Los jóvenes están muy presentes en las cofradías. Si por jóvenes entendemos personas menores de treinta años, en cualquier acto que convocan nuestras hermandades, suponen casi el 50 %, muy por encima de la que significan en nuestros censos de población. Si en durante las décadas del siglo XX en que las cofradías pasaron una grave crisis, eran una minoría, ahora sucede todo lo contrario. Y no son sólo costaleros. Casi todos los músicos cofrades son jovencísimos, en las junta directivas de las hermandades tiene una presencia notable, en los llamados equipos de priostía también ... y podríamos seguir. Así por ejemplo qué decir de los llamados "grupos jóvenes" que tanto abundan en nuestras hermandaes. Varias generaciones de jóvenes, desde los años ochenta de la centuria pasada, hasta nuestros días, han sido uno de los motores principales de nuestras cofradías. ¿Por qué? ¿Acaso será la pervivencia de la validez de la predicación del mensaje de Cristo según la estética Barroca? ¿Tal vez la oportunidad de tener una participación activa? ... Cabrían otras muchas respuestas y no sé cuál es la adecuada; es probable que no exista solo una.
La pregunta ante esta exposición es si la pastoral que se ha ejercido para que todos los jóvenes atraídos por las cofradías, ha sido la adecuada para hacer al mayor número posible de ellos, verdaderamente partícipes del mensaje de la Redención, aquel que nos transmitió Jesús con su Pasión, Muerte y Resurrección. La Redención, la advocación del Cristo de la Cofradía de los Salesianos de Granada, por indicación de aquel gran sacerdote cofrade que fue D. Rafael Soldevilla. No olvido que debemos dedicar uno de estos diarios a ese asunto: la Redención.
La pregunta ante esta exposición es si la pastoral que se ha ejercido para que todos los jóvenes atraídos por las cofradías, ha sido la adecuada para hacer al mayor número posible de ellos, verdaderamente partícipes del mensaje de la Redención, aquel que nos transmitió Jesús con su Pasión, Muerte y Resurrección. La Redención, la advocación del Cristo de la Cofradía de los Salesianos de Granada, por indicación de aquel gran sacerdote cofrade que fue D. Rafael Soldevilla. No olvido que debemos dedicar uno de estos diarios a ese asunto: la Redención.
