Nota de la banda:
Este fin de semana la Banda Municipal presenta dos
programas que abordan temáticas muy diferentes. El primero de ellos, que se
celebra este viernes a partir de las 20.15 hs. en la Basílica de San Juan de
Dios, lo dedicará a una de las obras clásicas en la Semana Santa granadina, el
Miserere de Palacios, con la participación de Aurora Palomar (soprano), Anni
Raunio (mezzo) y Ángel Molina (tenor). Será dirigido por Carlos Atienza. En el
segundo, que tendrá lugar el sábado en la Plaza de las Pasiegas desde las 20 hs.
y que dirigirá Miguel Sánchez Ruzafa, el programa estará compuesto
fundamentalmente por piezas de origen americano como el Tico Tico de Abreu,
Bengin the beguine de Cole Porter o la Fiesta de la Trompetas de Anderson, y
contará con la intervención de solistas del Conservatorio de Granada.
El Miserere de
Palacios
Fue compuesto en
1832 por el entonces Maestro de Capilla de la Catedral de Granada, Vicente de
Palacios (1777-1836). La obra alcanzó pronto una gran popularidad y se
interpretó de forma continuada hasta principios del siglo XX. En los años
treinta de esta centuria la normativa sobre la interpretación de la música en
actos religiosos, así como la progresiva merma de la orquesta de la Catedral de
Granada, llevó a que no volviera a escucharse hasta 1939, pero ya al margen de
las actividades litúrgicas. Sin embargo la iniciativa no tuvo continuidad.
La recuperación del Gran Miserere de Palacios se debe a
Miguel Sánchez Ruzafa, quien en 2002 volvió a permitir que se volviera a oír durante un concierto extraordinario
en la Catedral de Granada. Con anterioridad revisó las partituras conservadas
en el archivo de la Seo granadina y reconstruyó la obra, respetando lo escrito
por su autor, aunque teniendo en cuanta que algunas limitaciones materiales de
la época, se podría superar con los medios de que se dispuso en aquella
ocasión. Desde entonces la obra se ha interpretado con asiduidad en Granada y
en otros puntos de la geografía española.
Se trata de una composición de gran complejidad que
precisa además de la orquesta, un coro y cinco solistas. La versión que en los
últimos años interpreta de forma habitual la Banda Municipal, es otra
adaptación de Sánchez Ruzafa, que busca, como en su primera actuación sobre la
partitura de Palacios, respetar en todo lo posible la partitura original.
Este Miserere de Palacios, además de ser habitual durante
prácticamente un siglo en el repertorio de muchos templos de Cuaresma y Semana
Santa, también era interpretado en versiones adaptadas para las capillas que
acompañaban las procesiones que se celebraban durante estos días.