Durante la Cuaresma, los cofrades intensifican sus actividades.
Presentaciones, pregones, cultos, conciertos ... La agenda del cofrade suele
estar por lo general repleta de actos a los que debemos acudir. Corremos el
riesgo de que tantos asuntos nos provoquen estrés y nos impidan alcanzar la paz
interior precisa para tener un encuentro íntimo con el Señor. Es un riesgo que
debemos de conocer y evitar. Precisamente todos estos actos son un espacio
propicio para la meditación, para dialogar con Jesús, para disponernos,
reviviendo los sagrados misterios, a gozar del mensaje de Redención que nos
trae la gran noticia de la Resurrección de Cristo. Por tanto, sería conveniente
acomodar nuestra vida cofrade, de tal manera que nos permita vivir de manera
cristiana estos días que nos conducen a la Semana Santa. Es una cuestión de
inteligencia, un don del que nos dotó Dios y del que debemos de hacer un uso
adecuado.