Según San Alfonso María Ligorio (1696 - 1787 ), fundador de los
Redentoristas, "la oración es el arma más necesaria para defendernos de
los enemigos de nuestra alma". Este tiempo de Cuaresma es propicio para
poner en práctica, con más dedicación si cabe, la oración. Los cultos de las
cofradías, además de manifestaciones de fe, pueden ser un espacio propicio para
la oración. La importancia de la oración es tal que San Carlos Borremeo (1538 -
1584), Arzobispo de Milán, llega a afirmar que "de todos lo medios que el
Señor no dio en el Evangelio, el que ocupa el primer lugar es la oración".