La Cofradía de Santa María de la Alhambra dispone de solo 60 costaleros. Este número sería suficiente para constituir aproximadamente dos cuadrillas en un paso normal, pero las dimensiones de su trono hacen necesario que en cada "igualá" estén al menos 75. Los costaleros granadinos han ido dando progresivamente la espalda a este paso, que en otros tiempos fue uno de los más reclamados. Ahora la moda del costal, que cada día cuenta con más aficionados, puede provocar que se pierda una de las estampas más tradicionales de la Semana Santa granadina. A la primera cita de la cuadrilla acudieron medio centenar y al primer ensayo se sumaron una decena de jóvenes venidos desde Santa Fe. Con tan escaso número no se podía ni conseguir un equilibrio de alturas y la trasera quedó prácticamente desprovista de personal. Ante esta situación, el Hermano Mayor de la Cofradía, Antonio Olivares, ha decidido convocar una Junta de Gobierno de urgencia para exponerle dos soluciones. Una sería el traer a costaleros desde Málaga o la Costa granadina, donde el sistema que se utiliza para portar los pasos es muy similar al de la Alhambra con costaleros por fuera, cargando a un hombre, y por dentro. Esto tendría la dificultad de armonizar los ensayos entre granadinos y foráneos. La otra opción sería el salir solo con los costaleros interiores, por lo que con la nómina dispuesta a cargar con el peso de la Virgen alhambreña, habría casi para dos "igualás". Las trabajadera exteriores se montarían dentro de la Iglesia, antes de la salida y se retirarían antes del comienzo de la procesión. Después se volvería a instalar en Plaza Nueva, donde tradicionalmente los devotos son los que suben hasta el recinto monumental el paso.
Esta escasez de costaleros se anunciaba desde hacía algunos años. Los hermanos que llegaban al paso por primera vez, rara vez repetían y tan solo permanencían fieles el núcleo de los veteranos. Ante esto los directivos de la Cofradía llevan algún tiempo estudiando remodelar el paso para que necesite menos costaleros, mediante la eliminación de las trabajaderas exteriores. Para que no resultara antiestético se ha estudiado la posibilidad de bordar unos faldones y para ello ya se dispone de un proyecto que se presentaría a Cabildo, aunque se ha calculado que se tardarían ocho años en realizarlos, entre otras cuestiones, debido a la situación económica actual. La coyuntura actual puede ocasionar que se acelere la toma de esta decisión, aunque para este año ya solo se barajan las dos posibilidades expuestas.