miércoles, 10 de enero de 2018

DIONISIO MARTÍNEZ #DeCerca



Verle la espalda al Rey Baltasar en la cabalgata es sinónimo de comenzar lo que popularmente conocemos como la ‘precuaresma’. Nos invade ya la ilusión por el tiempo cofrade por excelencia, el cual dará comienzo oficialmente el próximo 14 de febrero.

Nosotros seguimos en Cruz de Guía dando a conocer un poco más a cofrades de nuestras hermandades, y para comenzar el 2018 en nuestra sección de entrevistas queríamos hacerlo con una persona que ha abarcado muchos ámbitos en el seno de una corporación, pero que además usa su voz como herramienta de guía en infinidad de pasos procesionales. Hoy conocemos #DeCerca a Dionisio Martínez Molina.

-Dionisio es un nombre que pocos desconocen dentro de nuestra Semana Santa. Vamos a ir pasando por diversos ámbitos en esta entrevista, pero no queríamos comenzar con otra cosa que no fuesen tus inicios: ¿Cómo fueron tus primeros años y tu infancia Dioni?
Nací en 1969, en mi casa no se respiraba ambiente cofrade, solo mi intensa relación con mi tía que vivía en la calle de la Colcha, con la cual pasaba bastante tiempo, me hizo vivir la Semana Santa desde la infancia.
-Hombre de tradiciones y arraigado fuertemente a la cultura granadina, entendemos que tu pasión por las cofradías no es cuestión de pocos años… ¿Cuándo te adentraste en el mundo cofrade?
Como he dicho antes, la calle de la Colcha era desde donde vivía mi Semana Santa, fueron muchas las carreras, para ver a la OJE desfilar en ordinaria camino de S. Pedro o Santa Ana. Nunca surgió en mí la inquietud de salir de penitente o nazareno, mi curiosidad era saber cómo era un paso por dentro y como cargaban con “aquello” los hombres que iban debajo.  Pasaron los años y a los catorce, tenía claro que quería ser costalero, cosa que mis padres retrasaron hasta los diecisiete, que entré a formar parte de la cuadrilla del Nazareno a las órdenes de José Ibáñez “Chicho” en el año 1987.

-Actualmente se te puede situar en el seno de muchas hermandades por tu responsabilidad como capataz, pero la hermandad más jovial de nuestra semana grande, la de Jesús Despojado, es en la que yo te enmarco como hermano cofrade de cuna. Aún así, esta corporación cuenta con menos años de antigüedad que tú mismo como persona. ¿Cuál fue la primera cofradía en la que formaste parte de su nómina de hermanos?
En la Cofradía del Nazareno, tras ingresar como costalero en 1987, en el 1991 me hice hermano.
-Aunque la gran mayoría de cofrades te conocieron como capataz, yo siempre te recuerdo en nuestros primeros encuentros como hermano mayor. Has debido pasar por muchos lugares dentro de las cofradías en las que vives intensamente tu día a día cofrade. ¿Cuáles de ellos puedes destacar desde tu niñez hasta ahora?
Mi niñez trascurrió como mero espectador. Después llego la época de costalero, en una Semana Santa distinta a la actual, en la que no todas las hermandades tenían cuadrillas propias, con lo cual, las cuadrillas como Nazareno, Victoria o Favores, entre otras, portaban titulares de otras hermandades. En nuestro caso en aquellos años fueron los pasos de Encarnación, Sentencia y Maravillas, Rescate y Silencio, además de los pasos del Nazareno. En los años noventa me hice cofrade en la hermandad del Nazareno, llegando a formar parte de su Junta de Gobierno. A principios de los noventa, la relación Nazareno-Despojado era muy intensa, por eso me hice hermano del Despojado, que fue la hermandad que me dio la oportunidad de desarrollar mi vocación de capataz. Después han sido varias la hermandades que han confiado en mí, de todas he aprendido y he recibido el cariño de sus hermanos. Algo que me ha enriquecido mucho humanamente hablando.
-Un convencido cofrade y creyente como tú, que se desvive por la Semana Santa, seguro que ha vivido momentos cofrades más allá de nuestra provincia.
He vivido muchos, pero si tengo que quedarme con uno, lo tengo claro, la JMJ marcó un antes y un después en mi visión de lo cofrade y mi forma de entender la Iglesia.  Fue un gran esfuerzo por parte de la hermandad de Jesús Despojado, que contó con el apoyo de las hermandades de Granada, instituciones, empresas y especialmente de la Diócesis. Los cofrades de Granada llevamos a Madrid, nuestra forma de entender la Fe y la compartimos con creyentes de todos los rincones de mundo. Recuerdo una conversación con una joven siria, que mantuvimos D. Javier y yo, la que nos contó la realidad de los países donde los cristianos son perseguidos, para ella era un sueño estar allí en Recoletos delante del paso de Jesús Despojado. Testimonios como ese me conmovieron y me hicieron relativizar todo lo material que rodea al mundo cofrade, aunque necesario para dignificar lo que representamos, que no es otra cosa que el paso de Jesús por la tierra, no deja de ser algo secundario, que debe de estar al servicio de la fe, que es lo que realmente da sentido a todo.
-Como decía, tus años a la cabeza de la hermandad del barrio Fígares son los que recuerdo con cariño, quizás por ser también en parte aquellos en los que yo participaba de muchos actos como vocal federativo. ¿Qué recuerdos tienes de aquellos años de mandato?
Fue algo inesperado, puesto que no presenté candidatura Resulté elegido porque al concluir el periodo electoral no había candidato. Los recuerdos son muy buenos, aunque también se vivieron momentos duros.  Pero gracias a  los hermanos y el trabajo de los miembros de la Junta de Gobierno, la Hermandad siguió creciendo, que era el objetivo.
-Es innegable que la participación de la Hermandad de Jesús Despojado y María Santísima del Dulce Nombre en la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid en agosto del 2011 debió ser de las cosas más grandes que hayas vivido, no sólo como cofrade, sino como creyente.
Así es, como te decía anteriormente, fue algo que me marcó, una experiencia de la cual aprendí muchísimo. Podría hablar horas y horas de todo lo que allí se vivió. Hay muchos momentos y muchas imágenes que me vienen a la mente, pero me quedo con la imagen de los peregrinos haciendo cola para escribir su petición e introducirla en la caja que llevo Jesús Despojado a sus pies durante el Vía Crucis.
-Fueron muchos los preparativos y momentos, no sólo la participación en aquel Vía Crucis frente a Benedicto XVI. ¿Cómo recuerdas todos los momentos previos a Madrid, preparativos y el traslado de las imágenes y el paso?
Fue un esfuerzo muy importante por parte de muchas personas, miembros de la junta, hermanos y cofrades que se prestaron a ayudarnos. De los traslados muchas anécdotas y un tremendo despliegue de seguridad, que nos sorprendió a todos.
-Muchas de los hermanos que viajaron a Madrid quedaron prendados por el ambiente, pero también por las amistades y especiales hermanamientos que se llevaron a cabo con otras hermandades, ¿verdad?
Desde el principio tuvimos claro que era algo que no era exclusivo de la hermandad de Jesús Despojado, sino que era la Diócesis de Granada la que peregrinaba a Madrid. Allí no había cofrades de distintas hermandades, éramos todos peregrinos de Granada.
-Volviendo a la actualidad de la hermandad, aunque no estés en primera línea, tu nombre debe ser siempre considerado de peso a la hora de consultar grandes cambios o avances. ¿Cómo es la realidad actual de la corporación del Domingo de Ramos?
En la actualidad la hermandad vive un buen momento, hay mucha ilusión por ver a María Santísima del Dulce Nombre en la calle. Un proyecto que inició la junta de Inmaculada Rodas y que continúa la de Carlos Castillo. Así que, como hermano muy contento de la evolución de la hermandad, en estos últimos años.
-Aun siendo una hermandad muy joven, es una de esas corporaciones que crean envidia sana en relación a la cantidad de hermanos en fila o la participación activa de jóvenes, no tan jóvenes o la propia banda de la hermandad. ¿Cómo gestiona una junta de gobierno tal responsabilidad?
Es cierto que al ser la banda y los costaleros hermanos, el porcentaje de participación el Domingo de Ramos es alto, pero en el seno de la hermandad somos conscientes que aún queda mucho trabajo que hacer, para que cada vez sean más hermanos los que vistan la túnica, haciendo estación de penitencia.
-Dejando a un lado las responsabilidades administrativas dentro de las cofradías, tú estás acostumbrado a otro tipo de cargos de peso, como es el de capataz. Tu voz guía a infinidad de costaleros dispuestos a darlo todo por sus titulares. ¿Cómo fue tu primera experiencia como capataz?
La primera vez que mandé un paso creo que fue en 1995. El paso de palio de Nuestra Señora de la Merced en la calle Alhóndiga. Era contraguía del Cristo y ese año “Chico”, el capataz, me pasó al palio, me dijo ‘¿no quieres ser capataz...? pues ponte delante y llama’. Fueron dos chicotás, que se me hicieron eternas por lo nervioso que estaba. 

-Antes de tomar el martillo, uno debe pasar muchos años bajo la trabajadera. ¿Sigues saliendo de costalero en alguna hermandad? ¿Qué pasos has procesionado a lo largo de tus años?
Actualmente, solo soy costalero del Corpus. En Semana Santa me retiré de costalero en 2015. Como costalero he sacado: Encarnación, Maravillas, Rescate, Merced, Silencio, Despojado, Virgen de la O (Sevilla) y Corpus.
-Volviendo al llamaor, tener que tomar el mando de una cuadrilla es una responsabilidad tremenda, que uno hace por devoción, pero también por oficio y entrega, pues digo yo que, entre tantos pasos que has cogido o que guías actualmente, algunos de ellos no habrá sido por total devoción, son también por responsabilidad cofrade.
La devoción es una cosa y la vocación cofrade que tengamos es otra. Al igual que el vestidor tiene una habilidad y una vocación que pone al servicio de  las hermandades, el capataz lo mismo. Luego puedes tener una imagen a la que le tengas más cariño o devoción por diversas circunstancias. Parto de la base que las imágenes, no son un fin en sí mismas, sino un medio para llegar al fin. Así que la devoción está dirigida a Jesús y a María, por encima de advocaciones.
Con respecto a la responsabilidad cofrade, sin ir más lejos el año pasado, una hermandad, me planteó un problema serio en cuanto a número de costaleros en el mes de febrero. Acepté la responsabilidad, para que la hermandad saliera a la calle sin problema. En este caso fue por vocación como capataz y como decías antes por responsabilidad cofrade, ya que todas las hermandades merecen que sus pasos se pongan en la calle dignamente en lo que ha cuadrilla se refiere.
-¿Cuál fue el primer martillo cofrade que tomaste? ¿Cómo recuerdas aquella primera llamá?
Como capataz fue el de Jesús Despojado en 2001. Fue muy emocionante, habían sido unos meses previos muy duros con trece ensayos, una apuesta firme con un cambio de estilo en el andar que no todos entendieron. Pero el golpe de llamador que no olvidaré fue el último de ese Domingo de Ramos. El martillazo del ‘ahí quedó’, me llenó de satisfacción, al sentir que no había defraudado a las personas que confiaron en mí.
-Tu estilo se caracteriza por ser serio, un andar valiente pero siempre de frente, sin muchos cambios. Esto choca en cierto modo con el último de los martillos que has tomado, el de María santísima de la Amargura Coronada. ¿Cómo será el regreso el próximo Lunes Santo por la Calle Santiago?
El regreso será como la hermandad quiera que sea, con las marchas que la hermandad quiera que suenen. Yo me limito siempre a cumplir con las directrices que me marcan las hermandades y estar a las órdenes del fiscal de paso en cada momento. Evidentemente tengo mi estilo a la hora de mandar un paso, pero no está reñido con el carácter del paso de palio de María Santísima de la Amargura. Aunque no sea un paso de palio de barrio, llevo sacando desde hace quince años a María Auxiliadora de la Alhambra, una Virgen de Gloria con un repertorio muy alegre.
-Ese enclave da lugar a una de las bullas más tradicionales de nuestra semana mayor. Tú, como capataz, ¿qué opinión tienes sobre éstas?
Me encantan las bullas de gente cofrade que saben donde están y lo que están viendo, y no me gustan las bullas en las que se mete gente que piensan que van a una romería y no tienen un comportamiento acorde al momento.
-Como decimos, han sido muchos los pasos que guías o has guiado pero, ¿hay alguno que te gustaría coger en el futuro?
Con cuatro hermandades durante la Semana Santa, más dos de Gloria, estoy prácticamente al límite. Si cambiaran las circunstancias, creo que sería bonito volver a mis orígenes.
-Los años y la experiencia de multitud de cofrades en Granada, va dando la razón al costal sobre la trabajadera a hombros, no solo por el andar costalero sino por la salud de los mismos. ¿Qué opinas de esta singular batalla dialéctica que ha tenido lugar años atrás por defender la tradicional trabajadera granadina frente al costal?
Defender un estilo, no debe implicar atacar al otro. Para llevar a Jesús y a María cualquier forma es buena.
-Y sobre gustos musicales, ¿cuál es tu son favorito a la hora de trabajar una cuadrilla?
Si el repertorio es de calidad, cualquier estilo es bueno.
-Domingo de Ramos, Lunes Santo, Martes Santo… casi la totalidad de los días de la semana cuentan contigo en la participación del discurrir de alguna hermandad por las calles de la ciudad. ¿Cómo vive tu familia la pasión cofrade que embauca a Dionisio Martínez?
Bueno, son cuatro días, quedan otros cuatro para disfrutar de la Semana Santa. Mis hijos lo viven intensamente, son cofrades, así que no hay problema.
-Tu hijo es uno que crece a pasos agigantados, no sólo físicamente, también al frente de los pasos. Esto sucede no sólo por lo que aprende de su padre, sino porque éste le da también la oportunidad al frente de los pasos. ¿Cómo se vive esa relación padre-hijo a los mandos de una cuadrilla?
La relación es la normal entre un padre y un hijo.  Tenemos la suerte de compartir algo que nos apasiona a los dos y trato de inculcarle los valores necesarios, para que siga aprendiendo. Para que en el futuro sea buen capataz y sobre todo buena persona.
-Yéndonos a la actualidad cofrade, ¿qué opinas del estado actual de las treinta y dos hermandades y cofradías de nuestra Semana Mayor?
Si echamos la vista atrás, la evolución ha sido tremenda. Evidentemente hay que seguir trabajando y mejorando muchos aspectos, pero creo que estamos en el camino correcto.
-La Navidad llegó a su fin hace unos días con la fiesta del Bautismo del Señor en el Jordán a manos de Juan el Bautista, y nosotros ya estamos pensando en que llegue el 14 de febrero con el inicio de la Cuaresma. ¿Cuál es tu deseo para esta Santa Cuaresma y la Semana Santa del 2018?
Para Cuaresma: me gustaría que los cofrades sigamos madurando en nuestra fe, que tratemos de conocer más a Jesús, porque a veces nos centramos en hacer altares muy bonitos, para alguien que no conocemos lo suficiente.
Para Semana Santa: que el tiempo nos respete y para poder disfrutar de una semana íntegra y así acercar las imágenes a gente que en muchos casos necesitan de esa presencia.
-Antes de irnos a las breves preguntas para conocerte más #DeCerca, me gusta realizar una pregunta que considero importante para la gente que vive las cofradías de forma intensa. El ámbito del costal vive un momento dulce con gran cantidad de jóvenes que desean portar los pasos, pero pasados los años de salud y fortaleza física muchos abandonan las hermandades sin tomar el capillo y el cirio, base esencial de nuestras hermandades. ¿Qué mensaje les lanzarías a tus costaleros para el día de mañana?
Lo primero, es ser consciente de la realidad que se vive en este tema y que muchos cofrades desconocen, a veces por culpa de los propios capataces que solo decimos lo que las juntas quieren escuchar.
No se puede generalizar porque cada cuadrilla es un mundo, pero prácticamente en todas las cuadrillas se dan las mismas circunstancias. En los últimos veinticinco años, los pasos se han renovado en muchas hermandades, haciéndose más grandes y pesados, se han incorporado dos pasos de palio que no existían y otro que está por llegar en 2019, por lo tanto la demanda general de costaleros ha aumentado muchísimo, en algunos casos se ha duplicado.
¿Han crecido las nóminas de hermanos proporcionalmente a esa demanda? No. El tema se ha solucionado, porque hay costaleros que repiten, sacando más de un paso durante la semana, con la incorporación de costaleros de la provincia y de provincias limítrofes, en algunos casos incluso de fuera de Andalucía. Al término de su etapa como costaleros, no podemos pedirles mucho más. Solo que una vez termine su etapa de costalero, hay que seguir participando en la que sientan como su hermandad y  sobre todo que traten de inculcar a sus hijos, que es ser cofrade. Es la única forma de garantizar el futuro de una forma tan bonita de vivir la fe.

Y para conocerte un poco más de cerca:

- Un recuerdo de tu infancia como cofrade:
Recuerdo al Cristo de la Misericordia de Mora, ese año iba en horizontal en el paso, porque la imagen estaba en muy mal estado de conservación, fue impresionante verlo desde un balcón.
- Una imagen de Cristo de nuestra Semana Santa:
Cristo de la Misericordia (Mora).
- Una imagen mariana de nuestra Semana Santa:
Soledad de S. Jerónimo.
- Una marcha cofrade:
Cualquiera que lleve el apellido Font.
- Tu mejor recuerdo como cofrade:
Hay muchos… La primera vez que salí de costalero, fue la culminación de un sueño.
- Un momento especial de la Semana Santa (que no sea una de las hermandades donde procesiones):
La salida de la Borriquilla. Creo que es el momento todos los cofrades esperamos con ilusión.
- Tu rincón para ver cofradías:
Cada cofradía tiene su rincón.
- Tu momento más feliz como cofrade:
Ha habido muchos, no sabría decirte.
- Y el que te hubiera gustado no vivir:
Como Hermano Mayor hubo momentos muy duros.
- ¿Con que adjetivos definirías nuestra Semana Santa?
Se puede definir con muchos, evidentemente todos positivos.
- Cuéntanos alguna anécdota cofrade que hayas vivido:
Creo que sería sobre 2004, más o menos, nada más salir el paso del Despojado, mando venga de frente, y veo un hombre grueso, fumando un puro, a mi lado a unos dos metros de distancia. El paso avanzaba y el hombre del puro se mantenía a la misma distancia, observando cada detalle, sin molestar, pero siempre cerca. No hizo ningún comentario, solo miraba y fumaba. Así llegó hasta el final de calle Navas, donde no lo volví a ver.
Al año siguiente en la salida del Despojado, el hombre con su puro, echando mas humo que los acólitos. Hizo lo mismo que el año anterior, hasta la calle Navas y después desapareció. El tercer año ya lo estábamos esperando (risas) y no faltó a su cita. Ya nos saludaba al segundo capataz y a mí. Así estuvo unos cinco años, el primer año de la carrera oficial por Ganivet ya no apareció. Sinceramente lo echamos de menos, porque se había convertido en un clásico todos los Domingos de Ramos.


Muchas gracias Dioni por tu cercanía, de parte de todo el equipo.