El
espacio sin edificar que hoy constituye el Campo del Príncipe siempre fue así,
una zona descubierta, en la ladera de la colina de los Mártires. En época
musulmana parece que pudiera ser un musallah, que es una explanada al aire
libre con una qibla junto a un cementerio dedicada a multitudinarios cultos y
festejos, carreras de caballos y exhibiciones ecuestres. Alrededor había fincas
de recreo y jardines y huertas importantes de la realeza. En esa época aquí
hubo algunos elementos urbanos importantes:
escalinata
de la loma, descrita por muchos poetas, la fuente pública que lo adornaba y
daba agua al vecindario y la alameda que se plantó y que tenía un acueducto que
la regaba además de dar agua a los cármenes adjuntos
En
época cristiana no se habla mucho de esta plaza y el único que la nombra y
describe algo más es Henríquez de Jorquera, comentando que era la plaza más
amplia que existía en Granada. Presidida por San Cecilio hacía de centro
comercial teniendo en las cercanías un peso de la harina y un peso del pescado.
Pero en 1497 es cuando comienza la remodelación con intención de
castellanizarla. Querían que se pudieran hacer actuaciones institucionales en
este espacio de forma además que fuera el centro neurálgico del barrio para
extender las normas cristianas. El Cabildo mandó que se allanara la extensión
para las bodas del infante Juan (hijo de los Reyes Católicos) con Margarita de
Austria, pero murió 6 meses después. De aquí viene el nombre realmente pese a
que los rumores del barrio siempre dicen que es porque este príncipe murió aquí
cayéndose de un caballo.
En
1513 continuaron las obras para convertirla en un ámbito cuadrado para celebrar
fiestas entre ellas corridas de toros, justas torneos, juegos de cañas o de
sacos. Se convirtió en un lugar adecuado para acoger además, junto a Plaza
Nueva y Bibrrambla, las procesiones, pregones o autos de fe. Era lugar de
reunión de vecinos que durante la tarde jugaban a la pelota. Las obras acabaron
cuando en 1518 se dispuso un tablado para los jueces con motivo de la boda de
la duquesa de Sesa, hija del Gran Capitán. Fueron construyendo alrededor casas
notables de distintas tipologías. La oficina de Arte de la seda era reseñable
parece ser, al igual por ejemplo las casas que ocupó el Convento del Ángel
Custodio que se fue de aquí a la Cuesta del Chapiz en 1628, el convento de los
Mártires hoy desaparecido, y muchas casas en la Antequeruela que se asomaban al
Campo del Príncipe, además de casas solariegas del siglo XVII como la del
Almirante de Aragón, la del Marqués de Mondéjar y la de los Siete Moros. Esta
última era una vivienda construida en el siglo XVII en la calle Molinos y con
fachada al Campo del Príncipe, reformada en el siglo XIX, subdividiéndose en
varias viviendas en el siglo XX. Originalmente era una casa con patio al que
daban unas galerías, con planta baja y dos pisos. Finalmente tras muchas obras
para sacar muchas viviendas pequeñas, se derribó en los años 70 aunque la
Comisión de Monumentos intentara impedirlo. Su fachada tenía una portada con un
escudo partido. En un lado tenía un oso y un madroño y en el segundo lado, las
cabezas de siete moros. A su vez el escudo estaba rodeado con 10 corazones.
El
Palacio del Almirante de Aragón, hoy actual Escuela de Arquitectura de la
Universidad de Granada, era la casa solariega de Francisco de Mendoza, heredero
de los condes de Tendilla y marqueses de Méndejar. El palacio se levantó en el
siglo XVI y poco después pasó a ser propiedad de los condes de Luque y
Villamena. En el siglo XVIII se utilizó como Junta de Comercio, y poco después,
desde 1777 fue Hospital de la Encarnación o también llamado de Santa Ana. Un
siglo después fue escuela parroquial de San Cecilio, Escuela Normal de maestros
y desde 1866 Hospital Militar que lo fue hasta
los años 80 del siglo XX. Desde 1994 fue cedido por el Estado a la Universidad
de Granada.
Volviendo
al espacio urbano que conforma el Campo del Príncipe, éste ha sido pieza
central de muchos sucesos a lo largo de los siglos. Durante el siglo XVII lo
fue de violentos enfrentamientos de los trabajadores
debido a la crisis económica que arreciaba en el país. Las protestas fueron
creciendo tanto que se extendió a toda la ciudad y la región, teniendo que
mandar tropas de refuerzo a sofocar los levantamientos. En el siglo XIX se
hicieron jardines al igual que en el XX. El aspecto actual se debe al arreglo
realizado en los años 70.
En
el centro está situada desde 1682 la cruz del Cristo de los Favores, realizada
alrededor de 1640 en mármol pardo y blanco pero previamente colocada en la
plaza del Realejo Alto. Se convirtió en el monumento más importante por la
devoción popular del barrio.