domingo, 8 de diciembre de 2013

REFLEXIONES EN TORNO AL DÍA DE LA INMACULADA

Hoy, 8 de diciembre celebran los cristianos la Inmaculada Concepción. Dogma de fe de la Iglesia Católica, proclamado por Pio IX en el año 1854, según el cual, la Virgen María nació libre del pecado original.
 
 
Su defensa, mucho más antigua, tuvo especial significado en España y singularmente en la ciudad de la Alhambra. Gracias a la difusión dada por el arzobispo de Granada, Pedro de Castro, van a ser muchos los monumentos, iglesias y conventos dedicados a la Concepción Inmaculada de María.
 
Hoy, el día de la Inmaculada, con sus vísperas constitucionales, se convierte en el puente de la Inmaculada. Un puente en el que la oferta turística de la ciudad recientemente promovida por la serie "Isabel", se ve ampliada por una serie de besamanos cofrades. En ocasiones, por no decir la mayoría de las veces, estas manifestaciones son mal entendidas convirtiéndose en meros escaparates de enseres, telas y bordados en los que las cofradías compiten por crear el mejor de los altares, y los inquietos cofrades recorren la ciudad cámara en mano, con el único objetivo de saciar sus ansias semanasanteras. Estos magníficos altares son demasiadas veces precedidos de corrillos de cofrades que distraen, impidiendo al devoto orar, hablar con la imagen que con tanta magnitud se halla engalanada.
 
 ¿Qué sentido tiene todo esto en pleno siglo XXI?
El cofrade es el principal exponente de la religión en la calle y debe ser conocedor de que su mensaje sobrepasa los muros llegando al viandante urbano, al turista y al curioso. Es por ello que nuestra preocupación debe superar lo estético para llegar a lo profundo, a lo espiritual. Si eso se consigue realmente, todo ese despliegue habrá merecido la pena, de lo contrario será totalmente inútil.