Comenzado ya el tiempo de
Adviento y recién inaugurado el nuevo año litúrgico, nos encontramos inmersos
en el puente de la Inmaculada, que nunca debe perder la razón de llamarse así,
aunque celebremos hoy otra fiesta nacional como la de la Constitución.
Son unos días de
preparación para la Navidad, como recuerdo de lo que sucedió en Belén, y
también preparación para la segunda venida de Jesús. Además las hermandades y
cofradías montan sus belenes, prepara sus recogidas de alimentos y actos de
caridad con motivo navideño, y de forma inminente presentan a sus titulares
marianas para un día grande como el 8 de diciembre.
Pues en Cruz de Guía, aun
siendo festivo, queremos seguir conociendo #DeCerca a personas que viven
apasionadamente nuestro mundo cofrade. Hoy es el turno de Enrique Crespo,
Hermano Mayor de la Cofradía del Descendimiento, conocida por todos como ‘las
Chías’.
-La Semana
Santa es centro de nuestra vida Enrique, pero antes de conocer tu visión
especial del día a día cofrade queremos saber de ti y tus orígenes: ¿cómo
fueron tus años de niñez?
Nací en el
año de 1971 en mi adorada Granada, en el seno de una familia cristiana que me
ayudó mucho a orientar mis primeros pasos en la fe católica. Considero que fui
muy afortunado con la infancia que tuve y con los valores que recibí, no tan
sólo por parte de mis padres sino también de mis abuelos. Mi vida escolar, de
la añorada EGB, fue desarrollada en el Ave María San Isidro, donde me empapé de
los principios manjonianos sin saber que curiosamente un miembro de la familia Manjón
jugó un papel muy importante en los años de Refundación de mi Hermandad.
-Hará no
mucho tuvimos un encuentro personal para hablar de diversos temas, allí nos
conocimos y me comentabas que mantenías un número muy bajo entre los hermanos
de tu hermandad. Entiendo que desde joven o incluso niño estabas ya al pie del
cañón en la cofradía. ¿Cómo y cuándo entraste a formar parte de tu hermandad?
Entré a
formar parte de mi Hermandad cuando tenía 10 años y todo gracias a las sabias
charlas cofrades que mantenía con mi segundo padre, mi abuelo Pepe. Él me abrió
las puertas de la Semana Santa a mi corazón y el amor al color amarillo y
negro.
-Profesor de
profesión, dedicado a la enseñanza, una labor donde la palabra y los gestos
ayudan a educar y también, por qué no decirlo, a evangelizar. ¿Transmites tu fe
y tu pasión cofrade entre los alumnos?
Sin duda. La
labor, no siempre reconocida, que desarrollamos los docentes en cuanto a la
evangelización de nuestros alumnos es fundamental en un mundo laico en el que
está de moda criticar todo lo que hace la Iglesia. Y en el aspecto cofrade,
deciros que si visitarais mi colegio seguro que averiguabais cuál es mi
aula…parece una sucursal del Rincón del Cofrade. Intento contagiar esa pasión
cofrade a la gente joven desde la curiosidad sin intentar convencer a nadie,
solamente transmitiendo vivencias, incitando a que ellos las disfruten también,
no solo como cofrades sino también como auténticos cristianos.
-Alguno se
puede echar las manos a la cabeza con la pregunta anterior, pero los que nos
dedicamos a la docencia y vivimos intensamente nuestra fe y nuestra pasión
cofrade no podemos más que transmitir lo que sentimos y vivimos cada día,
independientemente de ser un centro público, concertado o privado. ¿Cómo has
vivido tu desarrollo profesional, desde el ámbito universitario hasta hoy,
siendo católico y cofrade?
Para mi ser
católico y cofrade me ha ayudado mucho en mi desarrollo profesional ya que la
educación en valores te hace ser paciente y comprensivo, y al mismo tiempo
vives el día a día con una especial ilusión. El calendario escolar y el cofrade
van de la mano en mi vida y todo lo positivo que he recibido de mi Hermandad y
de la relación con mis hermanos creo que me ayudado mucho a crecer en mi labor
docente diaria.
-Volviendo a
lo estrictamente cofrade, contamos con tu persona como figura de hermano mayor
desde hace ya unos años. Aunque ahora estás a la cabeza de tu hermandad, es
seguro que tu entrega en la misma ha sido siempre fiel. ¿Qué diferentes puestos
has ocupado en la corporación a lo largo de los años?
Los primeros
años formé parte de la fila de hermanos portando nuestros singulares farolillos
o un enser que ya hoy no procesiona, y tuve la fortuna de llevar junto con la
que hoy es mi mujer, un escudo en madera que perteneció al Gran Capitán. Nada
más cumplir los 18 años entré a formar parte de la Junta de Gobierno, empezando
como miembro del equipo de Albacea, posteriormente fui Albacea y durante muchos
años Diputado Mayor de Gobierno.
-Cuando eras
elegido Hermano Mayor me encontraba en la Junta de Gobierno de la Federación, y
por entonces tenía más trato y conocimiento de los Hermanos Mayores de las
treinta y dos corporaciones. Tu entrada en la dirección de la hermandad de San
Jerónimo fue, a mi parecer, un soplo de aire nuevo, de rejuvenecimiento. ¿Cómo
fue el primer año de mandato?
Lo recuerdo
con mucho cariño y con muchas incertidumbres al mismo tiempo. Tuve la suerte,
igual que ahora, de contar con una Junta de Gobierno maravillosa, compuesta por
gente de enorme valía personal y cofrade que llevaba muchos años trabajando por
la Hermandad. Me consideraba y me considero sólo la cabeza visible de un gran
grupo humano que antes de lanzarse a esta nueva aventura habló con todos sus
componentes de los proyectos que podíamos llevar a cabo.
-Cambios
significativos como el de las andas que procesionan a Jesús descendido de la
cruz, la nueva casa de hermandad, la liberación del preso el Viernes Santo…
pero de todos ellos quiero preguntarte en primer lugar por las andas. El cambio
de estilo a la hora de portar al Señor a buen seguro que tuvo que levantar
ampollas en algunos hermanos más tradicionales. ¿Cómo fue el proceso de cambio
en el seno de la cofradía?
Sinceramente
te digo que no hubo ninguna controversia en el seno de la Hermandad. Por
supuesto había gente que le gustaba la idea y otra que no era partidaria del
cambio pero creo que supimos transmitir bien la idea de que no lo hacíamos por
gusto estético ni por capricho sino que la Hermandad necesitaba adecuarse a los
tiempos que corren y desgraciadamente la idea de tantos personajes vivientes en
la calle no era plenamente respetada en la calle. Somos una Hermandad de
Viernes Santo y llevamos a Cristo muerto por las calles de Granada. Nos
preocupaba mucho transmitir la seriedad y el respeto que Nuestro Titular
Cristífero merece.
-Recuperar
la liberación de un preso dio a nuestra Semana Mayor un nuevo aliciente, y cada
Viernes Santo existe el interés el pueblo granadino de ver ese momento.
Entiendo que es un proceso complicado y que conlleva mucho trabajo previo y
coordinación entre diferentes ámbitos. ¿Podrías explicárselo a nuestros
lectores?
En primer
lugar indicaros que la Hermandad recupera este privilegio siendo Hermano Mayor
Don José Antonio Alemán Caballero y gracias al trabajo de investigación de un
hermano nuestro, Don Jorge Ortega Tenorio.
El proceso lo
iniciamos todos los años en octubre, solicitando al Centro de Inserción Social
“Matilde Cantos” y a la Audiencia Provincial de Granada que den comienzo a la
ardua labor de seleccionar una persona que sea digna de recibir el indulto.
Esta solicitud es trasladada al Gobierno de la Nación y a la Casa Real que dan
el visto bueno a la persona seleccionada en el Consejo de Ministros del Viernes
de Dolores.
Me gustaría
destacar la gran humanidad y profesionalidad de los integrantes de las
instituciones antes citadas –CIS y Audiencia- que llevan a cabo una labor
maravillosa por ayudar a personas que han cometido un error en sus vidas y
merecen una segunda oportunidad. La Hermandad en este caso, al margen de la
labor administrativa, pretende llevar a la práctica la misericordia de la que
debemos hacer gala todos los católicos.
-Las Chías
han sido, son y serán un símbolo de toda la Semana Santa de Granada, pues quién
no ha dicho de pequeño, cogido de la mano del padre o de la madre, chía toca para que estos peculiares
personajes de vuestro cortejo interpretasen las notas de sus instrumentos.
Las Chías
son efectivamente lo que también da nombre a nuestra Hermandad, conocida como
la “Cofradía de las Chías”. Nuestra actual preocupación es que estos personajes
sean reconocidos con toda la seriedad que su papel ha de transmitir. Para los
miembros de esta Hermandad no es agradable que puedan ofrecer una imagen
folclórica, ya que no es la esencia de nuestra corporación. El papel de estos
personajes vivientes, que según cuentan las crónicas tienen su origen en la
desafortunada época de la Inquisición española, era el de recoger fondos para
poder enterrar a los finados de origen muy humilde; y de ahí su relación con el
entierro de Nuestro Señor Jesucristo.
-Podríamos
decir que la hermandad tiene casi todo bien conjugado para que la corporación
crezca en número de hermanos, aunque esto siempre se hace difícil en cualquier
corporación. Conozco de buena mano que estáis poniendo mucho de vuestra parte
para que la cofradía tenga influencia en la vida del barrio. ¿Cómo lo estáis
haciendo?
Llevamos
años intentando que el barrio del Boquerón y sus alrededores se sientan como
siempre orgullosos de tener como Ilustres vecinos a Nuestros Titulares. Para
ello estamos contactando con los Colegios de la zona para hacer realidad
nuestro papel evangelizador; ayudar a los más necesitados de la sociedad
colaborando en campañas solidarias y llevando a cabo el “ensayo solidario” en
diciembre para recoger juguetes y ropa para los niños; hacemos partícipe al
barrio de todos nuestros eventos y ellos nos muestran todo su cariño; y por
supuesto nuestra colaboración diaria con nuestras queridas Madres Jerónimas.
-Estamos a
unos días de la Navidad, pero las hermandades no cesan su actividad y ya va en
aumento hasta que comience la frenética y bendita Cuaresma. ¿Cómo se está
presentando el curso cofrade para vuestra corporación?
Como
siempre, plagado de proyectos e ilusiones. Seguimos avanzando con nuestro “gran
proyecto” de realización del nuevo paso para Nuestra Señora de la Soledad. Si
todo va bien este año próximo año estrenaremos nuestro nuevo Guión Corporativo
que está siendo realizado en el taller de Jesús Arco y que os adelanto va a ser
muy original y estamos muy orgullosos del trabajo que se está ejecutando.
Y en el mes
de Febrero vamos a llevar a cabo el I Simposium sobre la Historia de la Semana
de Granada del que daremos más detalles tras las vacaciones navideñas. Creemos
que va a ser un foro muy interesante e instructivo al que queremos invitar a
todos los cofrades de Granada. El curso cofrade finalizará con nada más y nada
menos que la Restauración de la Sagrada Talla del Cristo del Descendimiento que
para nosotros es el final de un proceso largo y costoso pero del que toda la
Granada cofrade y cultural va a poder disfrutar.
-Volviendo
al terreno personal: la docencia y la dirección de la cofradía deben quitar
muchas horas a tu vida personal y familiar. ¿Cómo lleva tu familia tu total
entrega al movimiento cofrade?
Muchísimas
horas. Pero en este terreno soy también muy afortunado. Cuento con el apoyo
total de mi mujer Ana y de mis hijos Ana Soledad y Quique. Ellos, con infinita
paciencia, están ahí siempre y se emocionan conmigo de todo lo que vivimos en
la Hermandad. Si no toda esta labor sería imposible. Además participan en todo
lo que pueden; mi mujer es miembro muy activo de la Junta de Gobierno y mis
hijos han formado parte a lo largo de los años en diferentes puestos en la
Estación de Penitencia.
-Y durante
la semana grande, ¿cómo son tus días y horas desde el Domingo de Ramos hasta la
Resurrección del Señor?
Llenos de
nervios e ilusiones. Junto con mi mujer y mis hijos vemos todas las estaciones
de penitencia, vestidos con ropa deportiva, con la mochila a la espalda y
disfrutando de nuestras calles y nuestros cortejos. ¡Que deprisa pasan los
días! Y al salir nosotros el Viernes Santo, durante toda la semana vamos
dándole vueltas a los detalles de la próxima estación de penitencia. Cada vez
que nos tomamos un pequeño descanso para tomar algo, comentamos lo que hemos
visto, lo que nos queda por preparar….una bendita locura.
-Aunque aún
quede lejos, pues litúrgicamente ni ha nacido el Señor, ¿cuál es tu deseo para
la Semana Santa del 2018?
Mi deseo es
el mismo desde que soy niño… ¡Por Dios que no llueva! No nos podemos quejar;
llevamos cuatro años seguidos saliendo, algo que yo no recuerdo. Son muchas
horas de trabajo y esfuerzo las que quedan truncadas por una breve lluvia de
primavera. Estos años seguidos de buen tiempo están permitiendo a nuestras
corporaciones crecer y afianzarse y al mismo tiempo llenar cada año más las
calles de Granada.
-¿Qué
mensaje lanzarías a cualquier persona que acude a ver los cortejos
procesionales y se están pensando el formar parte de alguna cofradía?
Que una
Hermandad no es solo lo que se ve el día de su Estación de Penitencia. Esa es
la punta del iceberg. Detrás hay un año de vivencias, formación y reuniones que
te hacen crecer como persona. Estoy muy contento de todo lo que vivo en mi
Hermandad y de todas las personas que he conocido gracias a ella.
-El formar
parte de una hermandad, sobre todo entre la juventud, viene relacionado con
costaleros o bandas, pero a pocos le atraen el capillo y el cirio del
penitente. ¿Qué le dirías a ese cofrade que rechaza la esencia de nuestra
Semana Santa?
Yo, y opino
con conocimiento de causa, les diría que nuestro farol de fila es el cargo más
bonito que hay. Te permite vivir de una manera íntima la Estación de
Penitencia. Son solo unas pocas horas dentro de los 365 días del año que te van
a permitir reflexionar sobre muchos aspectos de tu vida; que muchos hemos
aprovechado para realizar promesas y propósitos de cambio. Y como muy bien
planteas en tu pregunta, son la esencia de nuestros desfiles, la nota anónima
pero imprescindible. Cada cargo dentro de un cortejo tiene su edad y su
cometido y todos los cofrades tenemos que pasar por la fila si queremos serlo
realmente.
-Y por último,
antes de hacerte una serie de preguntas para conocerte más #DeCerca, ¿cómo le
describirías a alguien que desconoce nuestro mundo cofrade la pasión que
sientes por tus titulares y por nuestra Semana Santa?
Cada vez que
tengo un problema o una inquietud, la paz me invade cuando entro por la nave
central de mi querido Monasterio de San Jerónimo y en soledad y silencio me
dirijo a la reja tras la que me esperan mis Titulares. El mundo se para, y les
hablo como un hijo que busca la protección de sus padres. Y siempre encuentro
la respuesta después de estar con Ellos.
La Semana
Santa es una forma de vida que abarca tantísimos aspectos que para mí no tiene
límites: la religión, la pasión, la historia, la cultura, el arte, la amistad….
Y para
conocerte un poco más de cerca:
- Un recuerdo de tu infancia como cofrade: Mis tardes de Viernes Santo rezando para que no lloviera y compartiendo con mi novia, mi Ana, toda la devoción que siento por mis Titulares.
-
Una imagen de Cristo de nuestra Semana Santa: El
Cristo del Descendimiento.
-
Una imagen mariana de nuestra Semana Santa: Nuestra
Señora de la Soledad.
-
Una marcha cofrade: La Madrugá.
-
Tu mejor recuerdo como cofrade: Las lágrimas
bajo mi capillo cuando salen mis Titulares por el arco del Monasterio.
-
Un momento especial de la Semana Santa (que no sea una de las hermandades donde
procesionas): La
hermosísima cara del Cristo de la Amargura paseando por las calles del Albayzín
y la salida del Santísimo Cristo de la Misericordia.
-
Tu rincón para ver cofradías: Cualquier
callejuela estrecha de mi Granada.
-
Tu momento más feliz como cofrade: Cuando
llevé a mis hijos recién nacidos a los pies de Nuestra Señora de la Soledad y
el Cristo del Descendimiento.
-
Y el que te hubiera gustado no vivir: Los
momentos en los que los hermanos discutimos por aspectos banales.
-
¿Con que adjetivos definirías nuestra Semana Santa? Sublime, elegante e íntima.
-
Cuéntanos alguna anécdota cofrade que hayas vivido: El año que se realizó el protocolo de indulto del preso en
la Catedral llovió y al no poder realizar la Estación de Penitencia, una
comitiva formada por mayordomos y el penitente que lleva en un cojín el
pergamino de liberación se dirigió a la Catedral para que se pudiera firmar el
citado pergamino. La gente que desconocía que el indultado porta una vela y no
el pergamino, señalaban a mi querido amigo y miembro de la Junta y comentaban:
“míralo, ahí va el chorizo que van a soltar”, con el consiguiente cachondeo que
tuvimos posteriormente.
Muchas
gracias Enrique, de parte de todo el equipo.