domingo, 9 de marzo de 2014

VIA CRUCIS AL STMO. CRISTO DE LAS MISERICORDIAS.

A las 8 en punto de la tarde se situaba, en el cancel de la Capilla Mayor del Monasterio de Nuestra Señora del los Ángeles de las Vistillas, la cruz claustral del siglo XVII policromada al oleo, escoltada por dos faroles, que abrían el sobrio cortejo anunciando que el Santísimo Cristo de las Misericordias, iba a pisar, por primera vez, las calles de Granada. El cortejo, estaba conformado por un nutrido grupo de fieles y hermanos de la Seráfica Hermandad de Gloria de Nuestra Señora de los Ángeles, organizadora del piadoso acto , seguido de una representación del grupo joven de la vecina Hermandad del Huerto de los Olivos, y presidiendo el cortejo la Mayordomía del presente año. Finalmente en una parihuela, cedida para la ocasión por la Hermandad del Santísimo Cristo de la Misericordia, se alzaba el soberbio crucificado de Pablo de Rojas, advocado de las Misericordias. La sagrada imagen iba escoltada por cuatro faroles y portada por el Cuerpo de  Caballeros Horquillaros de la Seráfica Corporación, siguiendo las órdenes de Antonio Méndez García, Hermano Mayor de la misma. Cerraba el cortejo el Preste, revestido con capa pluvial y acólitos con dalmáticas del mismo terno, seguidos de una marabunta de fieles. El acompañamiento musical corrió a cargo del cuarteto de metales de la Banda de los Ángeles de Granada.

 Durante aproximadamente una hora y media, el Santísimo Cristo de las Misericordias ha recorrido las calles del Realejo, viviéndose emotivos momentos como: la visita a las RRMM Comendadoras de Santiago, la Hermandad del Huerto, la Archicofradía de María Auxiliadora, la Archicofradía de Nuestra Señora del Rosario, el Convento de la congregación de Santo Domingo y la Asociación de Vecinos del Bario del Realejo, rezando todas estas corporaciones, y Órdenes religiosas, las distintas estaciones del Vía Crucis. Durante el recorrido, fruto de la espontaneidad popular, y el fervor que se procesa a la imagen, se han interpretado cantos y saetas.        

 Un acto enmarcado dentro del 475 aniversario de la ejecución de la imagen de Nuestra Señora del los Ángeles y la fundación de su Hermandad, que ha estado cargado de fervor y piedad, que muchos cofrades esperan que se repita en más ocasiones.