El traslado del Señor de la Tres Caídas desde Santa Isabel la Real a Santo Domingo, constituye una de las citas de mayor concurrencia de la Cuaresma. Ya es una tradición que este imagen sea trasladada durante la Cuaresma para incorporarse al altar de cultos de la Cofradía del Rosario, que lo tiene como primer titular, y participar posteriormente en la estación de penitencia de cada Miércoles Santo. El cortejo, con más de un centenar de hermanos portando cirios, lo abría la Cruz de Guía y faroles de acompañamiento, situándose ante las andas de traslado el guión de la corporación, la Capilla Musical de las Tres Caídas, que estrenó diversas composiciones con motivo de este traslado, y el cortejo litúrgico.
La comitiva discurrió por los espacios singulares del Albayzín, a través de los Grifos de San José y pasando ante San Gregorio, del centro, discurriendo por Plaza Nueva, y del Realejo, donde volvió a visitar la Capitanía, lo que se hace en recuerdo a cuando esta imagen era venerada aquí, cuando el edificio albergó un Convento de Franciscanos, donde esta erigida la Cofradía gremial de los cocheros, que lo tenía como titular. Durante el recorrido se rezó el Via Crucis. La sencillez y emotividad de la procesión, el silencio en torno al Señor y el recogimiento de los hermanos del Rosario, dieron a este traslado un acentuado carácter.
