Pasada la fiesta litúrgica de Cristo
Rey, encaramos los últimos días del año litúrgico antes de comenzar Adviento. Hoy
es de nuevo una de esas ocasiones en las que conocemos #DeCerca a un apasionado
cofrade de nuestra Semana Santa, aunque no siempre granadinos de naturaleza, su
adopción ha llegado con el transcurrir de los años, gracias a situaciones
familiares, laborales o directamente atraídos por el encanto natural de nuestra
tierra.
En esta ocasión entrevistamos a
Rafael Reina, pintor hispalense, afincado hace ya algunos años en el entresijo
de calles, suspiros y sueños del mágico barrio del Albaicín.
-Conocer de tu implicación y vida
dentro de la Semana Santa de Granada es esencial en este tipo de entrevistas,
pero saber sobre tu persona marca la línea esencial de nuestra sección
#DeCerca. ¿Cómo fueron orígenes y primeros años?
Nací en Marchena (Sevilla) en 1958, entre San Agustín y la parroquia de
S. Miguel, donde me bauticé, y donde radica la Hermandad de Ntro. Padre Jesús
Nazareno, al cual mi familia profesa gran devoción. Estuve en una “miga”,
denominación de las guarderías de entonces, que llevaban las monjas
mercedarias.
A los 5 años nos trasladamos a Sevilla capital, al barrio de San
Bernardo, por motivos laborales de mi padre que era ebanista, y quería avanzar
y mejorar en su oficio, después de tener mellizos mi hermana y yo. Estudié allí
EGB.
-Nacido en tierras hispalenses, el
mundo cofrade no tardaría en llegar a tu vida: ¿cómo recuerdas tus primeras
experiencias en el entorno de las hermandades y cofradías?
Bueno el barrio, la Hermandad, la parroquia (con D. José, párroco
inolvidable, por bueno, en todos los sentidos) lo vivíamos como un “todo”.
Recuerdo, cuando de regreso la Hermandad entraba en el barrio, los niños
jugábamos vestidos de nazarenos en la calle, con toda naturalidad, entre saetas
y marchas, alucinando por ser tan tarde, la “una de la noche”. Es uno de mis
primeros y agradables recuerdos.
Luego Semanas Santas en familia y ya con amigos pues éramos unos
capillitas irreductibles, no nos perdíamos nada, durante todo el año. Hasta
cuando estaba en la “mili” (en Bilbao), me enviaba mi amigo Juanjo todos los
recortes cofradieros del ABC, lo cual nunca podré agradecerle lo suficiente.
-A los artistas os suelo preguntar
sobre la vocación artística y la cofrade, cuál llegó antes. En tu caso entiendo
que la cofrade es prácticamente de cuna. ¿Y la pintura, cuándo plantó en ti la
semilla vocacional?
Sí, antes la cofrade, dibujando desde siempre, pues veía a mi padre como
hacía sus croquis de muebles (que son una delicia y que conservo enmarcados).
Pero, como mi familia lo de dibujar se lo tomaba como un divertimento, estudié
FP en la rama de electrónica, sin vocación alguna y llegando luego a trabajar
durante un corto periodo en la Central Nuclear de Ascó en Tarragona, nada menos
que con Abengoa.
En un periodo en paro laboral, ingreso en la Escuela de Artes Aplicadas y
Oficios Artísticos de Sevilla, pero sólo por aprender de verdad, como en cursos
monográficos de dibujo y colorido. Fuera de ello conozco nuevos amigos donde
había mayoría con Bellas Artes e Historia del Arte y como no ¡¡capillitas!!
(bromea).
-Las bellas artes marcan una vida de
sacrificio y trabajo para conseguir el reconocimiento. Muchas horas de taller
para poder sacar a la luz la labor de tantos momentos y sensaciones. ¿Cómo
decidiste emprender tu vida laboral enfocada en las artes plásticas?
De estos amigos, uno de ellos que trabajaba en Cerámica Andaluza Popular,
me comentó que podía ir a probar, pues hacía falta ocupar un puesto de pintor
que quedó vacante. Fui con toda la ilusión y cierto respeto, pues era muy
“cortao” y estuve allí 20 años, hasta que la empresa languidecía alarmantemente
y lo dejé, coincidiendo con mis venidas a la ciudad de Granada.
-La temática que protagoniza tu obra
es religiosa, aunque también lleves a cabo trabajos con temática popular.
Teniendo en cuenta el encuentro de valores que hay en nuestra sociedad, la
religiosidad, popular o no, no es bien vista por ciertos sectores, también así
dentro del mundo del arte y la pintura. ¿Cómo llevabas tus años de aprendizaje
tu fe y devoción frente a amigos y compañeros que desacreditan la fuerza de la
fe en las obras artísticas?
Como he comentado antes, con mis amigos iba a favor de corriente y
también con el resto, ya que antes existía un gran respeto. Quizás hoy eso ha
cambiado y noto mucho sectarismo y desdén en ciertos sectores y me está tocando
de lleno, pues parte de mi obra está en fachadas de edificios religiosos, como
sabéis.
-La Semana Santa es riqueza cultural
en Andalucía y gran parte de España, pero Sevilla es, por tradición, la cuna
del arte cofrade como hoy en día se entiende, o al menos el gran referente.
¿Cómo decidiste abandonar tu tierra para traer tu temática religiosa y cofrade
a Granada?
Por el 2003 venía con frecuencia a Granada, porque conocí una amiga de
aquí, y porque la verdad me encanta esta tierra. Como dije antes, donde
trabajaba caía en picado, pero esta fábrica de cerámica no se caracterizaba por
realizar tema cofrade, el poco que llegaba era por mi parte. Se hacía mucha
cacharrería (que se dice de bazar) y todo tipo de encargos.
E incluso pronto encontré trabajo aquí, en Diseños Encarnación de Jun y
el tema religioso o cofrade era casi puntual, aunque realicé un retablo de San
Juan de Dios, que está en parroquia de Cerrillo de Maracena, el cual me llenó
de alegría por ser el primero y por mi devoción al santo.
Es cuando a los tres años de llegar (en 2006) decido instalarme por mi cuenta
y empiezo a realizar temática cofrade al ver que, después de hacer algunos
trabajos en casa para amigos y vecinos, aquello no paraba, gracias a Dios.
También gracias a Pedro mi casero y hoy casi de mi familia, que tanto me ayudó
en todo, y fue fundamental en presentarme a muchos cofrades.
-La riqueza de nuestra Semana Santa
granadina ha ido creciendo en lo que a hermandad se refiere, ya que en lo
referente a imágenes y patrimonio siempre ha sido importante por su estilo y
tradición. Hay gente que es muy crítica con aquellos que imitan o importan gran
cantidad de aspectos cofrades desde Sevilla, como si en nuestra ciudad se
estuviese perdiendo la identidad propia. Tú como sevillano afincado en Granada,
¿crees también que se pierde la identidad granadina?
Totalmente. Hombre, algunas cosas que puedan aportar me parece bien, pero
como has dicho, aquí hay una idiosincrasia en todos los sentidos a la que hay
que respetar antes que nada (en mi pueblo eso es innegociable, y nos sentimos
únicos y diferentes sin nada que envidiar de Sevilla ni de ningún sitio, aunque
todo esto es complicado, sería largo de hablar, hoy todo está relacionado).
Volviendo a Granada, me ilusiona ver la hornada de nuevos y jóvenes
cofrades, con una gran formación, que hacen las cosas con mucho sentido, con
gran gusto e intentando rescatar todo lo bueno que siempre ha habido y esto
unido a una hornada de grandes artistas y artesanos, hace que vivamos un
momento ilusionante y lógicamente de cara al futuro.
-Volviendo a tu trabajo, son grandes
las obras que estás llevando a cabo en los últimos años, no sólo a particulares
como los afortunados entre los que me encuentro, sino a hermandades que cuelgan
ya en sus enclaves los azulejos con bellísimas estampas de sus titulares. De
tantas obras realizadas hasta el momento, ¿con cuál te quedas?
¡Uff! (resopla sonrojado), serían muchas la verdad, pero bueno las últimas
de gran formato, la de la Virgen de la Aurora y la Virgen de la Esperanza, y en
la provincia, Soledad de Huéscar y Hermandad de Zagra, siento no poder ser
conciso.
-Los encargos van a más y el trabajo
no cesa en el taller, situado en un precioso y recogido lugar del barrio del
Albaicín, casi a los pies de la parroquia de San José y con vistas a la Santa
Iglesia Catedral. Debe ser fácil en este entorno, pero te preguntamos, ¿cómo se
inspira Rafael Reina para hacer sus creaciones artísticas?
Realmente el sitio ayuda, pero soy pintor de taller o estudio, la
imaginería me apasiona, pero sobre todo pienso en la persona que va a recibir
la obra y me pongo en su lugar y hace que ponga todo mi empeño y de verdad todo
el cariño.
-El desconocimiento de gran parte de
la sociedad sobre las bellas artes hace despreciar la labor del artista, que
conlleva muchas horas de incesante trabajo. ¿Crees que el mundo cofrade conoce
y valora vuestra labor?
Por descontado, por lo menos en mi caso, y percibo mucho cariño en la
mayoría de casos. Estoy encantado y agradecido, si me lo cuentan, no me lo
creo, y ha sido aquí en Granada.
-La vida del artista no es una vida
muy boyante por lo general, ¿el sacrificio viene recompensado en materia
económica?
En mi caso sí, que estoy soltero, pero debo reconocer que si tuviera una
familia que mantener, me resultaría complicado.
-Es imposible vivir con intensidad
el mundo cofrade y la Semana Santa de Granada viviendo a unos metros de la
Parroquia de San José pero, ¿eres hermano de alguna corporación granadina?
Sí, del Cristo de la Misericordia (del Silencio).
-Y sin estar en la nómina de hermanos, seguro que habrá alguna hermandad en concreto o titular que te embauque, y que incluso desees llevar al lienzo o al barro a través de la pintura.
Cada vez más la del Vía Crucis.
-Llevando ya tantos años en nuestra
ciudad, eres conocedor de toda la actividad cofrade. ¿Cómo crees que es el
actual estado de nuestra semana grande?
Boyante en general, pero faltan penitentes en fila (en la estación de
penitencia) y a pesar de que oigo que la ciudad da lo que da en este sentido,
se podría conseguir con más compromiso (también en todos los sentidos) por
parte de los hermanos de cada Cofradía.
-¿Cómo se presenta este curso
cofrade para un artista como tú? ¿Qué proyectos nos puedes contar que vas a
llevar a cabo?
Cargado de trabajo. De los más importantes, un retablo de 200 x 140
centímetros para la Virgen del Espino en Chauchina, con el que estoy muy ilusionado,
ya que estamos trabajando muy bien junto con la Hermandad, cuidando hasta el
mínimo detalle.
-Antes de terminar con nuestra serie
de preguntas cortas para conocerte más #DeCerca te pedimos que nos cuentes tu
deseo para la próxima Cuaresma y la Semana Mayor del 2018.
Que prime la Unidad (cuando dos o más están unidos en su nombre, ahí está
JESÚS en medio de ellos - de nosotros - si lo conseguimos).
Y para conocerte un poco más de
cerca:
- Un recuerdo de tu infancia como cofrade:
El que dije al principio en el barrio de S. Bernardo.
- Una imagen de Cristo de nuestra
Semana Santa:
Cristo de la Misericordia (del Silencio).
- Una imagen mariana de nuestra
Semana Santa:
La Virgen de la Esperanza.
- Una marcha cofrade:
La Madrugá.
- Tu mejor recuerdo como cofrade:
Mi primera estación de penitencia con mi Hermandad del Silencio.
- Un momento especial de la Semana
Santa (que no sea una de las hermandades donde procesionas):
Suele ser el primer pellizco de cada Semana Santa y claro, me pasa en
Domingo de Ramos, el último el paso del Despojado avanzando siempre ‘pa´lante’
entrando en plaza de La Mariana.
- Tu rincón para ver cofradías:
Zona del Paseo de los Tristes.
- Tu momento más feliz como cofrade:
Cuando salí de San Pedro en la Madrugá, y contemplaba la estampa con el
Cristo en el atrio, y junto a Él a Pedro y al padre D. Javier Alaminos, que
Dios lo tenga en su Gloria.
- Y el que te hubiera gustado no
vivir:
Momentos de desunión y mala voluntad en mi Cofradía. Los últimos me han
dejado maltrecho, me han hundido durante un tiempo.
- ¿Con que adjetivos definirías
nuestra Semana Santa?
Todavía íntima familiar, pero cada vez de más empaque y clase.
- Cuéntanos alguna anécdota cofrade
que hayas vivido:
Una vez hace muchos años ya, en un pueblo levantaron un paso de
palio, tan mal y tan descompuesto, que parecía
que se movía por los cuatro costeros y la gente decía “mira, mira cómo le hacen
el pescaito” pero se referían a que se movía como un pez. Y es que entonces
cuando cogía ventaja la delantera o trasera de un paso también se decía, que le
estaban haciendo el ‘caballito’. Recordar esta anécdota entre amigos conlleva
carcajadas aseguradas.
Muchas gracias Rafael, de parte de
todo el equipo.