Estrenamos sección en
Cruz de Guía y el fin no es otro que acercar a figuras cofrades y
personalidades de la ciudad a todos los cofrades de a pie, a la vez que conocer
más sobre su ámbito personal y su vida de hermandad o en el ámbito de la
Iglesia Católica.
Para comenzar, hoy
tenemos nuestro primer encuentro con uno de los tan trabajados capataces de
nuestra actual Semana Santa: Alberto Ortega, natural de Las Gabias, reconocido
capataz y fervoroso cofrade de nuestra ciudad, pero muy especialmente del
barrio del Realejo.
-¿Cómo son
los inicios de un cofrade como tú, Alberto?
Pues desde
niño. Aunque mi familia no era en un principio muy cofrade, a mi padre le
gustaba mucho la Semana Santa, y a mi tío José Manuel mucho más. Así que con 4
ó 5 años salí de monaguillo en las Penas. Después mi padre nos apuntó en la
Estrella recién fundada donde salí varios años de nazareno. Hasta que con 14
años me entró el veneno del costal y salí de costalero con la cuadrilla de los
Favores bajo el Santísimo Corpus Christi en la Octava.
-De pequeño
uno sueña con ser la voz que guía a los hermanos costaleros, ¿tú soñabas con
llegar a serlo en nuestra Semana Santa?
No, yo nunca
soñé con ser capataz, siempre soñé con ser costalero, y ha sido la ilusión más
grande que siempre he tenido. Después vino ser capataz y desde luego es un
honor muy grande del que siempre le daré gracias a Dios. Pero nunca ha sido mi
sueño.
-Tu faceta a
los mandos del martillo cofrade es más que conocida, y justa y merecidamente
reconocida, pero tuvo que haber algo más antes de gritar ‘a esta es’ o
enfundarse un costal.
Como te he
dicho antes mi infancia transcurre entre el traje de monaguillo de las Penas y
el de nazareno de la Estrella. Cuando entro en la Cuadrilla de los Favores, al
comienzo de mi adolescencia, también me empiezo a acercar, junto con mis amigos,
a la Hermandad. Empezamos a ayudar en los montajes de altares, (por aquellos
entonces en el Convento de Santa Catalina) y de los pasos limpiando y llevando
enseres de un lado para otro. Aquellos niños de 14, 15 y 16 años teníamos la
inquietud de aprender y el deseo de ayudar y sabíamos que fuera de la
parihuela, durante todo el año, había una vida apasionante en torno a la
Hermandad que nos permitía sentirnos útiles y al mismo tiempo disfrutar. Eran
años muy distintos a los actuales. De esta manera en el año 1991 me nombran
prioste de la Hermandad de los Favores, y ese grupo de niños que vivíamos gran
parte del año en torno a la Hermandad, pasamos, de tener un papel secundario, a
ser parte del órgano ejecutivo de la Hermandad. Esto nos supuso, desde muy
jóvenes, tomar conciencia de lo que es una Hermandad y el trabajo que cuesta
mantenerla y gestionarla, pues durante años fuimos miembros comprometidos de la
Junta de Gobierno. Alguno, incluso, ha vuelto a repetir con distintos Hermanos
Mayores. Esta experiencia cofrade pienso que nos ha marcado mucho a aquella
generación de amigos que seguimos juntos después de tantos años, y esa huella
en nosotros se nota sobre todo a la hora de saber respetar y entender a todas las Hermandades en las que tenemos el
inmenso honor de llevar sus pasos.
-Una
pregunta que los cofrades de a pie se pueden hacer. Eres hermano de los
Favores, pero, ¿en cuántas hermandades más apareces en la nómina de hermanos?
Por orden de
antigüedad soy Hermano de los Favores, de la Hermandad de la Virgen de las
Nieves de Gabia, de la de Jesús Despojado, de la Cofradía de la Entrada en
Jerusalén, de la Cofradía de la Humildad, de la de Jesús Nazareno, de la
Archicofradía del Rosario y de la de la Resurrección.
-Es por
todos conocido el buen hacer como capataz que tienes en las diferentes
hermandades y cofradías en las que te has puesto frente a los pasos. Creo que
no hace falta ponerte en el compromiso de qué paso o momento te llena más, pues
como hermanos del Señor de la Humildad, ambos sabemos que el Martes Santo es
especial. Bromas a parte, por el tiempo en el que nos conocemos y convivimos
como hermanos de la cofradía, puedo pensar que el Viernes Santo con la Madre de
la Soledad camino del Campo es uno de los momentos que más te llenan. ¿Es así?
Yo soy un
capataz con mucha suerte. Abrir y cerrar la Semana Santa de mi ciudad, sacar
una Cofradía del Templo cofrade por excelencia de esta ciudad, subir la cuesta
de San Cecilio con el Cristo de los Favores y la Virgen de la Misericordia, es
demasiado honor para cualquiera. Pero tengo claro que, aunque todas las
Hermandades tienen su “momento especial”, hay unos momentos muy singulares que
identifican a toda la semana santa de una ciudad. En el caso de Granada, que
duda cabe, que el Viernes Santo a las 3 de la tarde en el Campo del Príncipe
ante el Cristo de los Favores se produce ese momento singularísimo que es la
manifestación de fe más importante de nuestra Semana Santa y una de las más
importantes de Andalucía. Estar presente en ese acto como parte activa, por lo
que supone de llevar a la Soledad y por lo añadido de que sea el Campo del
Príncipe y ante el Señor de los Favores, es para mí un momento que guardaré
siempre como un tesoro en mi memoria cofrade.
-¿Cuánto
tiempo llevas en tu hermandad de los Favores? Casi no habría ni que preguntar
cuánto llevas al lado de la Madre y Patrona, la Virgen de las Nieves.
En la
Hermandad de los Favores cumplo pronto los 30 años de Hermano. En la de las
Nieves algunos menos porque la Hermandad estuvo años perdida y se reorganizó en
1990. Aún así, mi familia es devota de la Virgen de las Nieves desde mis
ancestros más recónditos, y la procesión de la Virgen de las Nieves es la única
procesión que yo no me he perdido nunca en todos los años de vida que tengo.
-Hermandades
de penitencia, de gloria, patronales… ¿con qué te quedas de cada una de ellas?
Yo me quedo
con todas ellas y con todo lo que las rodea. Para mi las Hermandades son
instrumentos en los que vivir mi fe católica. Tengan el carácter que tengan, son
una forma de vivir dentro de la iglesia en esta tierra singular de Andalucía.
Desde fuera se ve con mucho recelo esta manera nuestra de vivir la religión,
pero esa incredulidad se da en quien no conoce este mundo. Entre los cofrades
hay mucha gente, muy buena, muy formada y con una gran capacidad, no somos
cristianos de segunda, ni tenemos la fe del “carbonero”. Pero tenemos la
asignatura pendiente de ser un poco más creíbles, tenemos que esforzarnos en
desterrar esa imagen frívola que algunos quieren hacer valer de los cofrades.
- ¿Cómo vives
el día de una salida procesional desde que te levantas? ¿Cuál
es el momento que vives con más emoción? ¿Y cuál es más íntimo y personal?
es el momento que vives con más emoción? ¿Y cuál es más íntimo y personal?
Cada día es
distinto y cada día los vivo intensamente. El Domingo de Ramos me levanto
temprano y tenemos la costumbre desde hace muchos años un grupo de la Cuadrilla
de la Cofradía de la Borriquilla de juntarnos para desayunar. Ahí nos vamos
caldeando nosotros mismos, si es que hace falta caldearnos, porque al ser el
primer día estamos que partimos cocos. Al salir pronto a las 12.30 vamos a casa
a prepararnos. El Martes Santo me gusta por la mañana visitar Santo Domingo y
ver los pasos del Señor de la Humildad y la Soledad. Ese momento con todo listo
y preparado para salir, en la grandiosidad de ese templo es de los momentos más
íntimos y de mayor espiritualidad para mí. El viernes Santo es harina de otro
costal. Es el día grande de mi casa y de toda mi familia. Y el Domingo de
Resurrección lo empezamos desde las 7 de la mañana con la alegría de la
Resurrección del Señor en los Vergeles, pero al mismo tiempo con esa melancolía
de ver que se acaba.
-¿Y la
familia, cómo vive tu Semana Santa?
En mi
familia se vive la Semana Santa intensamente. Mi mujer y mi hija me apoyan desde
el primer momento. Pero si hay un día que mi familia vive en plenitud es cuando
llega el Viernes Santo. En mi casa junto con la Nochebuena son los dos días más
grandes. De mi casa han llegado a salir el Viernes Santo vestidos para San
Cecilio 15 personas. Creo que este dato da muestras claras de cómo se vive en
mi familia la Semana Santa.
- ¿Cómo se
presenta el recién comenzado curso cofrade para un cofrade tan implicado como
tú?
Como
todos, cargados de trabajo e ilusión por parejo. Ahora acabamos de celebrar
solemnemente los cultos de la Virgen del Rosario. Y como siempre viviendo las
hermandades en su día a día en la medida que nuestras obligaciones nos permiten.
Disfrutando de acontecimientos extraordinarios como el Año Jubilar de la
Misericordia que viviremos en San Cecilio. Y aunque de menor importancia, pero
muy significativo para mi, celebrando estos meses antes de que se vaya el 2015,
el 30 Aniversario de la primera vez que el Señor de la Humildad fue llevado por
costaleros.
- ¿Y para tu
hermandad?
Mis
hermandades diría yo. La Entrada en Jerusalén entrando en el año de la víspera
de ese 2017 en el que se conmemorará el centenario de la primera salida del misterio
de la Triunfal Entrada. La Hermandad de los Favores con un año apasionante y
cargado de acontecimientos gracias a la concesión del Jubileo a la Iglesia de
San Cecilio. Y la de la Resurrección estrenando ese carácter Sacramental que
tanto han luchado por conseguir.
- Como
cofrade, ¿cómo ves el estado de salud de la Semana Santa de hoy en
día?
día?
Yo
soy muy optimista por naturaleza y la veo muy bien, en clara y continua
evolución. Todavía quedan muchas cosas que mejorar, pero vamos dando pasos,
poco a poco en algunos aspectos y pasos de gigante en otros, hacia ese nivel
que una ciudad como Granada exige en sus Hermandades y Cofradías.
- Aunque aún
quede lejos, ¿qué deseas para la Semana Santa de 2016?
Que
se vaya sumando gente comprometida en trabajar por nuestras Hermandades y que
todos busquemos más el interés general que el particular.
Y para
conocerte un poco más de cerca:
- Un recuerdo de su infancia como cofrade: Llegar a la Plaza Larga con la Cofradía de la Estrella. Yo tenía 9 años la primera vez y fue una odisea para mí, hice el recorrido completo.
- Una imagen
de Cristo de nuestra Semana Santa: El Santísimo
Cristo de los Favores.
- Una imagen
mariana de nuestra Semana Santa: Soy muy
mariano. Todas.
- Una
marcha: Soleá dame la mano.
- Un momento
especial de la Semana Santa (que no sea una de las hermandades donde
procesionas): La salida del
Cristo de la Misericordia.
- Tu rincón
para ver cofradías: El Realejo al
completo
- Tu momento
más feliz como cofrade: Las dos
coronaciones que he tenido la suerte de vivir activamente, la de la
Misericordia y la de las Nieves.
- Y el que
te hubiera gustado no vivir: Ninguno.
- ¿Con que
adjetivos definirías nuestra Semana Santa? Única.
- Cuéntanos
alguna anécdota cofrade que hayas vivido:
Pues entre
tantas me viene a la memoria el primer año que fuimos a sacar al Señor de la
Obediencia a Guadix. Todo transcurría con una solemnidad y una seriedad que
impresionaba hasta que un señor “cantó” una saeta que nos tuvimos que meter
debajo para que no nos vieran reírnos.
Muchas
gracias Alberto, de parte de todo el equipo.