jueves, 13 de abril de 2017

LA ACENTUADA PERSONALIDAD DEL MIÉRCOLES SANTO EN GRANADA

La jornada comenzó con la procesión de Los Gitanos a la que no le faltó el cariño de devotos y público. Especialmente atractivos los ramilletes de saetas que fue recogiendo por todo su recorrido, desde su salida a la Gran Vía, donde Estrella Morente le dedicó un emotivo cante desde un balcón. Esta Cofradía presenta año tras año una visión personalísima de la Semana Santa, lo que le otorga una gran fama y congrega a miles de personas, especialmente durante su retorno a la Abadía del Sacromonte.
Impresionante por su orden y envergadura el cortejo del Rosario. Pero esto no debe ser la excusa para un encierro con tanto retraso. La nueva túnica del Señor a la que ya hemos hecho referencia en CRUZ DE GUÍA, resultó espectacular. No faltó la original coreografía costalera que despliega su misterio y que se va convirtiendo en una característica de su procesión.
Las Penas mantiene su sabor clásico. Es la suya una de las estampas más granadinas de esta semana. Además va aumentando su cortejo y se aprecia que es una cofradía en auge. Mención especial para su capataz Jorge Mario Martín que lleva 45 años al frente del paso de la Virgen de las Penas. Se trata de un ejemplo de constancia cofrade. También merece ser destacada la constancia de La Estrella acompañando a Jesús de la Paciencia. Esta Agrupación Musical suena cada año mejor y su repertorio está repleto de aciertos.
Otra corporación que continúa su consolidación es la de Los Estudiantes. Conforme completa su palio, se demuestra más la belleza de este paso dispone de una original configuración. La intervención de la tuna en su regreso, pone una original nota de emotividad. Se averió en el final de la procesión el sistema hidráulico que facilita el encierro de la Virgen, pero quedó en anécdota gracias al buen hacer de sus costaleros.
Y el Nazareno sigue concitando a muchos fieles y espectadores durante su recorrido. Muy acertado el adorno floral del Señor, con una conjugación de plantas, donde ramajes verdes y variadas flores componen una preciosa estampa. Se conjuga el silencio del primer titular con los tonos fúnebres de la Sinfónica de Ogíjares que volvió a ofrecer un repertorio acorde con la personalidad de la cofradía.
En la fotografía el paso de Jesús Nazareno por la calle Ganivet.