Tan
sólo una semana para el día en el que se da el pistoletazo de salida, la cuenta
atrás para la semana más mágica para los cofrades, la semana más importante
para todos los creyentes. Muchos son los preparativos dispuestos en las
hermandades, y se multiplican las tareas, las cuales deben organizar los
máximos responsables de las corporaciones. Hoy contamos con uno de ellos:
conocemos #DeCerca a Javier Sierra, Hermano Mayor de la hermandad de la
Lanzada.
-Javier, ¿cómo vive un cofrade ser la cabeza visible
de toda una corporación?
¡No supe lo que era el insomnio hasta que me hice
Hermano Mayor!
Se vive con responsabilidad, seriedad, ilusión y mucho
Amor, es una Hermandad, repleta de un patrimonio humano que empuja con fuerza y
cuando piensas que no puedes más viene, alguno de los ángeles de nuestra
hermandad, y nos salva, es imposible dejar de luchar por algo tan bonito como
es “La Lanzada”.
-Mucho antes, años antes, Javier Sierra sería un niño
que soñaba y participaba con cofradías sin saber que sería Hermano Mayor. ¿Cómo
fueron los comienzos y la infancia de Javier Sierra en lo personal?
Es algo que reclamaba desde que empecé a decir mis
primeras palabras, incluso cree un vocablo para pedir que me llevarán a ver
procesiones “chindas”.
Hasta el Martes Santo en la madrugada la vivía en el Zaidín.
Estaba siempre muy nervioso el día de nuestra salida, ilusionado, disfrutaba mi
túnica nazarena admirándola preparada, planchada, colgada de la percha, el
color morado inundaba mi casa.
Era muy serio el día de la salida para mí, desde la
primera estación de penitencia que realicé con la Hermandad de la Aurora con
seis años, sentía que tenía que completar el recorrido, casi lo consigo si no
llega a ser porque en la Chancillería me manché con un batido de chocolate, y
así finalizó mi primera estación de penitencia. A partir del Jueves Santo, me
trasladaba, a casa de mis abuelos, al Albaicín, aquello ya era el gozo de
cualquier infante, olor a arroz con leche, natillas, panecillos de leche, dulce
característico de mi familia, mis abuelos, hermanos y primos, daría lo que sea
por volver a vivir con toda mi familia al completo, eso días tan llenos de
cofradías y familia. Los primos éramos de distintas hermandades, y a veces
entrabamos en batallas campales, sobre todo yo que era el más guerrero.
-Y en lo que a hermandades se refiere, ¿cuándo y cómo
llegaste al mundo cofrade?
Fui de la mano de mi abuela Carmela, en busca de su
amigo el prioste de aquel momento, de la que era la Hermandad de nuestras
raíces, la Aurora, lo recuerdo perfectamente, es de los primeros recuerdos que
tengo. De un altillo Jesús Muros, actual presidente de la Real Federación de
Hermandades y Cofradías, sacaba mi primera túnica nazarena, ¡casi que ya no era
blanca!
Al año siguiente, mis padres que desayunaban en la
Cafetería Zaidín, y que asistían a una peña deportiva, en cuyo local se
celebraban algunas de las reuniones de una Hermandad que estaba naciendo. Me
hicieron hermano de mi locura, en la calle Concha Espina, recogí mi segunda túnica
nazarena, la de la Lanzada; es otro recuerdo muy impactante de mi infancia, ver
un local lleno de mujeres preparando las capas moradas, a todas había que
meterle, fue uno de los cortejos más amplios de la Semana Santa.
-Ser cofrade es algo especial, pero ser del Zaidín lo
hace aún más interesante, pues se trata de un barrio obrero, humilde y además
con algunas de las hermandades más joviales. ¿Cómo se viven las cofradías
vuestro barrio?
Nosotros los zaidineros, somos el barrio, conservamos
esa esencia, nuestros hermanos, en un porcentaje muy elevado, viven, compran,
rezan y hacen estación de penitencia desde el Zaidín. Es una locura, gente
llena de vida, disfruto paseando por él, y encontrarte con la gente de toda la
vida. Son hermandades llenas de naturalidad en las que puedes palpar de verdad
la situación social de nuestro entorno. Te sientes bien, disfrutando de la
gente, los comercios siguen sintiendo como propias, como suyas las hermandades
que pasan, con nosotros colaboran muchos comercios del mismo, ojalá que toda la
ciudad entendiera la Semana Santa así.
-Además de Hermano Mayor, con anterioridad has estado
en diversos ámbitos dentro de lo cofrade, incluso el periodístico con
colaboraciones en Radio Granada y en TG7. ¿Cómo recuerdas todos esos años de
transmisión de la información cofrade?
Fabulosos, deseando volver a coger un micrófono y
contar las cosas de las cofradías. Es un servicio el llevar lo que pasa en
nuestras calles, a aquellas personas que no pueden verlo o vivirlo, va más allá
de lo cofrade, y además se añade contar algo que te hierve en el alma. Nunca
olvidaré mi primera retransmisión, ¡creo que mis compañeros tampoco!
Es mi otra hermandad, tengo la fortuna de tener amigos
en todos los medios de comunicación, hemos sido muchos compañeros. Hemos reído
juntos, hemos llorado juntos y hemos compartido muchos momentos personales de
nuestra más estricta intimidad como si fuéramos una familia, siempre han estado
conmigo, he aprendido mucho de la comunicación. Los cuentacosas cofrades siempre
tendrán un sitio muy especial para mí.
Todo el mundo debe entender la necesidad de una
continuidad de información de todo lo que pasa no solo en Semana Santa, si no
todos los días del año. Las hermandades dan información y servicio todo el año,
y sus altavoces deben estar abiertos siempre, y más con la pasión y vehemencia
que lo hacen todos los medios de comunicación.
-¿Con qué te quedas, televisión o radio?
Sin duda, radio, siempre radio. Te da la posibilidad
de llevarte al oyente a pasear contigo la Semana Santa.
-Como hermano mayor, ¿cómo ves el estado de la actual
Federación de Cofradías y la relación entre diferentes hermandades?
Son unos grandes trabajadores, nos queda mucho camino
por andar, todos tenemos que hacer fuerza unidos, los hermanos mayores tenemos
que ir a los plenos a exponer, a orientar a la federación por donde sentimos
que queremos que vayan andando, para eso tenemos que ser claros y hablar en los
plenos. Tengo muy buena comunicación con ellos, y ellos me conocen bien, hay
confianza, y saben que soy de los que reclaman. Todos queremos lo mismo, la
mejor Semana Santa.
La relación entre hermandades está viviendo una época
dorada, son muy buenas, hay un buen entendimiento, y más allá. La colaboración
entre las mismas es sana, cada vez presumo más de día de la semana, que quizás
sean con las que más convivimos, estamos orgullosos del Martes Santo, que se
encuentra viviendo unos años muy especiales: el centenario del Vía Crucis,
Coronación de la Esperanza, y siempre nuestra Cañilla, Realejo puro. Y al día
debo sumar, el orgullo de ver como se mueven las 32, promovido especialmente
por Albaicín y Realejo, no tan solo por cosas propias, sino también como por el
problema de la Lanzada. Es una de las grandes cosas que me llevaré grabado, el
cariño de todas para nosotros.
-Y las hermandades del Zaidín, ¿tienen actividad y
proyectos en común?
Muchos, acabamos de renovar en conjunto el viejo
formato de pregón del Zaidín y eliminando los pregones menores, estamos promoviendo
una serie de actividades como almuerzos, y celebraciones de fiestas, para la
obra asistencial de las hermandades.
Nuestros grupos jóvenes actúan en unión desde hace
años, para la participación en todas las actividades, operación carretilla...
Este año se han unido todas las hermandades del Zaidín a través de sus grupos
jóvenes para colaborar en la cabalgata organizada originalmente por La Lanzada.
-Centrándonos ahora en u hermandad, ¿cómo se presenta
la Cuaresma para la hermandad de la Lanzada?
De bendita locura. A los actos de culto y formación,
habrá que añadir nuestros tradicionales eventos, más lúdicos, como la noche del
pescador, los concursos de dulces cuaresmales, proyecciones de películas, como
la Pasión de Mel Gibson; ensayos de costaleros, se inicia ya limpieza de
enseres, montaje de quinario, y el rezo de las siete palabras que se realizará
en la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores; se trata de una oración
audiovisual, con el coro Divino Maestro, de Granada. Y una de las cosas que más me gusta, ver la
hermandad los días de retirada de tarjeta de sitio. No queda ni un solo día
libre en la agenda.
-Sin duda, la noticia que va a rodear a vuestra
hermandad durante los próximos meses y años es la realización de la puerta de
salida en la Parroquia de los Dolores. ¿Cómo nació éste proyecto y, sobretodo,
cómo ha podido empezar a ser una realidad, por fin?
Ha sido siempre el anhelo de la Hermandad, no conozco
ni un solo hermano mayor y su junta de gobierno, que no hayan trabajado sobre
éste tema. La realidad se hace posible a raíz de la comunión de Hermandad con
Parroquia. Poco a poco fueron cayendo esas barreras y todos vimos que había un
camino que andar, la hermandad ha sabido caminar en esa dirección, y hemos
sabido transmitir que nos sentimos de allí, que somos un trozo de nuestra
comunidad, y es en nuestro templo dónde debe nacer y finalizar nuestra estación
de penitencia.
-Han sido muchos años saliendo desde una indigna
carpa: ¿cómo se sentían los hermanos durante todos estos años? ¿Transmitían
algún tipo de mensaje o ya daban por hecho que no podría llegar ningún
proyecto?
Son unos valientes, y cuando llovían apretaban los
dientes, cogían sus cepillos y sacaban agua, a veces se han frustrado, sentían
como que no había posibilidades, vivimos momentos de crisis muy dura en la
hermandad, nos estaba ahogando la situación, y se intentaron buscar nuevas
situaciones.
Nuestros Hermanos Mayores, y sus juntas siempre nos
han instado a seguir de frente a pesar de las adversidades, y así lo hemos
hecho. Seguíamos porque sentíamos que algún día lo alcanzaríamos. Cuando entré,
lo primero que hizo el Hermano Mayor saliente, Miguel Ángel Peláez, me dio un
abrazo, y me dijo: Javier lo tenéis que conseguir; y así lo peleamos unidos en
hermandad, pidiendo a nuestros hermanos que creyeran en nuestro sueño, y que
confiaran en los esfuerzos de la comisión que creé.
-Entiendo que eran muchos los hándicaps que conlleva
la salida procesional desde la carpa. ¿Cómo se organiza dicha salida para un
Martes Santo?
Es duro, los priostes y sus grupos siempre se han
dejado la piel, es frío, y a veces es ingrato, apenas disfrutas el resultado.
Pero el Martes Santo, es todo calor, en el interior del templo, todos los
hermanos salen a saludar al Señor de la Lanzada y a María Santísima de la
Caridad, y los dejan solos unos instantes para acudir a sus posición en la
estación de penitencia. Ya mismo estarán bajo techo, ese año será la mejor
estación de penitencia que hayamos tenido en toda nuestra historia.
-¿Cómo se van a sufragar los gastos de la obra?
La comisión diseñó un plan de actuación entre las que
una vez más nos toca a todos el esfuerzo de vaciar nuestros bolsillos con una
cuota extraordinaria, para la cual se ha creado una cuenta específica, con
domiciliaciones y muchas facilidades de pago pensando en las familias, y la
situación económica actual.
Como sabéis nuestras Hermandades también están
colaborando para poder afrontar estos gastos, con diversas actuaciones, se
están manteniendo conversaciones con instituciones de Granada.
Del entramado empresarial granadino, también nos
llegarán algunas colaboraciones, y diversos artesanos granadinos como Rafael
Reina o Jiménez Mariscal.
Así mismo tenemos a la venta el terreno, que adquirió
la hermandad, para la realización de una casa de hermandad. Estos son nuestros
pilares fundamentales.
A cualquier parte acudimos la comisión con nuestro
dossier de una PUERTA HACIA LA GLORIA (emocionado).
-Aunque es un gran proyecto el de la puerta de salida,
la hermandad de la Lanzada puede estar bien orgullosa de su mayor proyecto y
actividad cofrade, la que da honor al nombre de su titular mariana: Caridad.
¿Qué tipo de actividades caritativas les puedes describir a nuestros lectores y
cofrades de las que lse lleven a cabo en el seno de vuestra hermandad?
Nuestros frentes son muy claros, aparte de ser algo
que marcan las reglas de la Hermandad es una encomiendan de nuestro cabildo de
Hermanos: la caridad, la obra social, como fin fundamental. Nuestras principales
colaboraciones son por supuesto con el economato social, al cual sentimos que
nunca es suficiente el apoyo que se le presta, con Cáritas Parroquial que
tenemos unas excelentes relaciones, colaboramos en recogida de alimentos con el
Banco de Alimentos, y nuestra colaboración con órdenes religiosas dedicadas al
fin de la caridad: Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca y Orden Hospitalaria
de San Juan de Dios.
Los gestos son muy diversos desde recogidas o una
participación activa, tenemos una Vocal de Caridad, muy humanista, y
sensibilizada con los problemas de nuestro entorno.
-Caridad, gran obra proyectada en el templo… entiendo
que es grande la implicación de la hermandad en la vida parroquial.
Somos parroquia, en mi caso he vivido mi confirmación
en mi parroquia, he celebrado los Bautizos de mi familia allí, el último adiós
a nuestros seres queridos lo hemos realizado allí, algunos de nosotros hemos
sido catequistas. Nuestro consiliario acude a todos los eventos, tanto Daniel
como Jose Alberto están implicados en la vida de Hermandad, como guías
espirituales. Es muy satisfactorio el ambiente que vivimos en nuestra
comunidad.
-Formación y caridad son para mí dos aspectos
esenciales en nuestras hermandades. ¿Cómo crees que se lleva la caridad en las
cofradías granadinas?
Nunca es bastante, es algo que tenemos que examinarnos
todos, a veces nos autocomplacemos, debemos hacer una reflexión muy profunda
respecto a la caridad y a la formación. Esas fuentes hay que llenarlas
continuamente, no hacemos lo suficiente, pero es algo que debemos reflexionar
pero de verdad, sin miramientos y ver bien dónde van todos los esfuerzos.
- Dejando a un lado la experiencia y la
responsabilidad de hermana mayor, como cofrade de a pie, ¿cómo ves el estado de
salud de la Semana Santa de hoy en día? ¿Qué asignaturas tenemos
pendientes?
Es bueno, pero hay que profundizar, compromiso,
¿hacemos lo suficiente?. Yo creo que hay exámenes que tenemos que hacer de vez
en cuando, tenemos que ser comprometidos, serios, no meros espectadores, ser partícipes
de la vida de Hermandad, profundizar en lo espiritual, madurar en el culto,
formación y caridad, a veces nos perdemos por las ramas. Hay mucho camino por
hacer.
-Estamos a una semana del comienzo de la Cuaresma,
¿qué deseas para ésta y para la Semana Santa de 2017?
Deseo que se ponga el anticiclón de las Azores en lo
alto de España, desde el 6 de Abril hasta el 17 de abril, que todo el mundo
retire sus tarjetas de sitio, que nadie se quede sin realizar su estación de
penitencia, que toda la ciudad arrope la Semana Santa, que no haya ningún
incidente, y que las aceras rebosen de la cera derramada de las treinta y dos.
Y para conocerte un poco más de cerca:
- Un recuerdo de tu infancia como cofrade: ver a mi abuela asomada
en un balcón de Ganivet en los años que salíamos de la Catedral, fue la única
vez que iba de monaguillo, llevando una cesta de flores, que se la dejé a mi
compañero solo para ir a ver a mi familia, de las pocas veces que me he salido
del cortejo.
- Una imagen de Cristo de nuestra Semana Santa: El Señor del Silencio.
- Una imagen mariana de nuestra Semana Santa: María Santísima de la
Caridad, lo siento pero es mi locura.
- Tu marcha procesional favorita: Margot, ¿curioso verdad?
- Un momento especial de la Semana Santa (que no sea
una de las hermandades donde procesionas): Aparecer la cruz de guía de la Borriquilla, me
emociona mucho ver salir por una puerta la primera cruz de guía.
- Tu rincón para ver cofradías: No me puedo quedar
quieto en un sitio, tengo la costumbre de ir saltando para todos lados sin
parar, y viendo a mis amigos y compartiendo sus rincones.
- Tu momento más feliz como cofrade: El día que pude decirle
a mis hermanos que las puertas se abrían.
- Y el que te hubiera gustado no vivir: Una vez un cabildo que
hizo daño personal a un buen amigo, nadie merece algo así, y desencadenó en
gestora.
- ¿Con que adjetivos definirías nuestra Semana Santa? Agradable, paseable, la de los amigos, la mejor, no
hay mejor sitio en el mundo para ver el Evangelio en las calles.
- Cuéntanos alguna anécdota cofrade que hayas
vivido:
Son muchas, las vividas dentro de las hermandades, ya
saben mis amigos en los berenjenales que me meto siempre, recientemente, un
poco más y termino con el cirio encendido en el calabozo. Pero hay una que
siempre cuento que es la de mi primera retransmisión: sabía muy poco todavía
del directo, me dejé el auricular puesto y se hizo que sufriera el retardo, mis
palabras cada vez se iba enlenteciendo más y más, así que parecía que estaba
retransmitiendo la salida de las Maravillas, en un estado ebriedad muy solemne,
y aquello salió de “maraaaaaaaaviiiiiiiillaaaaaa” (ríe). Siempre recordaré a
Jorge Martínez, bajando por uno de los puentes de la Carrera del Darro haciéndome
gestos, le faltaba calle para alcanzarme. En mi vida lo he visto correr tanto
(bromea).
Muchas gracias Javi, por esta entrevista, por tu labor
en la hermandad que diriges y tu aportación a la Semana Santa.