El Lunes Santo se afianza como uno de los días más hermosos de la Semana Santa en Granada. Jornada de contrastes y variadas personalidades, como una vez más quedó acreditado. Estuvo marcado además por temperaturas poco usuales para esta época de año, con valores que superaban con generosidad los 25 grados a primeras horas de la tarde cuando salía el Trabajo. La Cofradía del Zaidín presentaba un cortejo muy nutrido de penitentes y mantillas. La Virgen de la Luz volvió a su templo sin la ráfaga de la Corona que hubo de ser retirada, después de su paso por Catedral. Como en el caso de la Victoria, llamó la atención la representación de militares veteranos, en este caso paracaidistas.
El Rescate salió con su túnica de cola bordada en rocaya dorada sobre terciopelo morado. No faltó a su cita la representación del Cuerpo de Bomberos. A la vez comenzaba su procesión Los Dolores, que volvió a dar un ejemplo de andar costalero. Ambos cortejos fueron muy numerosos.
La Cofradía del Huerto fue una de las protagonistas de la jornada, por la singularidad del estreno de su palio y la presentación con corona de novicia de la Amargura. Las flores, rosas de pitiminí, vinieron desde Holanda. A la salida del misterio, el olivo tropezó con una farola y rompió algunos de sus cristales. Por fortuna, nadie resultó lesionado. El retorno a su templo fue un flamear permanente de saetas, a su paso por la calle Santiago. Entre los cantaores estuvo Iván Centenillo. La petalá en la Corrala, no se suspendió a pesar del fallecimiento durante la jornada de Carlos Orte, su Director, con la intención de que toda sucediera como él había programado.
El Cristo de San Agustín fue la última Cofradía en salir a la calle. La corporación del Santo Ángel volvió a mostrar la severidad enlutada de su ordenado cortejo. La artística talla de Jacobo Florentino, volvió a conmover a quienes presenciaron su procesión.