Semana y media resta para
que se abra la Semana Santa de 2017, y con ella todos los sueños de tantos
cofrades en nuestra ciudad. La fe vivirá días grandes pero no sólo de momentos
se llenará el alma, pues sería difícil vivir el año con tan solo el recuerdo de
unos nueve mágicos días.
Una persona que conoce
bien la vida cofrade durante todo el año es el hombre que tenemos hoy en la
entrevista: un cofrade ejemplar, de toda la vida, de los que son bautizados a
la par que se les hace hermanos de la cofradía, de los que viven su fe a la
vera de sus titulares. Hoy conocemos #DeCerca a Antonio Olivares Espigares,
Hermano Mayor de Santa María de la Alhambra.
-Siempre suelo preguntar
cómo son los orígenes cofrades de nuestros entrevistados, pero en tu caso, el
número de hermano y papeleta de sitio cuenta con los mismos años que tu carnet
de identidad. Está claro que eres cofrade desde el mismo vientre materno.
Pues sí, mi padre me
inscribió en la Cofradía de Santa María de la Alhambra a los 3 meses de nacer,
por lo que ya he cumplido las bodas de Oro con mi Hermandad. Y mi madre ya me
llevaba en su vientre a la Tribuna Oficial de la Plaza del Carmen allá por el
año 1964, y desde entonces, ininterrumpidamente, he seguido acudiendo, ahora, a
Ganivet, lógicamente. Y mi padre también me inscribió junto con él en la
Cofradía del Gran Poder de Sevilla en el año 1.976, por lo que también acumulo
una antigüedad de 40
años en esa Hermandad hispalense.
-Y
fuera de lo cofrade, ¿cómo fue la infancia y juventud de Antonio Olivares?
En
lo que a esta entrevista atañe, fue muy influida por la educación Marista, en
cuyo Colegio La Inmaculada del Carril del Picón, me eduqué durante 12 años.
Llevo el sello marista en mi vida, desde entonces, como lo llevan todos los que
han pasado por esta Institución. Ahora tengo la suerte de que mi hija curse sus
estudios de primaria en ese mismo Colegio. Después, estudié Derecho, en donde,
por cierto, conocí de cerca –como todos los alumnos de la época- la etapa anterior de la Cofradía
Universitaria, aunque no participaba en ella.
-De
profesión abogado, y por cierto muy reconocido en nuestra ciudad. Los hay
bastantes que, al igual que tú, viven su fe en las cofradías. Aunque a priori
no tenga nada que ver, siempre es posible llevar la fe en todos los ámbitos de
la vida, así también el mundo de las hermandades: ¿ha sucedido alguna vez que
en trámites legislativos has sacado el ámbito cofrade?
No.
Sin embargo creo firmemente que uno no es cristiano a tiempo parcial, los
domingos a la hora de misa, o en las celebraciones litúrgicas del año, sino que
se es cristiano a todas las horas, en la familia, en el trabajo, con los
amigos, en soledad, y hasta en el ocio,
y el deporte. Por eso, probablemente, en el ámbito profesional, no oculto en
absoluto mi educación religiosa, y, mucho menos, mis raíces cristianas, que, al
fin y al cabo, aunque algunos quieran negar la historia de siglos, son las de
mi país, aunque solo lo contempláramos desde el punto de vista cultural e histórico
(que no es mi caso).
-Fuera
de lo profesional, el deporte es una de tus pasiones, más concretamente el
fútbol, donde es curioso que en vez de calzarte las botas para ganar con tu
equipo, lo haces como árbitro. ¿Cómo te atrajo más el arbitraje que el meter
gol?
Me
atrajo y mucho, meter goles, encestar canastas, hacer puntos de break, etc...
mientras fui joven. He practicado muchos deportes (ninguno especialmente
brillante, desde luego, aunque siempre competitivo), seguramente influido por
esa educación marista a la que antes me refería en su ámbito multideportivo.
Pero cuando las piernas se resintieron me metí en el arbitraje, y encontré una
actividad deportiva que me tomo muy en serio, y que me encanta, y me libera de
mucho estrés. Me parece un mundo muy interesante y entretenido y disfruto
mucho, incluso bajo la presión que supone, aun también a nivel de aficionados. Es impresionante la
cantidad de Peñas deportivas que hay en Granada, y cuantas personas participando
en ellas con ilusión semanal, y de todas las edades.
-Volviendo
a lo estrictamente cofrade, en junio acabarás tu segundo y último mandato al
frente de la cofradía alhambreña. Ocho años encabezando una Junta de Gobierno
que no dejará indiferente a nadie en la historia de la hermandad e incluso de
nuestra semana mayor. ¿Qué sensaciones tienes al acabar este gran periodo?
Sensación
del deber cumplido, y de haber alcanzado el 80% de las metas propuestas, si no
más, y de que las cosas han salido tal y como las pensé hace 8 años, lo cual es
una suerte. Ha habido muy pocos imprevistos y contratiempos, y la línea que ha
tomado la Cofradía en estos años es exactamente la que me propuse al comenzar.
-En
estos ocho años han tenido lugar cambios que no todos los hermanos han apoyado,
pero que una vez vistos en la calle, con el voto mayoritario del cabildo de
hermanos, han dado un nuevo empuje a la hermandad de las Angustias de la
Alhambra. Desde el cambio a costal, eliminando los antiguos 'palos' externos, hasta
la llegada de la luz de cera que tan bien ha sentado a Santa María de la
Alhambra en el palacio de plata que lleva por paso. ¿Cómo se han vivido estos
cambios en el seno de la hermandad?
Con
mucha satisfacción. De estos dos cambios que citas, que han sido esenciales,
ninguno de los dos responden a algo meramente ornamental como pudiera pensarse.
La retirada paulatina de la luz eléctrica, responde a la línea que yo estimaba que debía tomar la
Cofradía, más seria, más recogida, más acorde con la Imagen que procesionamos,
incluso más adecuada a la costumbre y el significado cristiano de la ofrenda de
luz de cera. En cuanto al cambio al costal y retirada de largueros externos,
fue debido a la falta de costaleros suficientes para las trabajadoras exteriores,
y con ese cambio se triplicó la nómina de costaleros con lo que de importante
eso tiene para la vida general de la Hermandad. A estos dos cambios se une un
incremento exponencial de los jóvenes en la participación, dirección y control
de la Cofradía, apuesta mía personal, un Cortejo mejor dispuesto en la calle, y
un repertorio musical mucho más acorde con nuestro Paso (gracias a un
profesional de la música, como es nuestro Diputado Mayor de Gobierno, Salvador
Sánchez). La unión y el trabajo de los hermanos –principalmente los jóvenes-
para organización de eventos, como la Cruz de Mayo, o recientemente el ensayo
costalero solidario, entre otros, hacen que, en su conjunto, todos estos
cambios y novedades dejen una Cofradía mucho más viva, más activa, y con mucho
futuro.
-El
proyecto más grande en el que se ha embarcado la hermandad en tus años de
mandato es el de los faldones para el paso de Santa María de la Alhambra.
¿Cuándo podremos empezar a ver esa exquisita obra en la calle?
Curiosamente,
es el proyecto de más calado de mi mandato que, sin embargo, por cuestiones de
financiación, aunque está aprobado por un Cabildo que apostó por una reforma
integral y general del Paso, no podrán verse sus resultados en la calle hasta
dentro de unos años (espero que los menos posibles). Ello es debido no solo al
aspecto económico, sino a que, antes de acometer el bordado de los faldones,
había que restaurar el Paso de plata, tan valioso y tan delicado, realizar una
nueva parihuela, reformar los faroles para su adaptación a velas de cera, y
crear cuatro maniguetas nuevas con las cabezas de los leones para que el Paso
no perdiera su esencia. Todo eso se queda hecho, por lo que el siguiente paso a
dar es ya el bordado de los faldones según el magnífico proyecto que se aprobó
durante este mandato y que deberá afrontar el nuevo Hermano Mayor y su Junta de
Gobierno.
-Otro
cambio importante, todo un acierto por mi parte, ha sido ir adelantando la
salida procesional de Santa María de la Alhambra para que cumpla un poco más
con la liturgia y a las doce de la noche, cuando dan comienzo las celebraciones
de la Vigilia Pascual por la Gloriosa Resurrección de Cristo, la imagen de las
Angustias de Nuestra Madre esté ya bajo la nave central de su sede canónica.
Es
fundamental que sea así, mientras sigamos procesionando en Sábado Santo. Lo ha
de ser para respetar lo más posible la Liturgia. Y a mi, personalmente, me
gusta más la Hermandad en horario de día, en el que nuestra Sagrada Imagen
brilla por sí misma con todo su esplendor, como también nuestros valiosos
enseres, nuestros hábitos, los niños están mejor, todo... y el mismísimo Paso de Indalecio Ventura.
Además, el regreso en torno a las 12 de la noche ha hecho que en los últimos años se congregue
en el recinto alhambreño una ingente cantidad de personas para disfrutar de las
últimas chicotás de pasión de la Semana Santa, antes de que celebremos por todo
lo alto la Pascua de Resurrección en la Liturgia y con las restantes
Hermandades, en el domingo más importante del año.
-La
iluminación, la flor, los palos que hacían partícipe al pueblo de Granada en la
subida a Gomérez… pero no sólo cambios en lo material, también en el patrimonio
humano. Siempre se ha destacado a la hermandad del Sábado Santo como una
cofradía donde las personas mayores y con poder económico eran dueñas y señoras
de la corporación, pero tu mandato ha abierto los cargos de responsabilidad a
jóvenes cofrades muy implicados (entre los que orgullosa y agradecidamente me
encuentro). ¿Cómo te decidiste a apostar por los más jóvenes?
Porque
era lo natural y lógico. Si no apostamos por la juventud, no sembraremos
semilla para que la Cofradía perdure, y no evolucionaremos con los tiempos, ni
haremos formación y educación cristiana a los que llegan y han de ser nuestro
relevo –de lo que tu bien sabes, porque
has sido el responsable de esta parcela en los últimos años, incluso hasta en
la formación para el Sacramento de la Confirmación-, lo que hemos conseguido
con indudable éxito, sobre todo entre los más jóvenes, mucho más receptivos que
los mayores.
-Entiendo
que la juventud ha significado mucho para ti y para la hermandad en estos años,
el crecimiento de la actividad del grupo joven ha sido inmenso.
Al
comienzo de mi mandato, Salva Sánchez tenía un minúsculo grupo de tres personas
jóvenes con las que se empeñó por mi encargo y su entusiasmo en crear y
desarrollar un Grupo Joven acorde con la categoría de nuestra Hermandad. Hoy
algunos de aquellos jóvenes, incluyendo a Salva, están en puestos de
responsabilidad dentro de la Junta de Gobierno, y muchos otros se han ido
sumando al mismo, que ha crecido exponencialmente respecto a etapas anteriores.
Siendo “material humano sensible” del que hay que estar muy pendientes y no
decaer en los esfuerzos, no cabe duda que se ha hecho un gran trabajo entre
todos.
-Hermano
Mayor desde el año 2009, pero muchos más has pasado en la junta de gobierno,
como por ejemplo de secretario. Tras tanto tiempo al servicio de la cofradía en
la primera línea, ¿cómo te planteas tu vida de hermandad para el próximo curso
cofrade?
Es
una incógnita, pero desde luego, dando un paso al lado y dejando que otros
dirijan la Cofradía con su equipo de Gobierno, que contará, como no, con mi
apoyo personal, y con mi deseo de crecer más y de mejorar, porque siempre hay
margen para aumentar la devoción a nuestra Madre y de trabajar con nuevos
proyectos ilusionantes e integradores para los hermanos. Tras 16 años en la
Junta de Gobierno, hay que dejar paso a otros, aunque, como un hermano más,
siempre he de estar al servicio de lo que se nos pida, y en la medida que yo
pueda.
-Al
igual que el amor por tu hermandad, lo de estar implicado desde joven en la
junta de gobierno te viene de familia, pues otro Antonio Olivares (Cano), tu
padre, estuvo a la cabeza de la corporación alhambreña. ¿Cómo vivías esos años
en los que tu padre dirigía la vida de la cofradía?
Son
recuerdos imborrables en lo personal y una etapa esplendorosa en lo cofrade,
aunque muy distinta a la actual. Afortunadamente, hoy día todas las Cofradías
han crecido enormemente en todos los aspectos, lo cual no nos hace a nosotros
de menos, sino al contrario, pues precisamente porque no podíamos seguir
viviendo de las “rentas” de unos años gloriosos en casi todos los aspectos, es
por lo que la Cofradía tenía que reorientarse en los nuevos requerimientos que
desde la Iglesia se nos piden a las Hermandades en este nuevo milenio, y que
comportan un diseño de Corporaciones muy diferentes de lo que eran entonces, en
aquellas décadas de oro, ya pasadas. En todo caso, haber vivido en primera fila
aquellos años, me hacen ser conocedor profundo de la intrahistoria de esta
Cofradía y de sus hermanos, de su idiosincrasia y de su especial naturaleza, lo
cual, créeme, ha sido tremendamente útil para gestionarla... y para cambiarla.
-Dentro
de la vida de las cofradías has hecho mucho, no sólo para la que es tu
hermandad. Tu voz radiofónica, dedicada algunos años a otra de tus pasiones
como es el cine, te ha servido junto con tu prosa y tu amor por la literatura,
para pregonar a la Semana Santa de Granada en el año 2009. ¿Qué recuerdas de
aquel pregón? ¿Cómo lo viviste?
Fue
una experiencia personal tan profunda que es difícil de describir. Lo es porque
ya los meses escribiendo el Pregón me aportaron mucho a todos los niveles, y
diría que me ayudaron enormemente en mi vida espiritual. Contar la Pasión,
Muerte y Resurrección de Cristo es una tarea imponente, pero que satisface como
pocas cosas al más humilde e imperfecto de sus seguidores como puedo ser yo. Cuando,
por fin, pude pronunciar el Pregón en el Teatro Isabel la Católica, sentí una
gran plenitud como cofrade y como cristiano.
-Sin
lugar a dudas, la Semana Santa y la fe son algo esencial para ti, pero también
haces porque sea así para tu familia cada domingo acudiendo a la eucaristía.
¿Cómo viven tu hija y tu mujer tu pasión cofrade?
Ambas
son hermanas alhambreñas, y mi esposa ha hecho Estación de Penitencia en algunas
ocasiones, vistiendo el hábito nazareno y con mantilla española en otras. De ascendencia
sevillana, el mundo cofrade no es nuevo para ella, sino al contrario, y le gusta vivirlo en todos sus aspectos y
matices. Mi hija, bautizada en Santa María de la Alhambra, no ha mostrado por
ahora mucho interés por este mundo cofrade, pero sí por su grupo de catequesis
parroquial, coro incluido, y el de Pastoral de su Colegio, estando plenamente
integrada en ambos. Seguramente, cualquier día despertará en ella el
“gusanillo” cofrade. Probablemente, cuando vea a su padre, menos estresado con
sus obligaciones en la gestión de la Hermandad. Así son los niños... Pero en
mis retinas de padre queda aquella instantánea suya, portando hace un par de
años la llave de la Cofradía de la Borriquilla y nuestra, para “abrir” la
Semana Santa desde el templo redentorista.
-Ya
huele a incienso en las calles de Granada y la Cuaresma llega a su fin para dar
paso al gran Domingo de Ramos: ¿cómo vives la Semana Santa desde que sale la
hermandad de la Borriquilla hasta el Domingo de Resurrección?
Pues
con mucha imaginación e ingenio para poder compaginar sin desfallecer, algunas
salidas, el tiempo de Tribuna en Ganivet, alguna recogida, y, por la mañana,
visitas a los Templos, y, por supuesto, cumplir con la Liturgia de los días grandes,
con mi familia... y también con las pequeñas liturgias (con minúscula) que cada
día conlleva: una revirá aquí, un balcón allá, un vino en esta taberna, una
visita a tal establecimiento, comprar los dulces, planchar el hábito, etc..,
etc...
-Además
de la corporación del Sábado Santo, ¿alguna hermandad más cuenta contigo en la
nómina de hermanos?
Ya
he comentado antes que soy hermano de la Cofradía del Gran Poder de
Sevilla desde hace 40 años, y de vez en
cuando hago Estación de Penitencia acompañando al Señor en la madrugada del Viernes
Santo, lo que, sin duda, resulta ser una experiencia inolvidable. Es mi
devoción Cristífera, sin dudas. Me impone verlo, hablarle, rezarle, darle
gracias, pedirle... Como curiosidad, pero de lo que me siento muy orgulloso, y
más en este año especial de su centenario, durante algún tiempo de niñez fui
cofrade de la Cofradía del Santo Vía-Crucis, cuando Don Luis Recuerda (padre)
era su Hermano Mayor, e hice Estación de Penitencia vistiendo el hábito morado
desde la SICM. No pertenezco a ninguna otra Cofradía de Penitencia o Gloria.
-Como
cofrade de a pie, ¿cómo definirías el estado actual de las treinta y dos
hermandades y cofradías de nuestra semana mayor?
Muy
bueno en casi todos los aspectos. El día que las filas de nazarenos estén más
pobladas y nutridas, y que el granadino cofrade ”de a pie” se identifique con
la obligación de vestir el hábito nazareno cada Semana Santa en su Hermandad o
Hermandades, como hacen los costaleros o los músicos en sus distintos ámbitos,
entonces habremos alcanzado la esencia.
Y
para conocerte un poco más de cerca:
- Un recuerdo de tu infancia como cofrade:
La
Tribuna de Plaza del Carmen, las mañanas de Domingo de Ramos en la Alhambra,
las tertulias en la pequeña casa de hermandad de nuestra Cofradía, en la calle Jesús
y María, que conocíamos como “El cuartillo”...
-
Una imagen de Cristo de nuestra Semana Santa:
El
Santísimo Cristo de la Misericordia (Silencio), seguido muy de cercar por
Nuestro Padre Jesús del Rescate.
-
Una imagen mariana de nuestra Semana Santa:
Nuestra
Señora de las Angustias Coronada de Santa María de la Alhambra.
-
Una marcha cofrade:
La
Madrugá, de Abel Moreno.
-
Tu mejor recuerdo como cofrade:
Al
terminar la Estación de Penitencia cada Sábado Santo con Santa María de la
Alhambra, verla llegar a su Casa a los sones de La Madrugá en la revirá final
del Polinario. No se olvida nunca. Gasolina para todo el año.
-
Un momento especial de la Semana Santa (que no sea una de las hermandades donde
procesionas):
Hay
miles. Pero digamos que el Silencio en Plaza Nueva, la zona cero cofrade y
hasta cristiana en las primera horas de la madrugada del Viernes Santo.
-
Tu rincón para ver cofradías:
Mi
palco de Ganivet. Sin duda que no es el mejor sitio, pero llevo tanto tiempo...
En su defecto, cualquier calle de regreso de cualquier Cofradía, antes de
llegar a la bulla de su Templo, donde se respire un poco de intimidad y oración.
.
-
Tu momento más feliz como cofrade:
Probablemente,
pronunciando el Pregón Oficial de la Semana Santa del 2009. Era el compendio de
toda mi vida cofrade.
-
Y el que te hubiera gustado no vivir:
Detesto
profundamente el inframundo cofrade en el que viven aquellos que vienen a este
mundillo a figurar y a criticar.
-
¿Con que adjetivos definirías nuestra Semana Santa?
Con
los mejores epítetos posibles.
-
Cuéntanos alguna anécdota cofrade que hayas vivido:
¿Alguna?
Hay para escribir una docena de libros, de verdad... y habría que escribirlos.
Muchas
gracias Antonio, por esta entrevista y por todo tu trabajo e implicación en
nuestra Semana Santa y en la vida de la Iglesia.