Aun a pesar de la meteorología de ayer domingo, la Copatrona de nuestra ciudad pudo realizar su procesión de Gloria anual por las calles del Realejo y centro de Granada. Para ello a las 6 de la tarde se abrían las puertas de Santo Domingo para que la Cruz Parroquial se pusiera en la plaza de Santo Domingo, la Banda de Cornetas y Tambores de las Tres Caídas precedía el cortejo con su toque incensante de marchas durante todo el recorrido.
Las representaciones no faltaron en la procesión de la Patrona del Realejo: Virgen de los Dolores de Caniles, Asociación de María Auxiliadora del Zaidín, Archicofradía de María Auxiliadora de la Alhambra, Virgen de la Cabeza, Trabajo y Luz, Lanzada, Triunfo, Huerto, Nazareno, Señor de la Humildad, Santa Cena, Favores y la penitencial del Rosario; además de la representación de la Hermandad Patronal de Nuestra Señora de las Angustias. En cuanto a representaciones oficiales por parte del ayuntamiento de Granada las Ediles Rocío Díaz y María Frances, la presidenta de la asociación de vecinos del Realejo Piedad Cardenete, por parte también del cuerpo de la marina ya que la Virgen del Rosario es la Patrona.
Alberto Ortega y su equipo eran los encargados de dirigir el paso, que como novedad traía el estreno de cuatro guardabrisa, todavía en proceso de ejecución, inspirados en las estípites del retablo de la Virgen, obra de Cecilio Reyes.
Otra novedad fue el estreno de la marcha "Plegaria a la Capitana del Realejo, a la Virgen del Rosario Coronada, Copatrona de Granada" a cargo de la banda "La Victoria" de Fuente Vaqueros. Se trata de una composición de Manuel Narváez, director de esta formación musical, y de Aniceto Giner, cuyas partituras fueron entregadas a la Hermandad del Rosario minutos antes de la salida procesional.
Cerca de las 10 de la noche la Virgen llegaba a su templo tras vivir momentos de gran belleza en las calles de Granada, petaladas en calle Carniceria, Ángel Ganivet o Rosario, fuegos artificiales y unas sevillanas dedicadas en su llegada y como no el cariño de Granada en unas calles repletas de gente.
