNTES DE ARTE E HISTORIA. PARTE VII).



Nuestra Señora de la Soledad (Granada)

 Vinculada con el círculo de Pedro de Mena, es una de las dolorosas con mayor tradición en nuestra Semana Santa. Procede del convento del Carmen –actual ayuntamiento−, posteriormente estuvo en el de Santa Paula. En su rostro de tez pálida, late un dolor contenido de enorme misticismo.

  
Entre los detalles iconográficos de su paso recordemos la Virgen de las Angustias, realizada en orfebrería del frontal del canasto.

Nuestra Señora de la Soledad del Calvario (Granada)


Tallada por José de Mora para el Oratorio de San Felipe Neri, donde se veneraba bajo la advocación de los Dolores. Presenta la tipología de Virgen viuda, inspirada en la dolorosa que tallara Gaspar Becerra para el convento de la Victoria de mínimos de Madrid. Posiblemente el autor conoció este modelo gracias a un cuadro del mismo tema, realizado por Alonso Cano y que se ubica en la capilla de San Miguel de la Catedral de Granada.

  
La cruz que se sitúa detrás de la dolorosa presenta un enorme sudario blanco, en alusión al usado para el descendimiento de Jesús.

Nuestra Señora de los Reyes (Granada)

Atribuida a Antonio Asensio de la Cerda, escultor malagueño, perteneciente a una afamada familia imaginera, cuyo arte es heredero del granadino. Con unas manos unidas y pectoral formado por un corazón atravesado por un puñal, constituye una de las estampas más clásicas de nuestra Semana Santa.
 

El paso de palio es de los denominados de cajón. En él destaca el manto de la dolorosa con grandes bordados vegetales asimétricos.
 
Nuestra Señora de la Cabeza Coronada (Motril)


Está vinculada con una leyenda ligada a unos marineros portugueses, los cuales sorprendidos por una gran tormenta inmersos en su travesía, prometieron a la imagen depositarla en el lugar donde cesara la tempestad, siendo éste Motril. Realizada a finales del siglo XV, se trata de una Virgen con Niño de talla completa con ricos estofados, aunque actualmente aparece vestida. De enigmática procedencia y autoría, destacamos del conjunto el rostro de la Virgen, el cual parece esbozar una sonrisa.

Texto: José María Valverde Tercedor
Fotografías: Luis María Contreras