miércoles, 6 de diciembre de 2017

ENRIQUE CRESPO #DeCerca


Comenzado ya el tiempo de Adviento y recién inaugurado el nuevo año litúrgico, nos encontramos inmersos en el puente de la Inmaculada, que nunca debe perder la razón de llamarse así, aunque celebremos hoy otra fiesta nacional como la de la Constitución.

Son unos días de preparación para la Navidad, como recuerdo de lo que sucedió en Belén, y también preparación para la segunda venida de Jesús. Además las hermandades y cofradías montan sus belenes, prepara sus recogidas de alimentos y actos de caridad con motivo navideño, y de forma inminente presentan a sus titulares marianas para un día grande como el 8 de diciembre.

Pues en Cruz de Guía, aun siendo festivo, queremos seguir conociendo #DeCerca a personas que viven apasionadamente nuestro mundo cofrade. Hoy es el turno de Enrique Crespo, Hermano Mayor de la Cofradía del Descendimiento, conocida por todos como ‘las Chías’.

-La Semana Santa es centro de nuestra vida Enrique, pero antes de conocer tu visión especial del día a día cofrade queremos saber de ti y tus orígenes: ¿cómo fueron tus años de niñez?
Nací en el año de 1971 en mi adorada Granada, en el seno de una familia cristiana que me ayudó mucho a orientar mis primeros pasos en la fe católica. Considero que fui muy afortunado con la infancia que tuve y con los valores que recibí, no tan sólo por parte de mis padres sino también de mis abuelos. Mi vida escolar, de la añorada EGB, fue desarrollada en el Ave María San Isidro, donde me empapé de los principios manjonianos sin saber que curiosamente un miembro de la familia Manjón jugó un papel muy importante en los años de Refundación de mi Hermandad.

-Hará no mucho tuvimos un encuentro personal para hablar de diversos temas, allí nos conocimos y me comentabas que mantenías un número muy bajo entre los hermanos de tu hermandad. Entiendo que desde joven o incluso niño estabas ya al pie del cañón en la cofradía. ¿Cómo y cuándo entraste a formar parte de tu hermandad?
Entré a formar parte de mi Hermandad cuando tenía 10 años y todo gracias a las sabias charlas cofrades que mantenía con mi segundo padre, mi abuelo Pepe. Él me abrió las puertas de la Semana Santa a mi corazón y el amor al color amarillo y negro.


-Profesor de profesión, dedicado a la enseñanza, una labor donde la palabra y los gestos ayudan a educar y también, por qué no decirlo, a evangelizar. ¿Transmites tu fe y tu pasión cofrade entre los alumnos?
Sin duda. La labor, no siempre reconocida, que desarrollamos los docentes en cuanto a la evangelización de nuestros alumnos es fundamental en un mundo laico en el que está de moda criticar todo lo que hace la Iglesia. Y en el aspecto cofrade, deciros que si visitarais mi colegio seguro que averiguabais cuál es mi aula…parece una sucursal del Rincón del Cofrade. Intento contagiar esa pasión cofrade a la gente joven desde la curiosidad sin intentar convencer a nadie, solamente transmitiendo vivencias, incitando a que ellos las disfruten también, no solo como cofrades sino también como auténticos cristianos.

-Alguno se puede echar las manos a la cabeza con la pregunta anterior, pero los que nos dedicamos a la docencia y vivimos intensamente nuestra fe y nuestra pasión cofrade no podemos más que transmitir lo que sentimos y vivimos cada día, independientemente de ser un centro público, concertado o privado. ¿Cómo has vivido tu desarrollo profesional, desde el ámbito universitario hasta hoy, siendo católico y cofrade?
Para mi ser católico y cofrade me ha ayudado mucho en mi desarrollo profesional ya que la educación en valores te hace ser paciente y comprensivo, y al mismo tiempo vives el día a día con una especial ilusión. El calendario escolar y el cofrade van de la mano en mi vida y todo lo positivo que he recibido de mi Hermandad y de la relación con mis hermanos creo que me ayudado mucho a crecer en mi labor docente diaria.

-Volviendo a lo estrictamente cofrade, contamos con tu persona como figura de hermano mayor desde hace ya unos años. Aunque ahora estás a la cabeza de tu hermandad, es seguro que tu entrega en la misma ha sido siempre fiel. ¿Qué diferentes puestos has ocupado en la corporación a lo largo de los años?
Los primeros años formé parte de la fila de hermanos portando nuestros singulares farolillos o un enser que ya hoy no procesiona, y tuve la fortuna de llevar junto con la que hoy es mi mujer, un escudo en madera que perteneció al Gran Capitán. Nada más cumplir los 18 años entré a formar parte de la Junta de Gobierno, empezando como miembro del equipo de Albacea, posteriormente fui Albacea y durante muchos años Diputado Mayor de Gobierno.

-Cuando eras elegido Hermano Mayor me encontraba en la Junta de Gobierno de la Federación, y por entonces tenía más trato y conocimiento de los Hermanos Mayores de las treinta y dos corporaciones. Tu entrada en la dirección de la hermandad de San Jerónimo fue, a mi parecer, un soplo de aire nuevo, de rejuvenecimiento. ¿Cómo fue el primer año de mandato?
Lo recuerdo con mucho cariño y con muchas incertidumbres al mismo tiempo. Tuve la suerte, igual que ahora, de contar con una Junta de Gobierno maravillosa, compuesta por gente de enorme valía personal y cofrade que llevaba muchos años trabajando por la Hermandad. Me consideraba y me considero sólo la cabeza visible de un gran grupo humano que antes de lanzarse a esta nueva aventura habló con todos sus componentes de los proyectos que podíamos llevar a cabo.

-Cambios significativos como el de las andas que procesionan a Jesús descendido de la cruz, la nueva casa de hermandad, la liberación del preso el Viernes Santo… pero de todos ellos quiero preguntarte en primer lugar por las andas. El cambio de estilo a la hora de portar al Señor a buen seguro que tuvo que levantar ampollas en algunos hermanos más tradicionales. ¿Cómo fue el proceso de cambio en el seno de la cofradía?
Sinceramente te digo que no hubo ninguna controversia en el seno de la Hermandad. Por supuesto había gente que le gustaba la idea y otra que no era partidaria del cambio pero creo que supimos transmitir bien la idea de que no lo hacíamos por gusto estético ni por capricho sino que la Hermandad necesitaba adecuarse a los tiempos que corren y desgraciadamente la idea de tantos personajes vivientes en la calle no era plenamente respetada en la calle. Somos una Hermandad de Viernes Santo y llevamos a Cristo muerto por las calles de Granada. Nos preocupaba mucho transmitir la seriedad y el respeto que Nuestro Titular Cristífero merece.

-Recuperar la liberación de un preso dio a nuestra Semana Mayor un nuevo aliciente, y cada Viernes Santo existe el interés el pueblo granadino de ver ese momento. Entiendo que es un proceso complicado y que conlleva mucho trabajo previo y coordinación entre diferentes ámbitos. ¿Podrías explicárselo a nuestros lectores?
En primer lugar indicaros que la Hermandad recupera este privilegio siendo Hermano Mayor Don José Antonio Alemán Caballero y gracias al trabajo de investigación de un hermano nuestro, Don Jorge Ortega Tenorio.
El proceso lo iniciamos todos los años en octubre, solicitando al Centro de Inserción Social “Matilde Cantos” y a la Audiencia Provincial de Granada que den comienzo a la ardua labor de seleccionar una persona que sea digna de recibir el indulto. Esta solicitud es trasladada al Gobierno de la Nación y a la Casa Real que dan el visto bueno a la persona seleccionada en el Consejo de Ministros del Viernes de Dolores.
Me gustaría destacar la gran humanidad y profesionalidad de los integrantes de las instituciones antes citadas –CIS y Audiencia- que llevan a cabo una labor maravillosa por ayudar a personas que han cometido un error en sus vidas y merecen una segunda oportunidad. La Hermandad en este caso, al margen de la labor administrativa, pretende llevar a la práctica la misericordia de la que debemos hacer gala todos los católicos.

-Las Chías han sido, son y serán un símbolo de toda la Semana Santa de Granada, pues quién no ha dicho de pequeño, cogido de la mano del padre o de la madre, chía toca para que estos peculiares personajes de vuestro cortejo interpretasen las notas de sus instrumentos.
Las Chías son efectivamente lo que también da nombre a nuestra Hermandad, conocida como la “Cofradía de las Chías”. Nuestra actual preocupación es que estos personajes sean reconocidos con toda la seriedad que su papel ha de transmitir. Para los miembros de esta Hermandad no es agradable que puedan ofrecer una imagen folclórica, ya que no es la esencia de nuestra corporación. El papel de estos personajes vivientes, que según cuentan las crónicas tienen su origen en la desafortunada época de la Inquisición española, era el de recoger fondos para poder enterrar a los finados de origen muy humilde; y de ahí su relación con el entierro de Nuestro Señor Jesucristo.

-Podríamos decir que la hermandad tiene casi todo bien conjugado para que la corporación crezca en número de hermanos, aunque esto siempre se hace difícil en cualquier corporación. Conozco de buena mano que estáis poniendo mucho de vuestra parte para que la cofradía tenga influencia en la vida del barrio. ¿Cómo lo estáis haciendo?
Llevamos años intentando que el barrio del Boquerón y sus alrededores se sientan como siempre orgullosos de tener como Ilustres vecinos a Nuestros Titulares. Para ello estamos contactando con los Colegios de la zona para hacer realidad nuestro papel evangelizador; ayudar a los más necesitados de la sociedad colaborando en campañas solidarias y llevando a cabo el “ensayo solidario” en diciembre para recoger juguetes y ropa para los niños; hacemos partícipe al barrio de todos nuestros eventos y ellos nos muestran todo su cariño; y por supuesto nuestra colaboración diaria con nuestras queridas Madres Jerónimas.

-Estamos a unos días de la Navidad, pero las hermandades no cesan su actividad y ya va en aumento hasta que comience la frenética y bendita Cuaresma. ¿Cómo se está presentando el curso cofrade para vuestra corporación?
Como siempre, plagado de proyectos e ilusiones. Seguimos avanzando con nuestro “gran proyecto” de realización del nuevo paso para Nuestra Señora de la Soledad. Si todo va bien este año próximo año estrenaremos nuestro nuevo Guión Corporativo que está siendo realizado en el taller de Jesús Arco y que os adelanto va a ser muy original y estamos muy orgullosos del trabajo que se está ejecutando.
Y en el mes de Febrero vamos a llevar a cabo el I Simposium sobre la Historia de la Semana de Granada del que daremos más detalles tras las vacaciones navideñas. Creemos que va a ser un foro muy interesante e instructivo al que queremos invitar a todos los cofrades de Granada. El curso cofrade finalizará con nada más y nada menos que la Restauración de la Sagrada Talla del Cristo del Descendimiento que para nosotros es el final de un proceso largo y costoso pero del que toda la Granada cofrade y cultural va a poder disfrutar.

-Volviendo al terreno personal: la docencia y la dirección de la cofradía deben quitar muchas horas a tu vida personal y familiar. ¿Cómo lleva tu familia tu total entrega al movimiento cofrade?
Muchísimas horas. Pero en este terreno soy también muy afortunado. Cuento con el apoyo total de mi mujer Ana y de mis hijos Ana Soledad y Quique. Ellos, con infinita paciencia, están ahí siempre y se emocionan conmigo de todo lo que vivimos en la Hermandad. Si no toda esta labor sería imposible. Además participan en todo lo que pueden; mi mujer es miembro muy activo de la Junta de Gobierno y mis hijos han formado parte a lo largo de los años en diferentes puestos en la Estación de Penitencia.

-Y durante la semana grande, ¿cómo son tus días y horas desde el Domingo de Ramos hasta la Resurrección del Señor?
Llenos de nervios e ilusiones. Junto con mi mujer y mis hijos vemos todas las estaciones de penitencia, vestidos con ropa deportiva, con la mochila a la espalda y disfrutando de nuestras calles y nuestros cortejos. ¡Que deprisa pasan los días! Y al salir nosotros el Viernes Santo, durante toda la semana vamos dándole vueltas a los detalles de la próxima estación de penitencia. Cada vez que nos tomamos un pequeño descanso para tomar algo, comentamos lo que hemos visto, lo que nos queda por preparar….una bendita locura.

-Aunque aún quede lejos, pues litúrgicamente ni ha nacido el Señor, ¿cuál es tu deseo para la Semana Santa del 2018?
Mi deseo es el mismo desde que soy niño… ¡Por Dios que no llueva! No nos podemos quejar; llevamos cuatro años seguidos saliendo, algo que yo no recuerdo. Son muchas horas de trabajo y esfuerzo las que quedan truncadas por una breve lluvia de primavera. Estos años seguidos de buen tiempo están permitiendo a nuestras corporaciones crecer y afianzarse y al mismo tiempo llenar cada año más las calles de Granada.

-¿Qué mensaje lanzarías a cualquier persona que acude a ver los cortejos procesionales y se están pensando el formar parte de alguna cofradía?
Que una Hermandad no es solo lo que se ve el día de su Estación de Penitencia. Esa es la punta del iceberg. Detrás hay un año de vivencias, formación y reuniones que te hacen crecer como persona. Estoy muy contento de todo lo que vivo en mi Hermandad y de todas las personas que he conocido gracias a ella.

-El formar parte de una hermandad, sobre todo entre la juventud, viene relacionado con costaleros o bandas, pero a pocos le atraen el capillo y el cirio del penitente. ¿Qué le dirías a ese cofrade que rechaza la esencia de nuestra Semana Santa?
Yo, y opino con conocimiento de causa, les diría que nuestro farol de fila es el cargo más bonito que hay. Te permite vivir de una manera íntima la Estación de Penitencia. Son solo unas pocas horas dentro de los 365 días del año que te van a permitir reflexionar sobre muchos aspectos de tu vida; que muchos hemos aprovechado para realizar promesas y propósitos de cambio. Y como muy bien planteas en tu pregunta, son la esencia de nuestros desfiles, la nota anónima pero imprescindible. Cada cargo dentro de un cortejo tiene su edad y su cometido y todos los cofrades tenemos que pasar por la fila si queremos serlo realmente.

-Y por último, antes de hacerte una serie de preguntas para conocerte más #DeCerca, ¿cómo le describirías a alguien que desconoce nuestro mundo cofrade la pasión que sientes por tus titulares y por nuestra Semana Santa?
Cada vez que tengo un problema o una inquietud, la paz me invade cuando entro por la nave central de mi querido Monasterio de San Jerónimo y en soledad y silencio me dirijo a la reja tras la que me esperan mis Titulares. El mundo se para, y les hablo como un hijo que busca la protección de sus padres. Y siempre encuentro la respuesta después de estar con Ellos.
La Semana Santa es una forma de vida que abarca tantísimos aspectos que para mí no tiene límites: la religión, la pasión, la historia, la cultura, el arte, la amistad….

Y para conocerte un poco más de cerca:

- Un recuerdo de tu infancia como cofrade: Mis tardes de Viernes Santo rezando para que no lloviera y compartiendo con mi novia, mi Ana, toda la devoción que siento por mis Titulares.
- Una imagen de Cristo de nuestra Semana Santa: El Cristo del Descendimiento.
- Una imagen mariana de nuestra Semana Santa: Nuestra Señora de la Soledad.
- Una marcha cofrade: La Madrugá.
- Tu mejor recuerdo como cofrade: Las lágrimas bajo mi capillo cuando salen mis Titulares por el arco del Monasterio.
- Un momento especial de la Semana Santa (que no sea una de las hermandades donde procesionas): La hermosísima cara del Cristo de la Amargura paseando por las calles del Albayzín y la salida del Santísimo Cristo de la Misericordia.
- Tu rincón para ver cofradías: Cualquier callejuela estrecha de mi Granada.
- Tu momento más feliz como cofrade: Cuando llevé a mis hijos recién nacidos a los pies de Nuestra Señora de la Soledad y el Cristo del Descendimiento.
- Y el que te hubiera gustado no vivir: Los momentos en los que los hermanos discutimos por aspectos banales.
- ¿Con que adjetivos definirías nuestra Semana Santa? Sublime, elegante e íntima.
- Cuéntanos alguna anécdota cofrade que hayas vivido: El año que se realizó el protocolo de indulto del preso en la Catedral llovió y al no poder realizar la Estación de Penitencia, una comitiva formada por mayordomos y el penitente que lleva en un cojín el pergamino de liberación se dirigió a la Catedral para que se pudiera firmar el citado pergamino. La gente que desconocía que el indultado porta una vela y no el pergamino, señalaban a mi querido amigo y miembro de la Junta y comentaban: “míralo, ahí va el chorizo que van a soltar”, con el consiguiente cachondeo que tuvimos posteriormente.


Muchas gracias Enrique, de parte de todo el equipo.