miércoles, 29 de febrero de 2012

EMOTIVO TRASLADO DE LOS TITULARES DE LA SANTA CENA






















Las cofradías en el interior de los templos adquieren una relevancia íntima. Aunque sea el culto público una de sus actividades fundamentales, las funciones bajo las naves de las iglesias suponen de manera muy especial, momentos de profunda emoción. Así ha quedado acreditado en la Parroquia de Santa Escolástica-Iglesia de Santo Domingo, cuando con sencillez y a la vez con solemnidad, se ha trasladado hasta el crucero del templo a las imágenes del Señor de la Cena, al que aguardaban en el lado del Evangelio, bajo el imponente altar del Nuestra Señora del Rosario, sus doce apóstoles. Igual trayecto se tenía reservado para la Virgen de la Victoria. De la Capilla de la Cofradía han partido las dos tallas en sencillas andas, en hombros de varones la de Jesús y de mujeres la de su madre, antecedidas de incensario y ciriales, cuyos portadores iban convenientemente revestidos, y la escolta de una representación de la Junta de Gobierno antecediéndolos con sus velones en las manos.



Traslado ceremonioso, con acertada ambientación musical que invitaba al recogimiento y piadosas lecturas que conducían los corazones hacia la oración. El canto de la Salve ha dado por concluido el acto al que han asistido varios centenares de fieles, la mayoría casi adolescentes, en cuyos rostros se reflejaba la emoción provocada por la ceremonia.



Desalojada la Iglesia, ha comenzado el trabajo para la instalación del altar de cultos que lucirá a partir del jueves con el inicio de un Triduo que comenzará a las ocho y media y cuya culminación será la función principal prevista el domingo. Ya el lunes, a partir de las nueve de la noche, otra vez volverá el Señor a su Capilla, mientras María Santísima de la Victoria emprenderá camino hasta la Casa de Hermandad, en otro ortodoxo traslado. Allí será restaurada por María del Carmen González, quien procederá a la reparación uno de sus hombros y a colocarla en una posición donde luzca más inclinada, con el deseo de mejorar su estética. La misma artista se encargara de restaurar parte del cabello de San Felipe que sufrió unos arañazos en la ultima salida procesional, y la mano izquierda de San Juan, que presenta dificultades para su sujección.