Encarna
Ximénez vive los días previos a su Pregón con insomnio. "Estoy muy
nerviosa y lo noto en el día a día. Me despierto a media noche y me levanto muy
temprano. Tengo muchas ganas ya pronunciarlo". Pocas personas conocen el
texto íntegro de su pieza oratoria, tan solo las imprescindibles. "Lo
conocen entero aquellos ante quienes que tuve que hacer la lectura obligatoria
que organiza la Federación y mi marido, que sabe parte. Él me ha ayudado en
algunos aspectos concretos como la puntuación. No es lo mismo hablar que
escribir y me ha echado un mano en eso". Y es que la Pregonera, de
profesión periodista, está casada con un compañero de profesión y cofrade,
Ramón Burgos. Toda una suerte.
Un Pregón muy cofrade
Nos
atrevimos, a pesar de este secretismo que suele envolver al Pregón de la Semana
Santa, a preguntarle cómo es. "Muy mío, muy emotivo y muy cofrade. En la
última medición que he hecho del tiempo que va a durar he tardado una hora y
media. Pero que nadie se asuste".
El recuerdo de sus padres
La Pregonera
echará de menos el día de su intervención a dos personas muy concretas.
"Me acordaré de mi padre y de mi madre, ya fallecidos. Especialmente el
primero, porque era muy cofrade. El resto de mi familia estarán prácticamente
todos".
Nos confiesa
Ximénez que estas jornadas previas al Pregón están coincidiendo con una etapa
de máximo trabajo. "No estoy pudiendo participar en tantos actos como me
gustaría, pero he tenido momentos muy emotivos con la Lanzada y mi Cofradía del
Rosario, que me han mostrado mucho cariño. Además este sábado voy a pasar un buen
rato con mis hermanos de los Escolapios, pero estoy trabajando entre 14 y 15
horas diarias y tengo poco tiempo".
No dormirá en su domicilio
"Intento
imaginarme el día del Pregón - continúa Encarna -y deseo que el vértigo de la emoción
no se imponga. Me levantaré muy temprano. Soy una mujer y tardo más en
arreglarme que un hombre. Pero la noche no la pasaré en mi casa. Me iré a un
hotel con mi marido y mi hermana. Asistiré a la misa en las Comendadoras de
Santiago, a la que invitan a los pregoneros. Este lugar tiene para mí un
significado especial ya que allí celebré el funeral de mi madre. Luego quiero
llegar al Teatro y no saludar a nadie, quedarme detrás del escenario y esperar.
No es por nada especial, es que cualquier comentario me puede emocionar".
Por último,
Encarna Ximénez nos desveló algunos detalles de la escenografía de su Pregón.
"Habrá dos rosarios. Uno es de Tierra Santa, a donde peregriné este
verano. El otro es el que bendijo Juan Pablo II para la Virgen del Mayor Dolor
con motivo de la Peregrinación a Roma del año 2.000".
En menos de
una semana, la Pregonera habrá pronunciado su pieza oratoria. Desde CRUZ DE
GUÍA le deseamos una feliz intervención.