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sábado, 3 de marzo de 2012

DIARIO PARA UNA CUARESMA - SÁBADO DE LA PRIMERA SEMANA DE CUARESMA - 3 DE MARZO

Este domingo día 4 de marzo, la Iglesia española celebra el Día de Hispanoamérica. Se trata de una cita cuyos orígenes se remontan a 1959 y que viene a subrayar los especiales lazos entre nuestro país y los pueblos hispanoamericanos, sustentada entre otros muchos factores por la transmisión que se hizo de la fe católica. La Iglesia jugó, desde el primer momento, no sólo un papel evangelizador, sino que fiel a su ministerio, veló de manera muy especial por las comunidades indígenas, para evitar que fueran víctimas de ataques sociales, convirtiéndose así en su principal garante. Esa labor evangelizadora y de defensa de los más necesitados continúa. Con la Iglesia Católica también se extendieron las cofradías y fruto de aquellos existen en los paises de habla hispana numerosas corporaciones muy similares a las nuestras, con sus pasos, sus bandas de música, sus penitentes, sus procesiones ... Es, por tanto, una rica herencia compartida.

Pero al hilo de esta celebración, quiero traer hoy a este Diario una evidencia, según la cual esta celebración del Día de Hispanoamérica, puede también tomar un nuevo sentido añadido. Durante los años de prosperidad económica española, muchos hispanoamericanos emigraron a nuestro país. Un buen número de ellos se han establecido entre nosotros y aquí han nacido sus hijos. Algunos ya comienzan a participar en nuestras cofradías. Bien es cierto que todavía de una manera tímida, pero es previsible que en el futuro con mayor intensidad y en cualquier caso, estamos llamados a ofrecerles esta posibilidad de vivir su fe. Deben de ser recibidos, como así está sucediendo, con los brazos abiertos, como una oportunidad para el enriquecimiento de nuestras hermandades. Incluso se tiene constancia de un grupo de mejicanos que desean erigir en la Iglesia de Santa María de la Alhambra, una Cofradía para honrar a la Virgen de Guadalupe y que ya han iniciado los tramites necesario para ello.

En suma, nuestros hermanos hispanoamericanos que residen entre nosotros, como tambén el resto de los inmigrantes, son una oportunidad para el engrandecimiento del mundo cofrade granadino. Ellos han venido aquí con la misma fe cuya semilla plantaron en América hace varios siglos los misioneros.