Atribuida a Gaspar Becerra (Baeza,
Jaén). Siglo XVI.
Historia
y Devoción:
La devoción a las Angustias de María fue
portada a Granada por la reina Isabel la Católica y reflejada mediante dos
tablas. La primera de ellas, flamenca, acompañó a las tropas cristianas y fue
depositada en la primera mezquita granadina convertida al culto cristiano, la
actual iglesia de San Juan de los Reyes. La segunda, realizada por el pintor de
la reina, Francisco Chacón, se veneraba en la ermita de las santas Susana y
Úrsula, junto al río Genil, lugar en el que nació la hermandad.
La historia de esta imagen está marcada
por la incógnita. Probablemente se trate de la tercera titular mariana de la
cofradía fundada en el año 1545. Existe una leyenda barroca que indica que la
portaron misteriosamente dos ángeles desde Toledo.
Iconología
e Iconografía:
La patrona de Granada representa el
momento en el que tras ser desclavado de la cruz, el cuerpo inerte de Jesús fue
depositado en el regazo de María. Este pasaje no aparece en los textos
ortodoxos pero es muy popular en escritos devocionales del medievo, como es el
caso de “Las Revelaciones” de Santa Brígida de Suecia.
De tradición medieval, la iconografía de
la Virgen de las Angustias responde a la “Piedad” o “Quinta Angustia”. Se trata
de una representación muy extendida en los Países Bajos principalmente por la
pintura flamenca, aquí tradicionalmente a María le acompaña la Magdalena, José
de Arimatea y Nicodemo.
La Virgen es una imagen de vestir, de las
conocidas tradicionalmente como de candelero, a la cual se le adaptó una mesa
para plasmar el tema ya citado de la “Piedad” y así poder representar de un
modo más efectista la devoción que había nacido por medio de una tabla. Tuvo en
su origen las manos unidas, pero desde el siglo XVIII ostenta unas abiertas,
obra de Pedro Duque Cornejo. Con las nuevas manos, la Virgen pasó de una
actitud ensimismada a una oferente, mediante la cual presenta a Jesús a los
devotos. Ha tenido varias imágenes cristíferas, la actual se atribuye al propio
Duque Cornejo.
La iconografía más tradicional de la
imagen es con un manto estrellado, las estrellas representan el orbe celeste y
el manto la acerca al pueblo; una corona, propia de su realeza; una media luna
a sus plantas, se trata del principal atributo concepcionista; y unos ángeles
plañideros a sus pies que portan atributos de la pasión, representan el dolor
humano de la Madre de Dios.