miércoles, 11 de mayo de 2016

EUGENIO ALMOHALLA #DeCerca


Nos encontramos a nos días de Pentecostés, por lo que tenemos lejos ya la Semana Santa vivida intensamente en este 2016. Aun así nosotros seguimos conociendo #DeCerca a los cofrades de nuestra semana mayor y en esta ocasión nos encontramos con el Hermano Mayor de la cofradía que abre nuestra Semana Santa, la hermandad de la Borriquilla. Hoy conocemos #DeCerca a Eugenio Almohalla.

-Ser Hermano Mayor de una cofradía debe ser, además de una gran responsabilidad, un enorme honor para cualquier cofrade. Mucho más, si cabe, encabezar a la hermandad que abre nuestra semana mayor, ¿no es así?
Por supuesto. Uno tiene dentro de sí esas dos sensaciones en gran medida. Pero mucho más aún cuando lo eres de la cofradía a la que perteneces y quieres desde que eras muy niño, y con la que tienes multitud de vivencias acumuladas en tu vida.

-Son ya diez los años como hermano mayor y muchos son los proyectos que se han llevado a cabo o que actualmente se están desarrollando. Pero antes de entrar en el apartado de hermandad quisiéramos saber: ¿cómo fueron los inicios cofrades de Eugenio?
Pues al nacer y ser educado en el seno de una familia cristiana, con firmes convicciones de fe, practicante y muy vinculada a su Parroquia, la de San Andrés. A través de ellos, siendo niño me hice hermano, empecé a hacer la Estación de Penitencia y siendo bastante joven también entré ya a formar parte de su Junta de Gobierno (14-15 años) siendo hermano mayor Antonio Medina.

-En las últimas elecciones convocadas en la hermandad no te presentaste pero los hermanos te votaron, ¿crees que para el siguiente cabildo de elecciones habrá una persona preparada para presentarse y continuar con el proyecto que actualmente llevas a cabo?
Pues así lo espero y también lo deseo, y desde que soy Hermano Mayor he trabajado con la intención de que algunos de los hermanos y hermanas que han desempeñado responsabilidades en mis Juntas de Gobierno pudieran  prepararse y formarse para dar el paso al frente y asumir el cargo de Hermano Mayor. Considero que los cargos de responsabilidad en cualquier ámbito de la vida deben renovarse periódicamente, y por supuesto en una cofradía es también muy necesario. Deben entrar otros hermanos con otras ideas, talante, formas de trabajar, etc.
Pero al final, por mucho empeño que se  ponga, el paso adelante y el gran compromiso y responsabilidad que supone hoy en día ser Hermano Mayor de una cofradía, lo debe asumir cada hermano libre y conscientemente, y no se puede obligar a nadie, ni presionarle más allá de lo razonable.

-Hermano de la cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén y María Santísima de la Paz. ¿Alguna corporación más cuenta contigo en la nómina de hermanos?
En Granada soy hermano también de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia y hermano horquillero de nuestra Patrona, la Stma. Virgen de las Angustias. A ambas sagradas imágenes les profeso gran devoción.  Y soy hermano de la hermandad de San Gregorio, Patrón del pueblo de La Calahorra al que estoy muy vinculado desde hace años a través de mi esposa y su familia.

-Un pilar base en la vida de una persona es la familia, ¿cómo viven ellos tu implicación en nuestra Semana Santa?
Pues ellas, mi mujer y mis dos hijas, lo llevan viviendo con paciencia, discreción, y apoyándome absolutamente en todo, desde hace ya mucho tiempo. Mi esposa, es una cristiana convencida, pero no es cofrade. Sin embargo, desde que éramos novios ha vivido al lado mío toda mi implicación en el mundo cofrade, en  mi cofradía, en la Federación…y son muchos años ya. Es para mí un ejemplo constante, y pilar básico en mi vida personal y familiar. Y respecto a mis hijas, que son lo mejor de mi vida,  me siento íntimamente  muy orgulloso de que en ellas se haya albergado el sentimiento cofrade y un cariño y compromiso que va cada vez a más para con su cofradía de la Borriquilla.

-Dentro de tu trayectoria cofrade encontramos los años en los que ejerciste de Vocal de Protocolo en la Real Federación de Cofradías, ¿qué recuerdos tienes de aquellos años?
Sinceramente, muy, muy gratos; tuve  la oportunidad de prestar un servicio a la Iglesia y a nuestra Semana Santa y de aprender muchísimo trabajando al lado de personas de gran experiencia y valía, sobre todo el Presidente, mi buen amigo al que admiro, Gerardo Sabador, y los demás miembros de esas dos Juntas, con los que trabajé codo con codo, y mantengo en todos los casos buenas relaciones personales, y con algunos de ellos, una estrecha amistad.

-¿Crees que ha cambiado mucho el funcionamiento de la Federación desde aquellos años hasta el día de hoy?
Pues observándola  ahora desde cerca, desde mi cargo en mi cofradía, creo que el funcionamiento es similar porque hay directrices y líneas de actuación que siempre se deben cumplir porque estamos dentro de la Iglesia. Sí es verdad, que al cambiar las personas que la gobiernan, puede cambiar la forma de ver o de afrontar determinadas iniciativas o decisiones,  pero al final, estoy convencido de que siempre se intenta trabajar  por engrandecer nuestra Semana Santa y sus cofradías, y de que no es un trabajo para nada fácil.

-Una de las cosas por las que se puede definir a Eugenio, todas ellas buenas, es como a un hombre comprometido con la Iglesia y su comunidad parroquial, además de la hermandad. Teniendo en cuenta que en muchas ocasiones se les señala a los cofrades como cristianos con falta de compromiso en el sentido eclesial, ¿qué mensaje les lanzarías?
Pienso que el compromiso y la vivencia de la fe en el seno de una cofradía, nace de nuestra condición de cristianos y del compromiso con la Iglesia Católica. Y debe ser éste siempre un compromiso decidido, firme y activo. Primero somos cristianos y luego cofrades y trabajamos por y para la Iglesia, y para tratar de vivir como Cristo nos dijo, en fraternidad y auténtica hermandad en la mayor medida posible.

-Tus hijas son fiel reflejo de la juventud viva por la que se reconoce con facilidad a la hermandad por excelencia del Domingo de Ramos. ¿Cómo crees que es el estado de la juventud cofrade actual?
Desde la realidad que vivo más de cerca, la de la Borriquilla, considero que tenemos unos jóvenes en una gran mayoría ilusionados, comprometidos con su cofradía y con ganas de trabajar. Cada vez se van implicando más en tareas y responsabilidades, y eso es muy importante porque ellos tienen la capacidad y la fuerza de contagiar esa ilusión, ese espíritu y esa dedicación, al resto de hermanos. Y creo que esta situación es la que vivimos también a nivel general en una buena parte de la juventud cofrade actualmente.

-La hermandad de la Borriquilla es sin duda una de las canteras cofrades más numerosas, pues son muchos los niños de corta edad que procesionan con el traje de hebreo. ¿Con el transcurrir de los años se muestra una continuidad y compromiso en estos hermanos de tan corta edad, o por el contrario cuando crecen muchos dejan de ser hermanos cofrades?
En muchos casos sí se nota ese compromiso cofrade con el tiempo y tiene continuidad, bien sea en nuestra propia cofradía o en cualquier otra. Y esta es una labor y un hecho importante para nuestra Semana Santa. Nosotros estamos encantados de que tantos cofrades granadinos a lo largo del tiempo se hayan iniciado como tales en la cofradía de la Borriquilla, y ello sigue siendo gracias a Dios una realidad hoy en día. Es verdad que hay también casos en los que ese estreno cofrade no tiene luego proyección hacia el futuro y se queda en un hecho puntual de uno o dos años, muy posiblemente por falta de implicación e interés de las familias,  pero cada vez son menos estos casos.

-El proyecto más grande en el que la hermandad se encuentra inmersa es en la restauración de la sede canónica. ¿Cómo se encuentra en estos momentos el proceso? ¿El próximo Domingo de Ramos asistiremos a la salida procesional desde San Andrés?
Es muy posible, aunque con una obra de envergadura de por medio, no podemos asegurarlo plenamente. Estamos pendientes de solucionar temas burocráticos y relativos a  la gestión económica de la cofradía, para poder hacer efectiva la concesión del crédito personal por parte de una entidad bancaria, para acometer la financiación de esta primera fase del proceso de reanudación de la restauración de nuestro templo-sede.

-El pasado Domingo de Ramos ha sido uno de los más duros de tu mandato al tener que suspender la estación de penitencia por la lluvia. ¿Cómo viviste todos esos momentos?
Fue sin duda una desilusión importante, un hecho lamentable, y un golpe inesperado, porque para nada contábamos con que íbamos a padecer unas circunstancias tan adversas aquella tarde. Para toda la hermandad lo fue, pero también creo que los hermanos y hermanas dieron una auténtica lección de madurez, seriedad, y responsabilidad, asumiendo la decisión sin una sola crítica ni comentario en contra, y siendo todos una piña.
Y yo personalmente, aunque fue complicado, traté de sacar fuerzas para mantenerme entero y lo más sereno posible, porque uno como Hermano Mayor acumula muchas ilusiones y vivencias cada año antes de la estación de penitencia, las de uno mismo, y las de otras muchas personas, hermanos o no, y la de no salir a la calle es una decisión muy dura y difícil de tomar.

-Tradicionalmente las hermandades de la Borriquilla y la Alhambra realizan un acto donde se entregan las llaves de nuestra semana mayor. ¿Qué se siente al inaugurar la Semana Santa de tu ciudad?
Es un orgullo y una satisfacción enorme para nosotros el inaugurar  una Semana Santa tan espléndida como la de Granada y el concitar y percibir de forma tan directa la ilusión y expectación que genera para tantísimas personas. Y el acto con nuestra cofradía hermana de Sta. María de la Alhambra, es un acto ya tradicional, emotivo,  bonito, y que es un símbolo y un gesto expreso de la vinculación y los lazos estrechos de hermandad y cariño que unen a las dos cofradías hace ya tantos años.

- Y sobre el resto de la Semana Santa, ¿cómo la vive Eugenio Almohalla?
Pues lo trato de vivir intensamente, rodeado de mi familia, de hermanos y amigos cofrades, y recorriendo las calles y rincones de esta maravillosa ciudad, y empapándome de momentos cofrades únicos que nos ofrece una ciudad y una Semana Santa también inigualables. Y también por supuesto, participando de los oficios religiosos de esos días y viviendo el misterio más grande de nuestra fe católica.

-Como cofrade de a pie, ¿cómo definirías el estado actual de nuestra semana mayor? ¿Qué mejorarías?
Tiene aspectos a mejorar por supuesto, y en los que debemos seguir avanzando, como el grado de compromiso e implicación de los hermanos durante todo el año con su cofradía, el número de hermanos en las estaciones de penitencia… pero creo que la Semana Santa de Granada goza de muy buena salud gracias al trabajo de sus cofrades y cada año se observa un paso adelante más en su constante evolución desde hace ya muchos.

-Hace tan solo unas semanas que cerramos los días que protagonizan el centro de nuestra vida, cofrade y en muchos casos personal. Aunque haya sido difícil este año por la suspensión de la salida procesional, ¿cuál es tu mejor recuerdo de la Semana Santa de Granada 2016?
El mejor momento aunque pueda parecer paradójico, fue el de la reacción de todos mis hermanos de la Borriquilla, ante la suspensión y todo el cariño, el aliento y el apoyo que me transmitieron en esos difíciles momentos. Y luego, pues el paso de cada una de las cofradías por la Plaza de las Pasiegas donde yo veo junto a mi familia los cortejos completos, es para mí un precioso recuerdo de cada Semana Santa.

Y para conocerte un poco más de cerca:

- Un recuerdo de tu infancia como cofrade: Cuando vestía la túnica hebrea con 5-6 años y acompañaba al Señor de la Borriquilla.
- Una imagen de Cristo de nuestra Semana Santa: El Cristo de la Misericordia.
- Una imagen mariana de nuestra Semana Santa: Nuestra Sra. de la Paz.
- Tu mejor recuerdo como cofrade: La participación como Hermano Mayor y miembro de la Junta de Gobierno de la Federación en la Passio Granatensis.
- Un momento especial de la Semana Santa (que no sea una de las hermandades donde procesionas): La salida de la cofradía de Sta. María de la Alhambra y la llegada de la cofradía del Silencio a Catedral.
- Tu rincón para ver cofradías: La Plaza de las Pasiegas y la Carrera del Darro.
- Tu momento más feliz como cofrade: Cuando mis hijas han vestido por primera vez su túnica hebrea con 2 años.
- Y el que te hubiera gustado no vivir: Como cofrade y como Hermano Mayor las suspensiones de nuestras estaciones de penitencia en 2007 y 2016.
- ¿Con que adjetivos definirías nuestra Semana Santa? Única, especial, original y maravillosa. Espléndida.
- Cuéntanos alguna anécdota cofrade que hayas vivido: 
Podrían ser muchas en todos estos años, pero una que aún recuerdo con mucho cariño, es cuando recién entré a formar parte de la Junta de Gobierno de mi cofradía, con sólo unos 15 años o así… y al no encontrar a nadie dispuesto a procesionar nuestra cruz de guía en la estación de penitencia, el Hermano Mayor propuso que la lleváramos por turnos los miembros de la Junta que en su mayoría íbamos de cargos o diputados en el cortejo. Nuestra cruz, la misma que procesiona en la actualidad, pesa considerablemente, pues es todo orfebrería, y yo que era casi un chiquillo, y muy delgado, recuerdo que pasé un auténtico calvario el primer rato que me tocó portarla, y casi casi iba la cruz llevándome a mí más que a la inversa. Cómo me verían… que decidieron relevarme, y que yo no hiciera el segundo turno que me correspondía. Hoy lo recuerdo y me río, pero sin duda fue uno de los peores ratos que yo he pasado haciendo estación de penitencia.


Muchas gracias Eugenio por esta entrevista y por todo tu trabajo e implicación en nuestra Semana Santa y en la vida de la Iglesia.